Capítulo 11

6.2K 953 491
                                    

" Quiero escuchar tu voz, te necesito esta noche. No me gusta el modo en el que luchamos."

- Hello (Hedley)


Un escalofrío recorrió el cuerpo de Jungkook cuando desde el sofá del gran salón observó un rayo cruzar el cielo. Las líneas lilas casi parecían ser venas recorriendo la inmensidad de las nubes negras para a continuación esconderse entre el frondoso bosque que rodeaba la mansión de los Jung. Respiró profundamente antes de dejar caer su cabeza sobre el respaldo del sillón de cuero negro que ocupaba una parte de la sala de estar, captando por unos segundos la atención de Taehyung.

El hermano de Hoseok jugueteaba con su gato sobre la alfombra situada delante de la chimenea. Jungkook le gruñó molesto, sintiéndose un poco expuesto por el hecho de que su miedo a las tormentas estuviese generando algún tipo de interés curioso en este y pretendiendo odiar sus ojos. Esa mirada intensa del color de las esmeraldas y aniñada por la sonrisa que un sencillo minino le proporcionaba cada vez que se retorcía en sus brazos tratando de obtener su juguete con forma de ratón. Taehyung era extrañamente adorable en ciertas ocasiones, y ese sentimiento le hacía querer partir cuellos a Kook. No debería ver al hermano del captor de su hermano como a una persona adorable, se suponía que él debía convencer a Yoongi de que la decisión de entrar en esa familia por un año era una locura pero ahí estaba, pensando en silencio que el muchacho ante sus ojos era bonito cuando soltaba carcajadas y abrazaba al peludo animal de manera cariñosa.

Le gustaba el calor que emanaba el fuego y la comodidad que un sofá tan mullido le proporcionaba a su espalda anteriormente lastimada por el colchón de su vieja casa, incluso en medio de una de esas tormentas que le recordaban al día de la muerte de sus padres todo parecía ser mejor cuando su cuerpo estaba bien descansado. Lo cierto es que Yoongi y él nunca habían descansado bien en esas camas humedecidas por las goteras, hundidas por el peso de los años. Casi le parecía un sueño poder sentarse a disfrutar de la música en un lugar del que no salieran cucarachas, muelles o su mirada captase la presencia de manchas asquerosas de tono ennegrecido sobre el techo. En realidad ni siquiera le molestaba ese jazz monótono que el pequeño de los Jung había puesto en el viejo tocadiscos. Todo a su alrededor era como una fotografía vintage, con las librerías captando su atención, los vinilos esparcidos por la alfombra en la que Tae reía con el gato ahora correteando a su alrededor mientras perseguía un sencillo cordón de color blanco, el pijama a cuadros que este portaba, sus gafas, los anillos de sus dedos largos, esa brillante gargantilla de oro colándose muy levemente en el interior de su camiseta y ahorcando sus clavículas sin dañarlo. Lo cierto es que Jungkook ni siquiera sabía porque la piel del chico parecía tan apetecible cuando la luz naranja del fuego se reflejaba en su cara haciendo que sus labios rojizos parecieran más oscuros de lo normal. Siempre había tenido un problema con esa mierda, le gustaban los labios así. El color que se le quedaba a los chicos en estos cuando hacía frío, ni lilas ni rojos, solo oscuros.

Y lo cierto es que en el fondo sabía que si no hubiera conocido a esos dos hermanos debido a que Yoongi quería ganar el dinero suficiente para obtener una mejor vida para ambos, probablemente le hubiesen parecido buenas personas. Pero el caso es que en su mente continuaban siendo de alguna manera los captores de su hermano mayor, Yoon había aceptado firmar ese contrato en el que se le pedía fingir amar a una persona que no amaba tan solo porque indudablemente necesitaban el dinero para sobrevivir.

-Jungkook. - la voz de su hermano lo hizo salir de su ensoñación. A veces podía llegar a perderse en el interior de sus propios pensamientos durante horas. - ¿Quieres subir? Me aburro en esta casa y he pensado que podríamos ver algo en esa enorme pantalla de cine que hay en el tercer piso.

THE PLAYER [Yoonseok] - (Editando Ortografía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora