-Vamos Amy, vamos, sólo consigue la maldita llave.
Rachel no paraba de susurrar nerviosamente mientras se mordía los pellejos de sus dedos. Estábamos escondidas detrás de la pared de la esquina del pasillo viendo a Amy hablando con el conserje en la oficina.
-Auch, joder tu codo. -espeté mirándola hacia arriba quitándolo ya que estaba recargado en mi espalda, bueno, todo su cuerpo lo estaba.
- Guarda silencio que Roberto nos va a escuchar. -me dio una palmada en la espalda y estiró su cuello. -No veo nada, Alissa enderézate un poco.
La miré con odio e hice lo que me pidió.
-Algo así pero no tanto, un poco a la derecha.
Estábamos en una posición que consistía conmigo agachada asomándome, tenía mis manos apoyadas en mis rodillas y Rachel una cabeza arriba de la mía haciendo lo mismo, no podíamos salir al pasillo así que ligeramente se recargó en mi.
-Más, más, maaas mujer.- susurró demandante.
-Oh basta, uno más de tus "más" y para eso mejor salimos todas a ofrecerle un café a Roberto.
Rodó sus ojos.
-Shh, ya casi va a hacer su movimiento, estate lista a la seña... Espera ¿qué carajos está haciendo?Dejé de verla un segundo para voltear a ver la escena. Al parecer Amy estaba empezando a hacer manos de jazz y movía sus hombros mientras se hacía hacia adelante y atrás gritando "Vamos yo sé que usted puede hacerlo mejor que yo" el conserje al mirarla con miedo y confusión sonrió nerviosamente e hizo lo mismo que ella o trató.
- Acaso está haciendo el Shimi Shimi o cómo se diga esa cosa. - pregunté achicando mis ojos.
-No lo sé pero definitivamente está logrando distraerlo.
En uno de sus movimientos Amy se pegó al escritorio haciendo que este se balanceara y se cayeran varias llaves.
-Oh Jesúscristo, que idiota soy. -fingió estar avergonzada cuando se agachó a recoger las llaves. -Debe usted pensar que para lo único que soy buena son para mis pasos de baile, por favor déjeme le ayudo.
El pobre ya no sabia ni que hacer, la tomó por los hombros e intentó pararla negando con la cabeza y regalándole una sonrisa despreocupada pero forzada, algo como "ya déjalo así niña, yo las recojo", pero ella seguía lamentándose y le agarró el brazo jalándolo hacia abajo.
-Una disculpa, tenía razón mi mamá, ese golpe que me di cuando ella me tiró de cabeza de bebé definitivamente me hizo más torpe- siguió diciendo incoherencias mientras leía los números en las llaves de repuesto de las habitaciones, eran demasiadas pero en eso un grito nos hizo respingar a todos.
- Pero ¿qué está pasando aquí señorita Collins?- la directora estaba en jarras viéndola con el ceño fruncido. - Ya es muy noche como para querer venir a ayudar a hacer la limpieza en mi oficina, sabe muy bien que hasta las nueve se puede estar en los pasillos.
Entonces la ayudo a pararse y la sacó.
Nos acercamos en cuclillas lo más rápido que podíamos, parecíamos enanos caminando a toda velocidad.
La miramos preocupadas sabiendo que había fallado y Amy nos lo afirmó asintiendo ligeramente la cabeza y viendo hacia abajo, pero luego subió su brazo con la llave en él y sonrió triunfante.
- De prisa- susurró Rachel. -Inserta ya la maldita llave que estoy a dos de hacerme en mis pantalones y entonces si no podré usa ni una cobija como calzón.
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No te dejes enamorar #Wattys2017
Novela JuvenilTodos tenemos a esa persona por la cual haríamos hasta lo imposible por tenerla con nosotros, por más que esta nos lastime, se vaya y regrese como si nada los sentimientos seguirán ahí porque duele más el hecho de no tenerla que el de su error. Ali...