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Me lavé la cara , agarré mis maletas y me fui a otra habitación.

Aunque estuviera molesta, debía aceptar que Ruggero tenía razón. Su esposa o ex esposa no podía verme ahí, pero tampoco era para esconderme. Bajé las escaleras y me asomé con curiosidad.

Rugge me vio e hizo una seña para que me fuera, Cande volteó y me miró sorprendida.

-¿Quién es ella?- preguntó y se levantó del sofá.

-¡Hola! ¡Usted debe ser Candelaria!- dije con una sonrisa, tenía que fingir.

Me acerqué y tendí la mano.

-Ruggero, ¿Quién es ella?- repitió de una manera nada agradable, me dejo con la mano extendida.

Era una mujer muy bella, tenía una buena talla. Era mucho más alta que yo, tenía el cabello rojizo y una linda y delgada figura.

-Es Karol...ella...- tartamudeó como un bobo.

-Trabajo aquí.- dije rápidamente-

-¿Ah sí?- dijeron Ruggero y Candelaria a la vez.

-Ah, sí, por su puesto.- reaccionó Rugge.

-Soy la asistente del señor Pasquarelli. Karol Sevilla, para servirle.- dije y moví la mano.

-Eres muy joven y no pareces asistente- dijo mirándome, no se lo creía.

Bueno era una asistente moderna. ¿No?, jumper, camiseta y converse. Ajá, muy creíble. Claro que no, pero aun así me tomó la mano y nos saludamos.

-Lo suficiente, señora.-respondí.

-¿Desde cuando tienes asistente?- preguntó.

-Recién.- respondió él sin dar fecha específica.

-Es un señor muy ocupado.- mencioné riendo.- Un gusto en conocerla, señora Candelaria. Yo solo vine a saludar, los dejo solos.- dije y salí de la sala.

No sin antes hacerle una seña a Ruggero, a espaldas de Cande, fue una seña de que lo estaba vigilando.

*

*

Minutos después...

-Bonita, déjeme entrar. ¿Si?- dijo Ruggero detrás de la puerta que estaba abierta.

Ambos estábamos contra ella, así que él no podría entrar.

-Claro que no, ve con Cande que te espera ansiosa en tu habitación.- mencioné fingiendo tranquilidad.

-Cande no me interesa, déjame que te explique. ¿Si?-pidió.

-A mí, no me importa.- dije y seguí empujando la puerta, pero él tenía mucha fuerza.

-Por Dios santo, no sea infantil.- mencionó.

-Y tú no seas ridículo, no voy a permitir que me sigas humillando- respondí, la puerta se fue y se cerró fuertemente.

-Hey, yo no la estoy humillando. Por favor, bonita. No digas tonterías.-escuché que me decía detrás de la puerta.

-¿Tonterías?, tontería pensar que te ibas a comportar como un caballero y no como un orangután bruto.- dije y di un suave golpe a la puerta.

-Hablemos, ¿Si?, yo te explico.- dijo otra vez.

-No voy hablar contigo, ni aunque me lo pidas de rodillas.- dije.

-Ya estoy de rodillas.- respondió y yo solté una risa antes de abrir la puerta, pero estaba de pié frente a mí.

- ¿En verdad cree que me voy a poner de rodillas por usted?, Karol Sevilla. Si no me quiere escuchar, bien, no me escuche. Eso me pasa por meterme con niñas.- dijo y yo lo miré ofendida

-Es cierto, ve, ve y busca a tu mujer. Yo ya sé a quién tengo que buscar.- dije, Ruggero me dio una dura mirada y se fue.

Cerré la puerta y me apoyé en ella.

*

*

Todo esto me pasaba por tonta, por creer que me tomaría en serio pero debía ser realista. Nos conocíamos tan poco tiempo, pero yo estaba loca de amor por Ruggero, pero él... una niña, nunca sería más que una niña para él. Tan poco le importo cuando me besó en su habitación, esa misma en la que su esposa estaba durmiendo.

-Te odio, te odio.- dije, me soné la nariz con uno de los pañuelos y seguí llorando como una ridícula.

Escuché como tocaban un par de veces la puerta.

-¡Vete de aquí!- grité furiosa.

-Eh...soy yo, Lionel.- dijo y yo me levanté de la cama, confundida. Fui y abrí la puerta, lo vi a él quien sonrió al verme.

-Lo siento, estaba un poco... nerviosa.- respondí y me limpié la cara con mis manos.

-Supongo, ella me dejo pasar.- dijo recalcando la palabra ella.

Fruncí el ceño e hice un puchero.

-¡Lo odio!- exclamé y me lancé a la cama.- ¡Lo odio! ¡Lo odio tanto! ¡Con todo mi corazón!- grité, saqué otro pañuelito y me soné la nariz.

Solté un par de sollozos, miré a Lio que me miraba contrariado. Me levanté de la cama y lancé el pañuelo al suelo.

-Lo siento, lo siento, debes estar pensando que soy una loca o una tonta.- mencioné.

-No, no, Karol.- dijo y me agarró por los hombros.

-¡Si! , soy una tonta.-me quejé.

-No, no, nada de eso.- dijo y dejé de llorar.- Estas herida por Ruggero. ¿Verdad?- mencionó y yo asentí.

-Si..- acepté con la voz entrecortada y sentí más lágrimas acumularse en mis ojos.- Estaba en una hermosa cajita de cristal pero. ¡Bam! , se rompió y me corté, y no dejo de sangrar. Tengo una hemorragia de amor.- dije en medio del llanto, pasé mis manos por mis mejillas y me limpié las lágrimas.

-Oh, Karolcita.- dijo Lio y me atrajó hacia él para darme un abrazo. Le correspondí el abrazo, rodeando su gran cuerpo con mis brazos y apoyé mi frente en su pecho. -Vamos, enana. No pienses en eso, ¿Qué tal si salimos?, no he venido solo.- dijo sonando animado.- Esta Agus, esta Jorge, esta Mike.

-No lo sé, se supone que ahora soy una asistente y no creo que las asistentes salgan con los amigos de su jefe.- mencioné.

-¿Asistente? ¿Y esa mentira de dónde salió?- preguntó.

-De esta boquita de caramelo.- dije y señalé mi boca.- Ahora no sé cómo mantener esta mentira.- dije y solté un suspiro de frustración.

-Tendrás que esperar a que se tranquilice todo.- dijo.

-¿Esperar?, no creo que pueda...-dije. 

*

*

ESTOY TIPO ¿JUSTO CUANDO TODO ESTABA BIEN TENÍA QUE LLEGAR?

¿CUAL FUE SU REACCIÓN A ESTE CAPITULO? ¡COMENTEN!

UN SALUDO MUY ESPECIAL PARA TODAS LAS PERSONAS QUE NO HABLAN ESPAÑOL, PERO TRADUCEN LA HISTORIA, MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER.

SUBÍ HOY PORQUE MAÑANA TENGO EXAMEN Y ESTUDIARÉ TODO EL DÍA.

MIL MILLONES DE GRACIAS.

Estamos Locos |Ruggarol|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora