{11} -Fuego, Agua, Tierra, Aire-

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Cada uno de ellos iba a tener unas aptitudes especiales como una especia de poderes místicos. Eso les había dicho el Sr. Wood, al menos. ¿Pero qué clase de poderes? ¿A qué se refería exactamente? Sinceramente nadie lo sabía, así que, decidieron preguntarle. 

- ¿Qué tipo de aptitudes o poderes habla?- pregunto Bruno 

 El Sr. Wood sonrió de una forma muy maliciosa. Desde luego, nadie esperaba que le hubiera hecho gracia una pregunta así. ¿Qué escondía? Algo seguro que sí. 

- Todas las personas  tienen aptitudes, ¿no es así? - les preguntó. 

- Y Ustedes tienen las suyas, por supuesto.

La contestación del Sr. Wood no dejó satisfecho a Bruno, que siguió preguntando. 

- ¿Pero ustedes necesitan nuestras aptitudes? ¿Para qué?- siguió preguntando el chico

- Los jóvenes de hoy en día son mucho, muchísimo más fuertes e inteligentes que los adultos. ¿Te parece extraño que los admiremos? 

-¡Usted quiere algo más! - gritó Bruno con fuerza, sintiendo que aquel hombre se estaba riendo de él. 

- Vaya, vaya, jovencito. Un jovencito con mucho carácter. Y valiente. O, sí, muy valiente...

Los chicos miraban a Bruno con cierto temor. ¿Qué le haría después de su contestación? Seguro que nada bueno. 

- Tú debes de ser... El Correspondiente del Elemento Fuego- añadió el Sr. Wood mirando a Bruno seriamente. 

- ¿Disculpa?- pregunto el chico atónito y confundido por lo que acaba de escuchar 

- Los Elementos. Ustedes cuatros son los Elementos. 

- ¿Qué Elementos? - preguntó el chico extrañado.

- ¿No vas al colegio, Pequeño? En el mundo existen cuatro Elementos. Y, en cada uno de Ustedes, se encierra uno de ellos, cada uno de ustedes tiene adentro un poder que aun no despierta.

Esto último parecía toda una farsa para Bruno. Pero, el Sr. Wood lo había dicho muy serio. Realmente serio. 

- Es una locura- Dijo el chico, sonriendo de los nervios y el temor

- ¿Qué sería de este mundo sin locuras?- se volvió a ironizar el Sr.Wood.

Bruno miró al suelo. Estaba reluciente y pensó en quién se encargaría de la limpieza en aquel lugar. Cuando levantó la cabeza, el Sr. Wood llamó a Helena. 

- Jovencita, si tú..., ven aquí- le dijo haciendo un gente para que se acercara

La chica se acercó con la cabeza gacha. Se detuvo ante él y el Sr. Wood le subió la cabeza agarrándole la barbilla con fuerza.

- Vaya, si que guapa eres, jovencita. Y esos ojos azules que brillan como el agua, son como el mar. Apuesto lo que sea a que tendrás a todos los chicos loquitos por ti... 

Helena seguía seria, sin expresividad alguna en la cara. Era como si de repente la luminosidad de su rostro se hubiera apagado, dando paso a una nueva persona. 

- Eres el agua. Está claro. 

 Y, diciendo esto, soltó la barbilla de la chica bruscamente.

Bruno sufría por ella. Le estaba haciendo pasarlo mal a la joven. Y, él no quería que le hiciera daño. Le gustaría correr hacia ella en ese momento, y rodearla con sus brazos para que dejara de sentir el miedo que estaba sintiendo. 

Luego, pasó a mirar a Ethan. 

- Jovencito, tú no pareces muy valiente , ¿verdad?

Este comentario avergonzó demasiado a Ethan. Realmente odiaba que la gente adivinara sus sentimientos. Y, en ese momento, el Sr. Wood había dado en el clavo. Estaba aterrorizado. 

- Pero pareces un chico que se deja llevar, que actúa de acuerdo a su entorno como el aire- paró un momento y dio un paso adelante, para acercarse un poco más al chico- tierra. Como tu Elemento.

¿tierra? ¿En serio él era tierra? ¿Qué tenía ese Elemento de especial? Era el más insignificante de todos. ¡Vaya mierda! 

 La única que faltaba en conocer su Elemento era Cristina. Pero todos ya habían adivinado de cuál se trataba.Del Aire. El único que faltaba. Y, tanto ella como el Sr. Wood lo sabían antes. Así que, lo dieron por hecho. Seguramente eso sería de lo que hablaban el día anterior. Ella había sido la primera en conocer su Elemento.

Me enorgullece decirles que los cuatro son muy especiales. A partir de ahora serán cuatro líderes, nuestros cuatro dioses. Todo el mundo seguirá sus órdenes. Por tanto, a partir de este momento, vivirán en esta casa. El piso de arriba consta de cuatro habitación. Cada una está asignada a uno de ustedes. Tendrán sirvientes y nos juntaremos todos los días en esta sala a las seis de la tarde. No lo olvidéis bajo ningún concepto.

¿Vivir allí? Era una locura. ¿Con criados? ¿Tan importantes eran? Al parecer sí, ya que el Sr. Wood lo dijo con mucha seguridad. 

En ese momento, se despidió de ellos y cada uno subió las escaleras para ir a sus respectivas habitaciones. Tal y como el Sr. Wood les había ordenado.....


© The Elementals: The birth of fire (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora