¿Maestro? (Dr. Flug x tú)

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Se quedó detrás de la puerta, solo observandola, pensando en que diría o que haría. Tal vez no era su primera cita pero estaba tan nervioso como si lo fuera.

Bueno, el siempre estaba nervioso.

Se sentía culpable. Culpable por no haberse dado cuenta de los sentimientos de la chica hacía él, si los había sospechado, pero pensaba que solo eran ilusiones suyas, simples ilusiones que no eran reales y que solo existían en su cabeza. Por eso quería que esa noche, esa cita, fuera perfecta eh inolvidable.

Lo pensó mucho, dejo su invento de lado para poder planearlo a gusto y que fuera una sorpresa para ____. Le pidió ayuda a 5.0.5 para que cocinara alguna pasta o algo delicioso que pudieran comer mientras bebían vino tinto en sus copas y reían y charlaban a gusto, como los enamorados que quería que fueran.

Ella, por su lado, estaba insegura, algo dentro de ella le decía que era un error haberle confesado, pero vamos, no había otra manera de que Flug la perdonará. Se sentía como ai fuera su segunda opción, un premio de consolación.

Obtuvo fuerzas, se acercó despacio y sin hacer ruido a ella, con mucho cuidado cubrió sus ojos, ¿Porque hizo eso? Ni él mismo lo sabía, solo le había parecido un buen detalle.

____ se tensó por el contacto -¿F-Flug?- se sonrojó.

-Hola- dijo, aún cubriendo los ojos de la chica, despúes de unos segundos los descubrió eh hizo que volteara a verlo de frente -Sé que no es el mejor lugar... ni la mejor cita pero...

-No, no, ni hablar, Black Hat nos mataría si le pidieramos salir- le interrumpió, mirandolo a los ojos -Pero no tienes que estar aquí ¿Sabes?, no si es por lástima.

Él se quedó confundido -¿A que te refieres?

-Que... yo no te gusto- bajo la mirada con tristeza. Si, estaba a nada de llorar.

-Yo nunca dije eso- intento tomar au mano, pero no lo logró, ella se movió antes.

-Pero buscaste a otra persona y no te fijaste en mí- ella tenía razón y Flug lo sabía, lo peor es que no sabía como remediarlo y convencerla de que no era verdad.

-Lo siento- solo podía disculparse en ese momento. No se le ocurría otra cosa.

-No te disculpes, mejor no te obligues a quererme- quiso irse, pasó a su lado, pero él la detuvo antes de que pudiera atravesar la puerta.

-Insisto en que hay que intentarlo- no sabía ni como, ni de dondé había sacado la seguridad para hablarle así -Si tú puedes quererme yo también puedo quererte- su corazón se aceleró y debajo de la bolsa estaba tan sonrojado como nunca. Rogando por que esta vez ella fuera la que aceptars sus disculpas.

Ella sonrió un poco y se acercó a él, con mucho cuidado quiso levantar la bolsa, el científico no hizo nada para inpedirlo y dejó que hiciera lo que tenía que hacer. Vio su rostro, a su parecer era hermoso. Lo admiro por unos segundos para despúes conocer sus labios por primera vez, fue algo rápido, tímido, pero muy hermoso.

-Promete que intentarás quererme y me tratarás bien- susurró cuando se separó de él.

-Lo prometo.

...

Amaneció, la noche anterior había estado llena de pasta y pelos azules en ella, pero a pesar de todo había salido bien y ambos estaban felices.

Ella despertó abrazada al brazo del científico, como siempre había querido despertar. Estaba más feliz que nunca. Incluso podría decirse que hasta había olvidado la muerte de su hermano.