Capítulo 4

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Draco miró a Harry como rogándole que por favor se mantuviera en silencio, pero no le descubrió la boca hasta que finalmente el moreno hizo un gesto de rendición ante él, elevando ambas manos.
De repente el rubio platinado parecía más relajado y soltó un suspiro, como si hubiera ganado una tremenda batalla, pero Harry se sentía incómodo en aquella posición. Draco estaba sentado sobre él, como conteniéndolo, y más encima, este se removió un par de veces mientras forcejeaba por tapar su boca, provocando aquel conocido cosquilleo en su abdomen.

Harry intentó esconderlo lo más que pudo, pero Draco no pudo ignorar el bulto que pronto comenzó a sentir. Y de pronto como si se tratara de una peste, se retiró de golpe.

—¿Qué rayos? ¡Potter, eres... tan asqueroso! Dios mío.

Se miró las ropas como si estuviera manchado de alguna sustancia totalmente asquerosa, mientras se reacomodaba la misma.
Harry estaba tenso y mordía su labial inferior con fuerza, como si así pudiera contener la vergüenza que sentía por lo que acababa de pasar.
¿Por qué de entre tantas personas tenía que ser él? ¿No pudo encontrarse a una chica en el baño con la que podía tener una aventura? No, la vida como siempre se reía en su cara y puso a Draco Malfoy en medio de su camino, que buena suerte.

Incluso llegaba a sentir algo de lástima por no ser del agrado del rubio, y sí, lo había pensado, ¿En realidad le daba asco? Porque parecía realmente disfrutarlo en aquella bañera.

Pero Harry no era adivino, y que bueno que no lo era, porque si lo fuera, Draco sería el que pasaría una vergüenza enorme. El pensamiento que había pasado por la cabeza del rubio, era más vergonzoso de lo que él podía soportar.
Porque en aquel momento, cuando sintió su dureza, quería refregarse contra él. Sintió de todo, menos asco.

Pero no era algo que fuera a aceptar en voz alta. Ni tampoco iba a actuar de esa forma con Potter. Ni siquiera era gay, si su padre lo viera, se reiría en su cara, probablemente hasta lo desheredaría de inmediato.

Lo que no pensó Draco era que, después de todo, lo prohibido era lo más exquisito.
Y Harry Potter, era algo prohibido para él.

Tal vez por eso había estado escapando toda la semana, tenía miedo, pero eso tampoco iba a aceptarlo jamás, y mucho menos delante de su declarado enemigo.

                         •••

Después de que Draco se levantara y se alejara del lugar, sin darle la explicación que deseaba, había vuelto a su antiguo lugar, donde se encontraba Ron, ahora roncando.
No podía dejar de repasar una y otra vez las palabras del rubio en su cabeza. Se sentía insultado, y decepcionado al mismo tiempo.
Es decir, estaba hablando de su sexualidad, ¿Tan malo era?
No, claro que no, Harry sabía que ese no era el problema.

Entonces tendría que descubrirlo por sí mismo, y para eso, debía hablar con el slytherin.

A solas.

Baño de prefectos - Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora