EN UN CAFÉ.
Introducción:
Domingo 9:45 am, con la suave brisa primaveral de esta mañana, comienza a tomar color, la actividad in crecendo de la gente de mi pueblo. En el café al final de la calle principal, bajando los escalones esperamos la llegada habitual de nuestros clientes. Entre ellos me llaman la atención, esa mujer, que llega del lado norte de la cuidad siempre alegre, con su fragancia deja perfumado todo el local. Como todos los demás tiene su lugar preferido, sube las escaleras, sale a la terraza y en una de las esquinas junto al barandal se sienta a contemplar, quien viene y quien va, a todos saluda sonriendo por igual; mientras espera su café.
Minutos después llegará el, enfundado en su saco negro siempre pulcro y elegante, trajo de su tierra la costumbre de tomar Mate, nos enseñó a prepararlo, lo he probado sabe bien, pero no me acostumbro.
El también subirá las escaleras, más presuroso que ella, como aquel que llega tarde a una cita, hasta lo he visto tropezar en su apuro. Tomará su lugar y como cada domingo, sacará su libreta tomará su pluma y entre mate y mate, entre letra y letras, no dejará de mirar y sonreír a aquella dama.
Ella no le es indiferente, pues le devuelve la sonrisa, tomará su café negro sin azúcar y como emulando a este caballero, sacará su propia libreta y comenzará a escribir.
Al verlos me pregunto ¿Habrá quizás alguna magia entre ellos? Me da la impresión que supieran que escribe el otro, se miran sonríen y vuelven a escribir.
En fin debo seguir atendiendo a los demás amigos que van llegando, que tienen sus propias historias.
Los dejo con la Dama y el Caballero si se enteran que sucede por favor les ruego que me lo cuenten..
Del Caballero para esa Dama:
1)
Fragancia de dulce jazmín
me recibe siempre al llegar,
feliz sabiendo que estás
sentada justo frente a mí.
2)
Te contemplo embelesado
tomando siempre tú café
me siento tan cautivado
¡Al verte renace mi fe!
3)
Eres la alegría del domingo
si supieras bella mujer,
que te sueño conmigo
allí donde te puedo poseer.
4)
Fruta de ricas fresas
son tus labios carmesí
imagino con ellos me besas
eso anhelo para mí.
5)
Tú mirada tan atrapante
hipnotiza siempre mi mirar,
no te puedo dejar de observar
crece así mi deseo de tenerte.
6)
Mis pensamientos afloran
los sentidos se enloquecen,
mi corazón ¡ Ah galopa!
cuanto quiero tenerte.
7)
Hacerte mía una noche
embriagarme en tú perfume
de la pasión ¡Un Derroche!
decir al fin el amor nos une.
8)
Hoy ya lo tengo decidido
no puedo aguantarlo más,
te diré ¿Puedo hablar contigo?
¿Me permites a tú lado sentar?
De la dama para ese Caballero:
1)
Un domingo especial
y tú no podías faltar
coincidimos hace tiempo
y ahora hay un sentimiento.
2)
Me deslumbre por tu porte
por tu ojos y tú boca
pero lo que más me enamoró,
es ese acento tan sonoro.
3)
Esa mirada indiscreta
que cruzamos en el aire
parece que son de fuego
pues siento calor y no juego.
4)
Te observo muy callado
pero al levantar la mirada
me siento casi temblar
¡ah que ganas te irte a hablar!
5)
Ahí estás de nuevo
con esa extraña bebida
quisiera preguntarte un día
¿que tiene? y ¿si me convidas?
6)
¿Que será lo que escribes?
¿que será lo que te gusta ?
pues me tienes intrigada
pendiente de tu mirada.
7)
Presiento que eres poeta
o algún escritor famoso
pues de ningún otro modo
escribirías en esas libretas
haciéndole el amor con tus letras.
8)
Ojalá algún domingo
las dejaras de un lado
y trajeras tu bebida
para sentarte a mi lado.
Miranda Byrian/ Lucio Carlos Quinteros
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