Capitulo 2

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Localizo a Miriam afuera de su coche esperándome, corro hacía ella y le doy un abrazo, no hay de qué preocuparse ella igual viene conmigo a la universidad, en realidad por eso nos hicimos mejores amigas desde primer año, teníamos los mismos planes y que mejor que esa persona sea de confianza y agradable.
- ¿Ya tienes todo listo? - me mira con una gran sonrisa, se le notan los nervios.
- Claro aunque siempre puedo revisar..- comienzo a desabrochar mi mochila.
-No, no, creo que así ya estamos bien, no te hace falta nada- me dice mientras vuelve a abrochar mi mochila.
-¿De verdad? Porque siempre puedo revisar una vez más.
-Si, segura, solo vámonos ya a que termines de empacar.
Subimos al coche y Miriam arranca.
Termino de cerrar mi maleta, que bueno, acabé subiéndome en ella mientras mi hermano me ayudaba a cerrarla, tal vez si supiera ordenar mis cosas como mi mamá no hubiera sufrido, pero nada que la fuerza no pueda arreglar.
Estoy nerviosa, demasiado, ir a una escuela diferente a empezar desde cero ya es preocupante, pero ir a otro estado es más. No quiero llorar, no quiero pensar en todo lo que dejaré, así que me coloco mis audífonos y le pongo al azar sonando This Is What You Came For de Rihanna y dejo que la música me lleve.
Estoy apunto de caerme  mientras tocan un sonido chocante y cuando me doy cuenta de lo molesto que es me despierto para saber que es la alarma, me fijo en mi celular y ya es la tercera vez que suena, verán, no soy de las personas que se despiertan a la primera así que coloco alarmas 10 minutos después de que suene una y esta era la última, 15 minutos menos de lo que podría ser una buena arreglada.
Me paro de prisa y voy hacia el baño a darme una ducha.
Elijo un conjunto que consta de jeans negros, una blusa vino pegada, larga, con aberturas a los lados y mis vans vino, me cepillo el cabello y le doy forma con la tenaza, me coloco maquillaje simple, rubor, rímel, polvo y un labial entre rojo y rosa para después dirigirme a bajo.
Entro a la cocina y veo a mi mamá secándose las lágrimas, otra vez no, ya habíamos llorado y hablado de eso, pero supongo es normal.
-Ya mamá, no la vas a dejar ver, tranquila- Liam trata de tranquilizar a mi mamá mientras le soba la espalda -Mira, ¿por qué no mejor te distraes cocinándome unos ricos chilaquiles que tanto sabes hacer eh?
- Porque ya estás grandecito como para prender la estufa y hacértelos tú, y los harás cuando terminemos de dejar a tu hermana. - le termina por dar un zape en la cabeza.
- Ah, pero a ella bien que le preparaste sus huevos- lo dice justo a tiempo para verme entrar en la cocina.
- Ya cállate Liam, yo también te voy a extrañar.
- Pues sólo tú, porque yo estaré bien convirtiendo tu cuarto en un gimnasio.
Le termino por hacer una mueca y me apuro a comer.
Papá sale justo a tiempo del baño para cargar mis maletas y llevarlas al coche, respiro, o creo ya no puedo respirar y me entran ganas de llorar cuando tengo que cerrar la casa, supongo ya no me falta nada, pero dejo mucho, me visualizo y digo que todo es para bien y cierro la puerta.
Salimos del garage y pasamos frente de la casa ahora deshabitada de Dylan, el chico del que estuve enamorada por seis años, se mudaron hace unos cinco años, no sabemos donde pero lejos de aquí.
Recordé esa noche que hablamos cuando vi las escaleras de su entrada.
Era la fiesta de Col, uno de los tantos amigos del vecindario, cumplía 13 años, todos tenían 2 años más que Dylan y yo, hasta mi hermano. Jugábamos en el brincolín cuando decidimos tomar un descanso, todos entraron por refresco a la casa cuando yo decidí sentarme en las escaleras de la entrada de Dylan, no estaba sedienta porque en realidad no había brincado tanto, solo había estado ahí por él que tristemente no me hablaba, estaba pensando en ello cuando lo vi sentarse junto a mí y me sonrió.
-Creí que querrías un poco de refresco- me extendió un vaso.
-En realidad sí, gracias- no me fascinaba el refresco pero no quería rechazárselo así que lo tomé.
-No hay de qué- me miró a los ojos.
- Sabes, llevo de conocerte 3 años y nunca hemos hablado.
-Lo sé, es raro, pero nunca se ha dado- mentí, él nunca me prestaba atención.
-Si, pero ahora que estamos aquí, ¿te gusta vivir por acá?
- Si, claro, hay mucho espacio para andar en bicicleta y muchos árboles para esconderse- me sentí estúpida al decir eso ya que ya no jugábamos mucho eso.
- Si supongo, antes era más divertido ¿sabes?
- ¿Por qué lo dices?- voltee a verlo.
-Porque mientras más crecemos y tratamos de seguir haciendo las mismas cosas de antes ya no resultan tan divertidas.
-Lo sé, pero tal vez es por la edad, antes todo lo veíamos divertido.
-Si como cuando te caíste del árbol porque querías alcanzar el zapato que tu hermano lanzó- comenzó a reírse.
-¿Me viste?- comencé a sonrojarme, recuerdo que le había pinchado por accidente la llanta de la bicicleta a Liam y se vengó lanzando mi zapato al árbol, pero no creí que me estuviera viendo.
-Claro, estaba asomándome por la ventana cuando te vi trepada justo para observar cómo te caías de cara.
-Ni me digas, tuve un mes el yeso en mi brazo, lo único bueno fue que Liam me recuperó el zapato.
-Bueno si, se lo entregué a él cuando toqué el timbre de tu casa para dártelo pero me dijo que habían salido de emergencia al hospital.
Me quedé impactada, no sabía que Dylan era el que había recuperado el zapato.
-Espera, ¿tú te subiste al árbol?
-Si, sabía lo importante que era para ti sobre todo porque brillaba cuando pisabas.
No sabía qué decir, creí que era la única que me fijaba en él.
-Entonces muchas gracias.- le sonreí ampliamente.
-Si, bueno, era que siguieras corriendo mientras veías tus tenis como brillaban y gritabas que observáramos, o que no pararas de llorar y recordar que ahorita estuvieras con tus tenis. Aunque pensándolo bien, mejor lo hubiera dejado arriba, fuiste un gran dolor de cabeza con ellos.
Reímos al mismo tiempo, lo observé como se reía, de cerca podías verle sus pecas, no tenía muchas, me gustaba mucho su risa y estaba apunto de decirle lo chistosa que era cuando los demás se estaban acercando anunciando que ya era noche y nos teníamos que meter.
Nola la hermana de Dylan con mi hermano, en ese entonces no lo noté pero se convirtieron en novios, al parecer Nola no rechazó a Liam como su hermano a mi.

No te dejes enamorar  #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora