{8} -Fuego y tierra-

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Un chico de mirada oscura y penetrante le observaba detrás suyo. Tenía la esperanza de que fuera alguien como él. Alguien que estuviera perdido y que no conociera el lugar donde se encontraba.

- No hay forma de salir, eso te lo puedo asegurar- le dijo el misterioso muchacho- Mi nombre es Bruno.

-Mucho gusto...., Yo soy Ethan.

Ethan se le acercó y estrecho la mano de Bruno. En el fondo, ambos pensaban que tendrían que llevarse bien ya que pasarían mucho tiempo juntos a partir de ahora. Y tendrían que ayudarse mutuamente si querían seguir con vida. 

- ¿Aquí no hay comida?... Me muero de hambre- Pregunto Ethan 

 Bruno miró a Ethan y comprendió que aquel joven tenía muy mal aspecto. Tendrían que encontrar comida enseguida, si no, probablemente moriría.

- Ven.. sígueme- Dijo Bruno, indicándole que lo siguiera 

 Ethan le siguió por las oscuras calles del pueblo. Solo se oían sus pasos. Y, de vez en cuando, el sonido del viento. Ambos caminaban con una mirada perdida, sin saber muy bien a dónde dirigirse. 

Bruno se paró en frente de una casa que parecía estar habitada por un duende o un troll de lo viejas y putrefactas que eran sus paredes.

El chico abrió la puerta de entrada que carecía de una cerradura y, ambos se adentraron en el interior de la cabaña. El aspecto de la casa por dentro, era algo mejor que el de fuera. Había un acogedor sofá, al lado de una chimenea que desprendía varias llamas de fuego y una mesita en la que había desplegados varios mapas del mundo y una gran bola del del globo terraguero. 

-Quédate aquí un segundo, iré a buscar algo para comer- le indicó Bruno a Ethan.

Y marchó rumbo a la cocina. Al quedarse solo, Ethan se sintió aterrorizado. Había un gran cuadro en la pared, un cuadro en el que se veía un gran monte recubierto de lava- debía de ser un volcán-. La lava del volcán caía, abrasando todo a su alrededor. Las personas dibujadas en el cuadro, poseían rostros desencajados que desprendían absoluto terror. Detrás del volcán en el cielo, un nuevo elemento hizo sorprender a Ethan que seguía estupefacto. En el cielo del cuadro, se alzaba un gran Sol amarillo, recubierto por una especie de venas marrones, que le daban la impresión de que se estuviera despedazando.

Al volver al salón, Bruno traía consigo unas galletas de mermelada que había encontrado en el refrigerador de la casa. Observó cómo Ethan no quitaba ojo al cuadro que tenía en frente. 

- He encontrado comida- le dijo, intentando llamar su atención.

Pero Ethan pareció no prestarle ninguna atención.

- ¿Qué es todo esto?- Pregunto Ethan confundido.

 Hubo un silencio por parte de Bruno.

- No lo sé- respondió al fin. 

- ¿No lo sabes? ¿Y cómo sabías que aquí encontraríamos algo para comer? - preguntó esta vez, volviendo a mirar hacia Bruno. 

- En todas las casas hay comida, eso es algo obvio. Pero, el arte no se puede jamás interpretar. Es todo un misterio. 

- ¿Y por qué alguien decidiría colgarlo aquí? ¿Quién decidiría tener un cuadro tan horrible en el salón de su casa?-Esta vez lo dijo gritando. 

Ethan oyó el eco de su voz resonando por todo el pueblo. En cada rincón y recoveco de esa casa. 

- Colgué ese cuadro ahí para recordar lo que pasó- dijo una nueva voz que no era la de ninguno de los chicos. 

Y, al girar hacia el marco de la puerta, Ethan y Bruno observaron que un hombre de pelo blanco y barba que parecía bastante mayor, les estaba observando.

- ¿Quién eres? - le preguntó Bruno. 

Ethan se escondió detrás de él, muerto de miedo. 

 El hombre dio un paso al frente, para dejarse ver mejor. En ese momento, los chicos pudieron observar que los ojos de ese hombre expresaban una gran tristeza. 

- Si supiera quién soy, se lo diría, muchachos- hizo una breve pausa- Sin embargo, no lo sé...

Y empezó a lloriquear como si fuera un niño pequeño. 

-Ey, vamos, ¿qué le ocurre?- siguió preguntando Bruno que se mostraba cada vez más valiente. 

- No me lo puedo creer. Ustedes llegaron, después de tantos años...- volvió a decir el señor mayor con lágrimas en los ojos. 

- ¿Nos esperaba?- Preguntaron los chicos en unisono.

-Los estábamos esperando.......

© The Elementals: The birth of fire (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora