No me ames, ¡no quiero!
Me invitaste a amarte hace un tiempo atrás, encendimos la pasión con mirarnos de repente, me encontré, presa en una situación, que sin ninguna intensión, se apoderó de mi ser.
Me entregue ante tus besos, y en cada caricia te entregue pedazos de mi alma.
Tocaste mi cuerpo, rozaste cada espacio de mi piel con tus labios, me sucumbiste en un silencio, que apaciguó la sensación de despedirnos.
Si despedirnos, porque tú y yo al fin y al cabo no debimos estar juntos.
Esta noche nos encontramos en ese sueño que ambos anhelamos.
Me dejé llevar por una pasión loca que despertó las ganas de sentirte.
Con tus labios rozaste mi piel, me llevaste a sentir el placer, mi respiración se aceleraba, el calor en mi se elevaba, En tus manos loca me volvía, por primera vez está pasión vivo, en tus brazos lo probé.
Nuestros jugos se mezclaron, nuestra piel se pegaba; los gemidos de la noche de nosotros se apoderaron, no pedía que me amabas, no no quería que mintieras, quería que dijeras lo mucho que me deseabas, quería que supieras que estaba igual que tú de entregada, no quería amarte, no quería terminar peleando un lugar en tu vida, solo quería ser lo que somos lo que seremos siempre, dos amantes, dos seres que no sienten, que no tienen prejuicios en su mente,
Empecé a gritar ¡no me ames, ¡no quiero! No te enamores de mi, Eso te gritaba completamente excitada, en medio de tanta exaltación, quiero ser con la que sueñas acostarte, con la que ruegas que tenga un tiempo para ti.
Finalmente llegamos a ese punto en que el mundo explota en nuestros sexos, esos segundos que desearíamos fueran eternos, respiración, sensación,
Movimiento una mezcla donde el compás que nuestros cuerpos crean, hacen tocar la mejor tonada que puede un cuerpo sentir, el orgasmo.
Terminando nos quedamos acostados uno al otro sudados recobrando el aliento y te escuche aún jadeando diciéndome
¡Un momento! Yo, si quiero amarte, para siempre, si quiero quedarme contigo, no quiero que seas la mujer de una noche; no quiero no volverte a ver, quiero saber que te tengo que eres mía que puedo buscarte, que siempre tendremos noches cómo está.
Me volteé y sonreí...
¿No te irás a aburrir de mi?
-Jamás me aburriría de ti.
¿En serio?
- ¿Mi amor después de 20 años de casados aún lo dudas?
Las letras de mi alma
