Lovers || Raura (PRIMERA y SEGUNDA TEMPORADA)

18. Punto final.

La mañana del concierto, no me siento con ganas de nada. El hecho de despertarme solo, sin Laura y los niños, es suficiente como para que me sienta miserable por las siguientes 24 horas. La extraño tanto... Podría haber sido uno de los fin de semana más lindos de toda mi vida pero lo arruiné al acostarme con Courtney para mantener mi fama. Estúpido.

Ahora mismo estaba yendo a la habitación de Laura para ofrecerle ir a desayunar con ella y con los niños, pero vaya sorpresa me llevo cuando un hombre sale de su habitación y la abraza.

Jodido idiota.

¿Tan rápido me había buscado un reemplazo?

Me acerco a ellos y Laura me mira confundida, mientras que su compañía me rebaja con la mirada. ¿Se creía una competencia para mi? Laura lleva enamorada de mi cuatro años.

—¿Quién es él? — le pregunto en cuanto llego a su lado.

— ¿Qué te interesa?

— Me interesa y mucho. ¿Quién es?

Ella rueda los ojos. — Luca, él es Ross. Ross, él es Luca, mi primo.

¿Ella tenía un primo aquí?

— Me he enterado por unas fans y decidi venir a visitarla. Así que tu eres el tan famoso Ross... — murmura sonriendo de lado.

— Si, soy el novio y el padre de sus hijos.

— Ex novio. — me corrige Laura de mal humor.

— Debo irme... Nos vemos luego, cariño. Cuídate. — se despide Luca para luego irse.

— ¿Quién te crees que eres? Ya no soy nada tuyo. — dice Laura en cuanto se va su primo.

— Eres mi todo... — murmuro.

— ¡Basta, Ross! Solo me hieres. Si yo hubiera sido al menos la mitad de importante para ti de lo que tanto me decías que era, si me hubieras amado realmente... Jamás me habrías hecho esto. ¿Mentirme en la cara? Confié ciegamente en ti porque jamás te creí capaz de algo así. No puedo verte sin recordar lo que escuché, ahora mismo siento asco de ti. No te das una idea de lo mal que se siente sentir asco al estar cerca del hombre que una vez fue todo lo que querías en tu vida. ¿Por qué lo hiciste? ¿Tan poco soy para ti? Quiero que el sufrimiento pare... Siento que me ahogo, Ross... Y tu solo lo empeoras. — solloza.

— Laura...

— Yo te amaba, realmente lo hacía. Aún te sigo amando, creo que jamás dejaré de amarte y me siento estúpida por ello. Te entregué todo de mi y tu me pisoteaste, pusiste como prioridad tener sexo que una familia que te ame. Los niños y yo te necesitamos, siempre te hemos necesitado... Y me defraudaste. Te pedi que no me lastimaras, que no me mintieras, que no me engañaras... Y fue lo primero que hiciste. Te perdoné que me hayas abandonado unos años atrás, te perdoné que me hayas dejado sola con tus hijos, te perdoné que me hayas tratado como una perra que se quería victimizar. Te lo perdoné todo, ¿pero esto? Te amo, te amo más que a nada y estoy enamorada de ti, pero no estaré contigo. A pesar de que lo que más quiero es estar otra vez en tus brazos y decirte cuanto te amo, no puedo... Y duele.

Escucharla decir eso era peor que escucharla decir que me odia. Laura, a pesar de todo, no me odia... Me sigue amando. Esa es la peor tortura: saber que tu amor te ama de la misma manera pero no pueden estar juntos por tu culpa, saber que la destrocé pero ella es tan buena como para aún seguir libre de odio.

— Fui un idiota, no te merezco... Jamás lo he hecho. No quería herirte, lo que menos quería era romperte el corazón. Lo siento tanto... Haré lo que sea para recuperarte y para ser ese hombre que te merece, incluso si ello me lleva toda la vida y tu ya no me ames.