Capítulo 14

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Mi estómago duele, no pude desayunar en la mañana por la prisa, ya sólo faltaba una clase que claro, duraba dos horas para poder almorzar, no creo aguantar ni un segundo más, de pronto se me pasa por la cabeza faltar a antropología pero la profesora que nos ha sido asignada no había asistido a clases por lo que no me iba a arriesgar a faltar hoy y, que, con mi maravillosa suerte se le ocurriera venir esta vez.
Entro al salón y veo a Lara sentada arriba de la mesa platicando con una linda chica pelirroja, los pies de mi amiga están sobre la silla que está junto a lo que parece ser su nueva amiga, me voltea a ver y me sonríe saludándome con la mano. Casi está todo el salón, todo empieza así, los salones están hasta su límite de cupo y un poco más a principio de año pero al terminarlo sobran más de la mitad de lugares. Distingo una mesa casi hasta el fondo y me apresuro antes de que alguien más me gane, cuando de repente oigo más alumnos detrás de mí pensando lo mismo que yo.
Yo no seré la que me toque sentar en el piso, por lo menos hoy no.

A la mierda caminar fingiendo tranquilidad para no verme como una loca, están más cerca los pasos que casi siento como pisan mis tobillos, no hay tiempo, me echo a correr y estiro los brazos para agarrar la mesa, alguien me empuja haciéndome caer pero me levanto y logro meterme hasta la segunda silla de esta y justo el responsable de mi caída logra sentarse junto a mí.

-Pero bueeeno, qué Blanca y agradable sorpresa- Dylan tiene una sonrisa que logra esconder sus ojos, la mitad de su cuerpo está volteado hacía mí.
Siento mi sangre hervir, un poco.

-Sabes que pudiste pedirme permiso como gente civilizada, ¿verdad?- estoy viendo al frente y sonrío sarcásticamente. - Hola Al, buenos días, como amaneciste?, espero que no te moleste pero requiero de un asiento y me gustaría sentarme junto a ti ya que me muero por ser tu compañero de clases, gracias por tu atención. - hago un ademán con la mano.

- Que triste tu situación, sigues tan enganchada a mí que tienes que inventar todo eso para que te lo creas. - me mira divertido y continúa. - De hecho, cuando entré al salón vi que te quedaste parada en la puerta sin hacer nada así que procedí a elegir un asiento pero antes de dar siquiera el paso te echaste a correr, me di cuenta que detrás de mí venían más y entonces hice lo mismo pero de la nada te agarraste de la mesa como si estuviera en oferta, no tuve de otra opción más que quitarte... delicadamente. -al decir lo último junta sus manos y las entrelaza.

- No sé cómo sea para ti delicadamente, comprendo que te trataban así de delicado en tu casa, pero yo no lo sentí cuando acaricié con mi mejilla el suelo. - ahora sí lo estaba mirando.

- Pero que eres una exagerada, créeme que si hubiera más mesas disponibles estuviera sentado con un chica, de preferencia sexy, o por lo menos una de verdad. - me mira de arriba abajo fingiendo asco pero era una mirada pervertida.

Uuuuush.

- Ni quién te pele, si lo prefieres puedes tomar asiento en tu único amigo, el suelo, nadie te lo impide.
- Mmm, no lo creo, estos pantalones son medio caros y no pienso arruinarlos por ti.
- Estás seguro que no tienes un segundo nombre, algo como.... Arrogante?. Te quedaría muy bien, es lo único que de hecho te vendría bien. -sonrío triunfante.
- También me vendría muy bien un beso tuyo, claro si tienes la suerte de besarme.

Mi hambre cada vez aumentaba y él no estaba ayudando más que a ponerme de malas.

- Escucha, yo no elegí ni le pedí a las fuerzas sobrehumanas que me diera el honor de sentarme junto a ti, si?, pero no todo se puede en esta vida, tengo una clase que tomar si quiero pasar bien este año y agradecería que dejaras de ilusionarte un momento conmigo y no me dijeras los planes que tu cabecita se arma porque es lo más cerca que puede llegar a hacer algo conmigo.

No te dejes enamorar  #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora