Capítulo 1

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"Dulce bebé en un mundo repleto de dolor"

RIP 2 my youth (TheNeighbourhood)



Los carteles de neón de un lila brillante se reflejaban en los escaparates, los comerciantes comenzaban a aparcar sus camiones con las luces de emergencia encendidas mientras depositaban cajas repletas de alimentos para los locales de la zona. Las risas de los jóvenes más rezagados volviendo a casa tras un sábado de fiesta resonaban entre los callejones solitarios y se juntaban a la melodía de las rejas de metal siendo alzadas por los dueños de bares y tiendas. Mientras, Jungkook rodeaba la cintura de su hermano tratando de mantener el equilibrio para que ninguno de los dos acabase comiéndose el asfalto con la cara. Subían una de esas inmensas cuestas de las afueras de Seúl. El brillo de la carretera por la que transitaban algunos coches todavía, indicaba que no hacía mucho había llovido al igual que los charcos en los que se difuminaban sus sombras coloridas gracias a la iluminación nocturna.

Yoongi se había pasado la noche fuera de casa como de costumbre. Ahora reía con fuerza a cada paso, mientras sostenía una botella de algún licor asqueroso envuelta en una bolsa marrón que indicaba el nombre de un comercio cercano en letras plateadas. No la soltaría incluso si Jungkook le insistiera una y otra vez en el detalle de que ya había bebido demasiado, a juzgar por sus mejillas enrojecidas o el modo en el que sus pasos no se estabilizaban incluso con su ayuda.

Desde los bolsillos de sus vaqueros rasgados se asomaban un par de billetes que había conseguido tras acercarse a las muchachas adecuadas. Los tatuajes de sus brazos destacaban debido a la simple camiseta de tiras que portaba, a pesar de que las temperaturas eran lo suficientemente bajas como para hacer que nubes de vapor se formasen en el aire con cada una de sus respiraciones aceleradas. De su cuello colgaba una exagerada cadena de oro que logró robar años atrás a uno de sus compañeros de instituto, porque a veces odiaba a los chicos ricos que presumían delante de aquellos que ni siquiera lograban comprarse un par de zapatos al año con su propio dinero. Las miradas de la gente siempre se posaban sobre la inmensa cantidad de dibujos que decoraban su piel y que tan mal vistos estaban por las personas de cierta edad que paseaban en ocasiones por los mismos lugares que él solía frecuentar. Delincuente, eso era lo que su estilo gritaba y en algún momento de su vida Yoongi decidió que si todos creían que lo era entonces tal vez debería convertirse en uno de ellos. La sociedad lo había encasillado hace mucho tiempo.

Los tatuajes estaban mal considerados y precisamente por eso le gustaban tanto, no era la adrenalina de la aguja atravesando su piel y dejando líneas de un colorido tono permanente sobre su pálida piel. Ni siquiera era el ambiente en el que se movía. Vivía en un barrio pobre pero con poca delincuencia si lo comparaba con el centro de la ciudad. Su pasión por esos dibujos de permanencia ilimitada nacía y moría en las miradas juzgadoras de la gente.

Era totalmente distinto de Jungkook.

Su hermano era listo.

Su hermano era un genio.

Su hermano estaba condenado a ahogarse en un trabajo de mierda porque no podría pagarse la universidad que necesitaba y él ansiaba cambiar eso más que cualquier otra cosa en el mundo. No le importaba estar condenado a la nada, pero no quería que la única persona que realmente le importaba en el mundo tuviese que hundirse en esa mierda de vida que el destino puso ante ellos. La subida de la escala social era tremendamente difícil.

Los dos hermanos Min subieron poco a poco la larga cuesta que los llevaba hacía su humilde casa y bajaron algunas escaleras hasta instalar sus pasos en un barrio más oscuro. La falta de cuidado e iluminación dejaba entrever que se trataba de una zona secundaria, un lugar en el que los empleados públicos no se molestaban en entrar. Pocas o contadas veces eran las que los basureros recogían los desperdicios en los contenedores de ese sitio, la gente que allí residía se veía obligada a cruzar el largo laberinto de callejones que conformaban el barrio para posar las bolsas de basura en los contenedores cercanos a las carreteras principales. Para que cambiarán las bombillas fundidas de las farolas que iluminaban sus estrechas calles tenían que pasar meses, por lo que los propios vecinos se hacían con el control de esas tareas. Y si se trataba de cortar los hierbajos que crecían alrededor de los parques para niños.... Eso era algo que tan solo se hacía una vez al año obligando a los padres a trasladar a sus hijos a ambientes más centrales de Seúl, dejando a un lado las zonas llenas de ratas, plantas y asientos de madera podrida por las lluvias del invierno porque de todas formas eran pocas las familias que decidían quedarse en ese sitio demasiado tiempo si tenían una alternativa.

THE PLAYER [Yoonseok] - (Editando Ortografía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora