Capítulo 9

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"Dime lindas mentiras, mírame a la cara. Dime que me amas incluso si es mentira. Porque no me importa un carajo en absoluto."

—Idfc (BlackBear)


Un suspiro travieso y torpe se escapó de los labios de Yoongi cuando sintió las manos de Hoseok recorrer la totalidad de la piel de su espalda. El toque del magnate era decidido, tanto que casi podría jurar que este sabía perfectamente cómo y dónde tocar para causarle escalofríos. Él no estaba acostumbrado a ese tipo de cosas, el cariño no era lo primero que se le venía a la mente cuando decidía mantener relaciones con alguien, así que en cierto modo esa costumbre y necesidad de Jung por acariciar era algo que probablemente no dejaría de sorprenderle hasta que se comenzase a convertir en rutina. De todos modos, todavía tenían un año para trabajar en su relación ficticia.

Yoongi mordió muy levemente la almohada, lo que menos le apetecía era que el tipo descubriera que cada roce de la piel de sus manos sobre su espalda lo estaba relajando por completo, pero sería mentir decir que esa especie de masaje no estaba logrando que todo en él se sintiese mucho mejor después de los amargos recuerdos que aquella noche habían regresado a su cabeza. Después de un tiempo estando enterrados en lo profundo de su pecho, el detalle de traerlos de nuevo a su vida se sentía sencillamente doloroso.

Hoseok y él estaban solos en ese instante sin importar que las manecillas del reloj continuaran moviéndose. A pesar de que era el momento de cenar y el magnate había dejado claro que nunca se retrasaba en la hora, pues él y su hermano seguían el modo de vida que sus padres les habían marcado cuando eran pequeños. La puntualidad se consideraba casi obligatoria, porque esta era parte de sus vidas y de lo que de alguna manera se les impuso que debían manejar y aprender.

El magnate había pedido que les subieran la cena a la habitación con el objetivo de que Jungkook y Taehyung lograsen charlar a solas en el comedor de la mansión. Eso era algo que provocaba cierta sensación de inquietud en Yoongi sabiendo perfectamente cuales eran las intenciones de su hermano con respecto al pequeño de los Jung.

Jungkook estaba comportándose de forma impredecible, se había transformado en otra persona en cuestión de no más de dos días.

-¿Te encuentras mejor? - preguntó Hoseok, sin dejar de masajear la espalda del chico de los tatuajes. Estaba usando alguna especie de aceite con olor delicioso, era inevitable percibirlo porque ahora la esencia elegida se encontraba impregnada por la totalidad de la habitación que ambos compartían.

Yoongi se removió un poco pero no se apartó, se sentía bastante mejor y por mucho que le molestase reconocerlo, quizás en gran parte se debía a toda la atención que Hoseok estaba poniendo sobre él para ayudarle a olvidar los recuerdos dolorosos. Esos que hace solo un par de horas volaron hasta su mente haciéndolo tan frágil como el papel mojado.

Porque si él tenía debilidades estas siempre se basaban en las personas que apreciaba o había querido pero ya no estaban. Su hermano pequeño, sus padres y Jimin era todo lo que a Min le había llegado a generar felicidad en la vida. Tres de esas personas ya no se encontraban presentes y sentía que quería hundirse con ellas bajo la tierra en infinidad de ocasiones. Jungkook era el único que lo mantenía respirando, debía vivir por su hermano.

-Un poco. - mencionó con calma, tratando de quitarle importancia. Jung tan solo sonrió levemente y posó un beso sencillo en la zona de los lumbares de Yoongi quien volvió a estremecerse. Hoseok empezaba a buscar precisamente ese tipo de reacciones, nunca había estado con nadie que se estremeciera de esa forma cuando algo le agradaba.

THE PLAYER [Yoonseok] - (Editando Ortografía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora