Lovers || Raura (PRIMERA y SEGUNDA TEMPORADA)

8.2 Ser amado.

Ross

Le doy otro trago a mi copa y siento que una mujer se sienta a mi lado. Ya no se cuantas van. ¿Acaso no tenían nada mejor que hacer?

— ¿Puedo acompañarte un trago? — pregunta sonriendo de lado.

— El hecho de que esté aquí sentado tomando cerveza, no significa que necesite compañía. Te agradezco, pero paso. — respondo para después concentrarme en mi bebida.

— ¿Estás seguro?

— Deja de perder tu tiempo. Estoy enamorado de una mujer y créeme que no hay nada que me haga olvidarla. Ya lo he intentado todo, acostarme con una mujer no será suficiente.

— Si cambias de opinión... Estaré por allí. — dice señalando con el dedo un lugar pero ni siquiera le presto atención.

Al parecer se rinde, ya que finalmente se va dejándome a solas con el alcohol. Debería estar en casa con mi familia, pero últimamente este era mi lugar. Esperaba a que los niños se durmieran y me iba.

— Hermano, al fin te encuentro. — dice Ryland dándome palmaditas en la espalda y sentándose a mi lado.

— Ya sabes donde encontrarme. — murmuro llevándome la copa a mis labios para luego beber.

— ¿Qué te está pasando? Te has alejado de Laura completamente, ya no la tratas como antes y la dejas sola por las noches estando embarazada de tu hijo. Venías progresando...

— Lo único que quería... La única cosa que quería lograr era ser amado. — susurro mientras que siento las lágrimas en mis ojos. — Quería ser amado por Laura, que me necesitara y me amara de la misma forma en la que yo la amo... Y no lo logré. No importa cuanto me esfuerce, no importa cuanto cambie, no importa cuanto progrese... Ella jamás volverá a amarme y era la único que quería, aparte del amor de mis hijos... Lo único que quería era ser amado.

— ¿Por qué le has dicho lo que le has dicho? ¿Por qué te hiciste a un lado? ¿Por qué te rendiste?

— Porque la amo y quiero que sea feliz.

— ¿Y tú no podías hacerla feliz?

— Ryland... La abandoné estando embarazada, la hice a un lado, la engañé, la menosprecie. ¿Cómo puedo hacerla feliz? Quería compensar todos mis errores, pero no puedo... Nada es suficiente. Jamás llegaré a ser lo que ella necesita y duele tanto... La amo. Jamás he amado tanto a una mujer y estoy desesperado.

— ¿Sabes por qué no me gusta la nueva vida que llevas? Porque en la anterior creía que jamás saldrías lastimado, me refugio en este tipo de vida por ello... No tienes nada importante que pueda irse de tu lado por tus cagadas. Ahora, en este nuevo estilo de vida, tienes todo para perder y debes pensar en alguien más que en ti mismo, debes poner las necesidades de tu mujer y tus hijos por encima de las tuyas... Me aterra enamorarme, Laura tenía razón cuando me dijo lo que me dijo hace unas semanas atrás. Ross, eres un hombre nuevo y Laura ve eso. Te admiro como persona, es admirable tu cambio y el amor que le tienes a tu familia.

— Laura no me ama, Ryland. Lo he comprobado...

— ¿Cómo?

— ¿Crees que yo no sabía de sus citas? ¿Que no sabía que hablaba con otros hombres? ¿Sabes cuántas veces se me han acercado pidiendo que me aleje de Laura porque les estaba arruinando su oportunidad?

— Mierda... Ella no lo sabía, Ross. Creo que deberías ir a casa y estar con Laura, se siente sola desde que te has alejado.

— ¡Me lastima estar cerca de ella pero también me lastima estar lejos! — exclamo. — No importa lo mucho que lo intente, no puedo dejar de sentir lo que siento. Laura solo juega conmigo, un día me besa y al siguiente sale con otro. Dice que me ama pero luego no quiere volver conmigo. En serio, ¿qué diablos ocurre con ella?

Bueno... Yo estaba un poco excedido de alcohol ya.

— Tú eres el que me besa, no me culpes por ello. — dice una voz detrás de mi y yo me giro para encontrarme con Laura.

— Ay, mierda... — murmura Ryland.

— ¿Esto es lo que haces? ¿Tomar hasta decir estupideces? No somos pareja, pero tenemos hijos en común y me dejas sola con ellos por horas sabiendo mi estado.

— Solo quería olvidarte... — susurro mirando el suelo y ella suelta un suspiro.

— Genial. Estás borracho. Ryland, ¿lo llevas al auto por favor?

— Estás jodido. — me dice Ryland.

Y, por primera vez, se que tiene razón.

Laura

No hay persona más molesta que una borracha, Ross ahora mismo es una de ellas. Jodido imbecil.

— Deberíamos comprarles un perrito a los niños, se los prometí hace meses y nunca lo compré... ¿Es por eso que no me amas? — pregunta Ross haciendo puchero.

Ruedo los ojos y abro la puerta de casa. — Si te amo, Ross... Ya te lo he dicho.

— ¿Entonces por qué no estás conmigo?

— Porque eres un idiota. — respondo.

— Auch.

Río levemente y lo ayudo a subir las escaleras para guiarlo hasta su habitación. Una vez que le saco la ropa dejándolo en ropa interior, lo acuesto y se queda dormido de inmediato. Suelto un suspiro. Hablaría con él pronto, no quería que cayera en una adicción ni que pasara tantas horas afuera tomando.

Cuando estoy a punto de salir de su habitación, él agarra mi mano deteniéndome y yo lo miro.

— Por favor, quédate conmigo... Estas noches sin ti... No quiero pasarlas de nuevo. Quédate conmigo, Laura. — murmura desesperado y yo asiento sorprendida ante su actitud.

Me acuesto a su lado y lo abrazo con fuerza. — Tranquilo, estoy aquí... No me iré a ningún lado.

— Solo quería ser amado...

— Ross, eres amado. Tus hijos te aman.

— Quería que tú me amaras.

— Y lo hago...

— No me mientas... Por favor...

Suelto un suspiro y me subo arriba de él para acariciar su mejilla con suavidad mientras lo miro a los ojos. Los suyos expresaban una vulnerabilidad que jamás había visto.

— No te miento. Te amo, Ross. — susurro.

— Demuéstramelo... — murmura acariciando mi pelo.

Sin pensarlo dos veces, junto sus labios con los mios para besarlo como tanto había deseado hacer hace semanas. Ross corresponde el beso profundizándolo mientras me deja debajo de él.

Él necesitaba que le demostrara que lo amaba y yo lo haría. Lentamente Ross me sacó la ropa mientras nos besábamos y repartíamos caricias en el cuerpo del otro. Cuando Ross acorta la distancia entre nosotros, ambos soltamos un gemido sin poder evitarlo. Había pasado tanto tiempo desde la última vez... Ocho meses.

Yo había roto las últimas barreras que quedaban entre nosotros. Lo amaba y él ahora lo sabía. Era nuestra nueva oportunidad y esta vez no la desaprovecharía.