Por la mañana tenía unas ojeras que solo podrían compararse a las de un muerto viviente, como los de la serie The Walking Dead, porque sí, no había podido pegar el ojo en toda la maldita noche. Tenía mi iphone apagado, estaba evitando cualquier llamada, sea de Lionel o Ruggero. No podía hablar con ninguno de ellos.
¿Pueden culparme por tener miedo?, si Ruggerito se enteraba de lo que pasó... Era mejor ni pensarlo. ¡Aunque no podía evitarlo!
Oye amor, por si acaso Lio me besó. ¿Todo tranqui?... ¡Obvio que no! Si se lo decía, iría a reclamárselo a Lionel y crearían una discusión que afectaría el ambiente en el vestuario. Entonces Agus se daría cuenta y no le temblaría la lengua para preguntar, es el mejor amigo de Ruggero así que no dudaría en contárselo. Agustín se enojaría con Lionel y todo eso se notaría. Michael se preguntaría que pasa y cuando se enterara... ¡Boom! , todo el elenco sabría que Lio y yo nos habíamos besado.
Después la prensa se enteraría, los portales y los fans me culparían por el elenco peleado y... ¿Ahora eres vidente para saber que todo eso pasará?
Tuve el instinto de agarrar la almohada y ponerla encima de mi cabeza para intentar callar la vocecita que me hablaba. Decían que tenía una voz irritante, ahora que puedo escucharla y podía aceptar que no era exageración. Bueno, más patética no podía verme, estaba luchando para callar mi propia conciencia. Me la pase dando vueltas en la cama como una maldita desquiciada, no sabía qué hacer, ni a donde ir, solo tenía presente que no tenía ganas de poner una cara bonita a nadie.
¿Cómo estaría Lio? Me fijé en el reloj de la cómoda, eran las 9:15 am. Como acto reflejo, me levanté de un salto, pero volví a acostarme. Tenía que ir a trabajar, pero no podía con las ganas de perderme en algún rincón de mi cama.
—Karol...—escuché fuera de mi habitación, seguido de unos golpes en la puerta.
— ¿Quién?—pregunté haciéndome la tonta.
— ¿Cómo que quién? ¡Angie! — la oí y abrió la puerta. Su cabello castaño y rizado lo llevaba suelto y usaba sus lentes de lectura.
—Hola. —saludé. Ella entró y se sentó en la cama, mirándome fijamente. Cómo si supiera que algo me había pasado.
—Ayer no quisiste hablar, estabas muy rara. ¿Pasó algo?
—No —respondí rápidamente— Digo.... No, nada ¿Lindo día, no?
Mi amiga levantó la ceja pidiendo que le contase.
Suspiré vencida, Angie era demasiado inteligente y eso era insoportable. Me senté y apoyé mi espalda contra la cabecera de la cama. Miré fijamente a mi amiga, ella me miraba tranquila, esperando a que yo dijera una palabra.
—Una pregunta, así... casual. — encogí mis hombros, como quien no quiere la cosa. —Si estuvieras con no sé... Mike y de pronto Agustín se te acerca...—Angie frunció el ceño y asintió, poniéndome nerviosa. —...Y te besa.
Uno... Dos... Tres...
— ¿Agustín te besó?—preguntó sin rodeos.
— ¡No! -casi chillé— Lionel. —respondí sin más.
—Lo sabía, te lo dije, te lo dije. Se le notaba a kilómetros, te dije que él te veía más que como una amiga. Es que tú nunca escuchas.
— ¡Ya lo sé!— grité, agarré la almohada y me dejé caer sobre la cama.
—Okay, okay, el suicidio no es una opción. —escuché decir a Angie, mientras me quitaba la almohada de la cara.
— ¿Qué debo hacer, Angie? , Ruggero va a matarme. —susurré, como si alguien más pudiera estar escuchando. La morena suspiró y frotó sus sienes. Antes de volver a mirarme seriamente.
ESTÁS LEYENDO
Estamos Locos |Ruggarol|
Fanfiction"Ella era hermosa, pero no como esas chicas de las revistas. Ella era hermosa por la forma en que pensaba. Ella era hermosa por esa chispa en sus ojos cuando hablaba de algo que amaba. Ella era hermosa por su habilidad de hacer sonreír a otras perso...