I PROMISE.~

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Cuando solía tener un problema escuchaba aquella linda voz, su voz cálida y dulce; igual a un abrazo..."igual que un ángel"

A escondidas siempre lograba colarse por tras los vestidores del escenario de la escuela y observaba en silencio al niño y aquel pequeño parecía no cantar sino transmitir armonías de una manera inhumana...le miraba abrazarse a sí mismo cantando una canción algo desconocida para él, pero siempre sin duda se miraba precioso, aunque su uniforme fuera gris igual que el mundo.

Nunca había hablado con él, se limitaba a observarlo cantar sobre el casi derrumbado escenario con su chaqueta descansando en sus brazos, entonces cerrando sus ojos se sumergía al mundo donde la voz de aquel ángel le arrullaba siempre con un distinto ritmo, cada viernes por la tarde después de clase, Jonny junto a los demás integrantes de música eran los únicos espectadores siempre.

Un día jueves; esperaba impaciente que llegara otro día, viernes para ser exactos...donde podía librarse, podía escapar al mundo donde aquel rubio le arrastraba de manera inocente. Por esos pequeños segundos olvidaba en que época vivía... Pero la suerte no estaba de su lado y aquella tarde el rubio no asistió al ensayo; se preocupó, más lo dejo pasar. Sin embargo no toda su vida era color rosa; como cualquier otro niño de su edad tenía problemas en la escuela...le golpeaban y así fue por dos semanas, dos viernes en los que aquel lindo niño de cabellos parecidos al sol no asistió, y temía que la semana siguiente volviera a ser así.

Una tarde, Jonny se encontraba tratando de abrir con exasperación una vieja puerta de madera mientras lagrimas rodaban por sus rosadas mejillas con visibles hematomas adornando su linda cara, unos gritos resonaban por el pasillo vacío del colegio.

-¡Anda Greenwood, no seas un cobarde!

-¡Por primera vez en tu vida has algo que no te deje como un marica!

-¡Nunca dejara de ser un fenómeno!

Aquellos insultos eran lo de menos, lo que más dolía era llegar a casa y que su amado hermano le mirara con lastima y lo cuidara arropándolo contra su pecho.

-Jonny no quiero perderte...

Ante cada burla y sus intentos para abrir aquella puerta empezó a sollozar y hubiera festejado al notar que esta cedió, pero de igual manera se ocultó rápido y en silencio abrazando sus piernas una vez dentro de aquel oscuro cuarto con aroma a agua estancada.

Escucho los pasos de aquellos malvados niños, sus risas y las burlas llamándole marica, el pequeño azabache desconocía esa palabra pero sentía que era mala y le dolía escucharla, no supo cuánto tiempo estuvo ahí, llorando e imaginando aquella dulce voz cantándole una canción de cuna, abrazándose a sí mismo...ojala todo fuera tan hermoso como esa voz.

De pronto escucho como alguien trataba de abrir una pequeña puerta contraria por la que él había entrado, queriendo desaparecer temiendo que fuesen de nuevo esos niños se ocultó lo máximo posible, la puerta se abrió y no hubo ruido alguno.

Un pequeño de máximo 13 años ladeaba su cabeza adornada por mechas rubias, sus ojos azules observaban con cuidado un bulto algo mal escondido en el cuarto donde guardaban los instrumentos que no servían y los productos de limpieza, girando su cabeza a los lados del pasillo dio un paso adelante buscando la lámpara; que por supuesto estaba fuera de su alcance, bufo y se arrastró con delicadeza hacia el bulto que parecía ser un niño.

Interiormente deseaba que no fuera un cadáver, pues Ed uno de sus mejores amigos le decía que ahí en la escuela había un soldado envuelto en paranoia y no soportaba niñitos rubios y escandalosos como él, nunca supo si Ed lo decía en broma o porque lo odiaba así que arriesgando su vida por lo curioso que era, hablo:

RADIOHEAD/ONE SHOTS/Thom Yorke & Jonny GreenwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora