Capítulo 17

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"Estoy sediento. Mi garganta está seca y por eso quiero robar un sorbo de tus labios. Mi respiración se quiebra, me estoy enfermando del corazón. Lo sé, tú lo sabes, lo sabemos"

—Thirsty (Taemin)


Las manos de Hoseok acariciaron la espalda de Yoongi consiguiendo que este dejase escapar un quejido de gusto sobre su boca. Estaba desnudo de cintura para arriba y permanecía atento a cada toque, roce o beso por parte del magnate. Se sentía casi desesperado por adivinar que sería lo siguiente, hasta donde podría llevarlo esa noria de sensaciones que experimentaba cada vez que el hombre hacía de las suyas rozando zonas de su cuerpo que respondían a su juego prácticamente al instante.

Se habían pasado el día separados, cada uno eligiendo sus trajes de boda y detalles que les gustaría disfrutar durante la ceremonia o el banquete. A pesar de que el plan inicial de Yoongi había sido el de acompañar a su futuro marido por contrato, por alguna razón la necesidad de sorprenderlo apareció y decidió buscar por sí mismo el traje perfecto para la ceremonia con ayuda del estilista en el que los Jung siempre confiaban cuando debían asistir a algún evento de cierta importancia. Así que ocupado, la definición correcta para definir su día era esa.

Y quizás fue precisamente aquello lo que motivó el hecho de que cuando se encontraron solos y juntos tras una jornada estresante, ninguno pudo decir que no a la necesidad de comerse a besos. Ambos desesperados, necesitados de un poco de tranquilidad y de un fragmento de hogar. Yoongi se sentía atraído por los fuertes brazos del hombre que le estaba regalando una vida llena de lujos. No era amor y eso lo sabía mucho mejor que cualquier otra persona, pues él y solo él había sido el escogido para poner su firma sobre el contrato que le permitía disfrutar de momentos como ese en el que ahora se encontraba completamente sumido. Ni una pizca de romance real, solo deseo y una necesidad más grande que todo lo que lograba comprender.

Distinguía el deseo recorriendo su cuerpo, quemando en su entrepierna, haciendo temblar sus manos, estancándose en su garganta y por supuesto Hoseok al igual que él no ocultaba su apuro por el repentino encuentro. Lo había atacado en cuanto cruzó la puerta de la habitación que compartían. Yoongi podía recordar aquellos ojos verdes, observándolo y dejándole saber que estaba totalmente dispuesto y preparado para su juego.

Hoseok no estaba mucho mejor en términos de autocontrol. Aún tan siquiera podía explicar el cosquilleo que se asentó en su estómago tan pronto como sus ojos observaron a Min estirado sobre la cama, sin la camisa puesta y con un cigarrillo entre sus dedos mientras el insano humo se precepitaba de forma lenta entre sus labios. Jamás esperó una imagen así en el interior de su casa, pero el reto que Yoongi suponía era algo que le permitía sentirse vivo y motivado a diario.

-Más. - exigió Hoseok, mirando con intensidad a Yoongi cuando las manos de este le recorrieron el cuerpo alejándose de él tras haber compartido un instante que tan solo se podría definir como nuevo para el magnate.

El chico de los tatuajes dudó por un instante, sin embargo volvió a colocarse a horcajadas sobre la cintura del magnate y dio una calada al ya casi consumido cigarro que había posado sobre el cenicero en la mesilla. Un cenicero que semanas atrás Hoseok tan siquiera hubiese permitido porque odiaba todo aquello que podría dañar su salud hasta de la manera más ínfima.

-Yoongi. - lo apuró Hoseok, de nuevo. Y su voz sonó ronca, necesitada y complacida.

-No te precipites .- Yoongi dejó escapar una carcajada baja de entre sus labios, no podía evitar sonreír de esa manera cuando observaba al magnate tan desesperado y a Hoseok le encantaba causarle aquello. - Acércate, Hobi.

THE PLAYER [Yoonseok] - (Editando Ortografía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora