Capítulo 19

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Créanme cuando les digo que el mayor error que puede haber en el mundo de las fiestas es combinar distintos tipos de alcohol. Mala idea. Muy mala.

Entré casi a rastras a mi cuarto, apoyándome en el hombro de quién quiera que fuera, no lograba reconocer su cara, la cabeza me daba tantas vueltas que hasta este punto sólo agradecía seguir en una pieza.

Como pude me recosté en una cama que no era mía eso sí lo daba por seguro, o eso pensé cuando sin darme cuenta ya estaba besando el piso. Estaba bien, aterricé en mi orgullo, o lo que quedaba.

Recopilemos la información de esta noche.

3 horas antes

Habíamos llegado a la parte más intensa y divertida de los pasos de una borrachera perfecta, el individuo encargado de demostrar esta teoría era mi amiga Amy.

  - Se única comple- hipó entre llantos- mante estupida. - a lo que yo entendí que dijo fue soy una completa estúpida. Que puedo decir, cuatro vasos encima me estaba dando el don de entender a los borrachos.
Me acerqué a ella comenzando a sentir los ojos cansados y un leve mareo, primer síntoma. La vi sentada en uno de los escalones de la puerta del jardín, tenía la cara hundida en sus manos.

- Aún no entiendo cuál es el problema Am. -traté de buscar con mi mirada la suya.

  - El problema es el idiota dueño de esta casa, quien no me ha dirigido una sola palabra desde que llegué. Digo si invitas alguien personalmente esperas que te dirija la palabra por lo memos una vez.
Ya me estaba mirando.

  - Oh. - comprendí sonriendo levemente. Me quedé pensando un momento hasta que recordé haber visto a Chase platicando animosamente con Dylan como si fuesen amigos de hace años.
De la nada se me prendió un foco invisible arriba de mi cabeza.

- Tú  espera aquí, ya vuelvo.

Me levanté con ayuda de mi mano apoyada en el piso. Realmente comenzaba a sentirme mal, que en realidad se sentía muy bien.

Entré a la casa y mis ojos rápidamente localizaron a la persona que quería entre la multitud pero, al parecer, iba a ser muy difícil llamar su atención si seguía besando a la morocha. Ya no estaba pensando claramente y comenzaba a reírme por cualquier chiste estúpido que mi mente se formara.

Llegué junto a la parejita que estaba maravillosamente bailando y besando y sin pensarlo me abrí paso entre ellos por abajo y salí por arriba de un salto colocándome justo enfrente de Dylan. Él me miró con frustración y odio al no saber quién había interrumpido su faje con aquella "dama" pero al ver mis ojos alzó ligeramente las cejas y se le extendió una sonrisa por los labios.

JÁ. Creía que estaba celosa, pues no, un poco entonada pero lo primero no. Nunca.

Volteé a ver a la ahora ofendida Charlotte que por un momento pensé que su cabeza podría explotar de tanto que estaba temblando furiosa.
Sonreí con inocencia, agarré la mano de Dylan y lo llevé a la cocina, en la que disminuyó notablemente el ruido.

  - Escucha, me pone que hayas hecho aquello para quitármela de encima pero sinceramente si quieres un beso mío deberás hacer una graan fila. -sonrío escondiendo sus ojos que comenzaban a tornarse rojos, cruzó los brazos sobre el pecho y se recargó con seguridad en el refrigerador.

- Halagador, pero en otro momento haré una cita con tu secretaria para eso.

Puse una mano en su hombro. Al momento en que él exhaló sentí su aliento cargado de alcohol.

No te dejes enamorar  #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora