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-¿Puedo llamarte maestro?- le preguntaste a la razón por la que ahora estabas encerrada en una casa con forma de sombrero, con una gran sonrisa, recargada sobre el escritorio, mirándolo fijamente.

-Pues... si quieres- respondió sin darle mucha importancia al asunto, era lo menos que podía hacer después de haberte echo pasar por lo que acabas de pasar.

-y... ¿Ahora que hacemos?- volviste a preguntar, intentando romper el silencio que se había formado.

-Esperar a que Black Hat nos de otra orden- alzó los hombros y se recargó sobre él escritorio, poniéndose cómodo. 

-¿Alguien dijo Black Hat?- entro corriendo la chica extraña con voz aguda -¡Ah! ¡Hola!- te saludo alegremente y se acercó a tí -¿Que haces aquí?- preguntó curiosa, nunca había visto a otra chica dentro de la casa.

-Sere la asistente de Flug- dijiste con orgullo, se notaba que tu estabas más orgullosa que él.

-Vaya, ¿Enserio?, pues... ¡Bienvenida al infierno!- rió a carcajadas -Soy Demencia.

-Un gusto, soy ____- extendiste tu mano esperando estrecharla con le de ella pero la peliverde no supo que hacer y choco su mano con la tuya con una gran sonrisa, lo que te pareció divertido y reíste un poco.

Volteaste a ver a Flug, su cabeza estaba recostada sobre su antebrazo sobre la mesa, te acercaste a él y al ver que no hubo respuesta asumiste que estaba dormido.

-Black lo presiona mucho...- susurró Demencia -Es al que más presiona de todos, si no es que al único- lo miraste de nuevo, no sabías si sentías ternura o lastima en esos momentos, pero sentías que tu deber ahora era ayudarlo.

-Eh... ¿Quieres que te muestre la mansión?- Demencia te sacó de tus pensamientos.

-Si, eso estaría genial- respondiste, ella te tomó del brazo y te llevó corriendo por los pasillos recorriendo la mansión. Algunas veces ella te empujaba o se escondía detras de algo para tomarte por sorpresa y asustarte, ella era muy bromista pero te agradaba y su risa era contagiosa.

-Sh... esta es la oficina de Black Hat- susurró pasaron frente a un enorme portón de color negro con decoraciones góticas -No le gusta que haga ruido- hizo un esfuerzo para aguantar las carcajadas.

-¿Y que hacemos aquí? Deberíamos irnos- sugeriste algo nerviosa, en realidad no querías toparte con ese hombre de nuevo y menos después de lo que te hizo.

-Vamos a espiarlo- sonrió ampliamente la otra y abrió el portón. Tragaste saliva, tu final se acercaba, lo presentías.

Y ahí estaba el villano, sentado en su escritorio viendo hacía la puerta con una cara llena de amargura y enojo -¿Que están haciendo aquí? ¡Largo!- gritó en cuanto las vio entrar.

-Nada, solo pasabamos a saludar- dijo alegre la iguana.

-Demencia, vete a la ... y tú- te señaló, se levantó de su escritorio y se acercó a tí, tragaste saliva y esperaste a que te golpeará -Deberías de estar en el laboratorio, ¡Para eso te contraté!- te gritó en la cara, escupiendo un poco.

-S-si señor...- miraste al suelo temblando de miedo.

-Si aprecias tu vida largate- se dió la vuelta y regresó a su escritorio, obviamente la apreciabas y salíste de ahí tan rápido como pudiste.

-¡Adiós Blacky!- despúes salió Demencia y cerró la puerta detras de ella, se recargó y soltó un suspiro enamorado -¿Acaso no es perfecto?

-Pues... tiene bonita sonrisa- la miraste extrañada, ¿Quien se enamoraría de alguien así?.

¿Maestro? (Dr. Flug x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora