Amor a los hijos

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Asustada me encontraba
al enterarme de tu llegada
de repente en mis mejillas
las lágrimas brotarían.

Todo se me vino encima
me senté en una esquina
tratando de ver mi vida
e imaginando tu sonrisa.

Las carencias emocionales
los problemas de dinero
mi futuro arriesgado
el temor bien infundado.

Entre tanta sofocación
entra frustración 
con toda y la situación
no dejaba de imaginar tu voz.

Con los planes ya deshechos
rehaciendo mis sueños lineados
me encontré pensando en tus manos
y soñando con tenerte entre mis brazos.

Acaricie mi vientre, 
y sonreí al imaginarte,
al entender que nada importa,
solo mi derecho de amarte.

De la noche a la mañana,
reinicie mis sueños,
cambie mis metas
y te metí en ellas.

En segundos me enteré
que te amaba y decidí,
que mi vida no habría,
nada que nos separaría.

Atados por el cordón,
Unidos por el corazón,
ahora que te tengo aquí
no hay duda de lo que decidí.

No hay cariño más sincero
ni habrá nada que compre el dinero
que mirarte a lo ojos
y escucharte decir mamá te quiero.

Miranda.

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