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-Ay, perdón. Lo siento.- me disculpé y agarré su mano, pero se soltó bruscamente.

-¡Suéltame!-gritó.

-Bueno, Cande. No te pongas así, no hagamos escándalo con tanta gente aquí.- le dije en buena onda.

-Tú estás haciendo escándalo, ¿Para qué viniste?, te hubieses quedado donde estabas.-se quejó.

-Cande, a Ruggero no le gustara verte así.- mencioné tranquila.

-¿Y?, al él no le importo. Eso debería gustarte, porque ya lo podrás disfrutar.- dijo.

-¿Qué?, no digas eso. Solo quiero que él esté bien.- respondí.

-¿Para qué viniste? ¿Sabes para qué? ¡Para cagarme la vida!- exclamó molesta.

-No sabes lo que dices, estás borracha. Córtale, ¿Si?- dije y le quité la botella.

-¡Dame eso!- gritó.

-¿Qué está pasando?- escuché, miré atrás y vi a Ruggero.

-Nada, no pasa nada.- dije.

-¿Qué te paso a ti?- preguntó al verme, supuse que significaba por mi triste cabello.

-Nada,nada.- le señalé a Cande con los ojos y apunté la botella que tenía en mi mano.

Soltó un bufido.

-Mira cómo estás, Cande.- mencionó.

-Yo estoy bien.- respondió la argentina.

-¿Estás bien?, estás completamente borracha.- le reclamó Ruggero, yo solo pude encogerme de hombros y seguir mirando.

-Cállate, cállate.- se quejó ella.

-Ven, ven, ¿Puedes pararte?-dijo y preguntó, se acercó a ella y se sentó a su lado.

- Rugge.- lo llamé, él volteó a verme.-Bajaré.- le indiqué y él asintió y me hizo una seña con su mano para que siguiera.

Me acerqué a la puerta, volteé a verlos, Cande estaba llorando y Ruggero la abrazó.

Suspiré y volteé para salir de la habitación.

*

*

Las cosas con Candelaria iba hacer más difíciles de lo que creía, casi me arranca los cabellos en el baño y si no fuera por Ruggero, lo hubiese hecho.

Cande no era mala persona, pero estaba loca, a parte estaba que fuera indecisa en sus sentimientos con Ruggero. No la odiaba, de hecho me daba un poco de pena porque estaba de esa manera por mí. Yo no quería ser la causa del sufrimiento de otra persona. Eran esposos, y ella me hacía sentir muy culpable.

–¿Estás llorando?- escuché que preguntaban. Me había escondido en la cocina después de dejar la segunda planta de la casa.

-No, no, solo se me metió una basurita en el ojo.-dije y pasé mis dedos por debajo de mis ojos.

-¿En los dos ojos?- preguntó Lio.

-Ay, Lionel. Párale si, neta no me siento bien.-le respondí con sinceridad.

-¿Y qué puedo hacer?- preguntó, yo lo miré y nos sonreímos.

-Dime que mi cabello se ve bien.- dije y pasé mi mano por mi cabello castaño que ahora lo tenía suelto.

Lio se rió y yo lo miré enojada.

-Para eh, que no hay necesidad de burlarse.- me quejé.

-No, no me estoy burlando, solo me da gracia que te preocupes por eso cuando antes estabas llorando.- respondió y yo asentí dándole la razón.

-Pero ya no.- mencioné.

-Mañana nos iremos a Suiza pero cuando regrese...- se calló y yo lo miré confundida.

Lo vi sonreír y mirar hacia otro lado.

- Digo, podíamos salir. ¿No?- mencionó.

-Oh, claro que sí. Me gustaría conocer más la ciudad.- respondí asintiendo y sonriendo.

Me gustaba estar con los chicos, todos me caían muy bien y ya me sentía parte de ese... extraño grupo de actores.

-Hey Lio, están preguntando por ti.-dijo Ruggero entrando a la cocina.

-¿Si?-respondió confundido.

-Agus dijo algo sobre tu auto, no sé.- respondió y se encogió de hombros.

-Oh, ese Agus.- gruñó y yo reí por la gracia.

Lio salió de la cocina dejándonos solos. Agustín a veces era tan insoportable, me caía muy bien. Me recordaba a alguien, no sé a quién exactamente.

-Y Lionel te pide una cita, ¿no?- dijo Ruggero con tono irónico.

-No me pidió una cita, me dijo para salir.- respondí.

-Eso es una cita.- me dijo. Oh, bueno.

-¿Y? ¿Qué tiene de malo?, Lionel es un verdadero caballero... no un orangután como otros.- dije hablando claramente de él.- Es como un príncipe amarillo.- mencioné.

-Pues cuidado, no se te vaya a desteñir.- respondió y yo reí.

-Bueno, y ahora me celas.- dije, pero él no respondió, me ignoró y se puso hacer café.-¿Te pasa algo conmigo? ¿Qué tienes?- pregunté, él me miró y soltó un suspiro.

-Nos vio, ¿Entiendes?- mencionó.

-¿Quién nos vio?- dije sin entender.

-Jhonny Deep.- respondió.

-Ay, ¿En serio?- dije sonriendo

-Nos vio Cande, ¿Quién más?- dijo con molestia y yo dejé de sonreír.

-Ah.- mencioné, pero aún no sabía cuál era el problema que tenía conmigo.

-Ella induce, creo... - dijo con cierta preocupación.

-¿Qué vio? ¿Qué vio?, no entiendo.- pregunté.

-Como te veo, como estamos, como nos hablamos.- respondió.

-¿Y qué?, no es culpa mía, es culpa tuya que me miras de esa manera estando ella ahí.- respondí.- Tú quieres que nosotras dos nos peleemos por ti, ¿No?- pregunté.

-¡No!, ¿Cómo se te ocurre?- respondió.

-Entonces habla las cosas de frente, Ruggero.- le dije.

-Pero no sé cómo, no quiero hacerle mal a Cande.- me explicó.

-Bueno, entonces quédate con ella y no me molestes más. Así son las cosas y punto.-mencioné y me encogí de hombros.

-No te pongas así, que me pones peor de lo que estoy.- se quejó y se cruzó de brazos.

Nos miramos fijamente, hice un gesto triste y bajé la mirada. Rasqué detrás de mi nuca y me sentí un poco avergonzada.

-Lo siento.- me disculpé.

-No te preocupes, lamento lo que paso.- se disculpó,

-¿Qué paso?, nada paso.- dije mientras miraba mi collar y jugaba con el jalándolo.

Me hice la que no sabe nada.

-Sí, Karol, que se pelearon.- me recordó y yo solté el collar para mirarlo fijamente.

-Bien, si, si, ella no me cae mal, no tengo nada contra ella y no somos amigas pero quería ayudarla y ella se enojó.- dije y palmeé mis piernas.

- Si, sí, pero..- dijo Ruggero, noté como bajaba la mirada y movía la cabeza.

-¿Qué te pasa, Ruggero? ¿Quieres decirme algo y...?, déjalo salir- pregunté e hice una seña con mis manos hacia mi.- ¿Me tienes miedo?- dije confundida.

*

Holaaaaaaa! Perdón por la demora pero aqui esta el cap.

ESPERO QUE LES GUSTE MUCHO MUCHO MUCHO, EL MARTES ESTARE SUBIENDO OTRO.

MIIIIIIIL GRACIAS POR LEER, Y QUE TENGAN UN LINDO DÍA

Estamos Locos |Ruggarol|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora