Mazmorras

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– ¡Lincoln! – gritó Christina tratando de tomar a Lincoln.

Este a consecuencia del mal equilibro cayó dejando escuchar un grito que hizo eco por todas partes.

– ¡SHHH! – hizo la bibliotecaria.

Christina simplemente se quedo viendo al vacío, mientras caía Lincoln este trato de buscar algo de donde sujetarse o al menos detener su caída.

– ¡oh rayos! ¡Oh rayos! – gritaba.

En eso su mochila empezó a emparejarse con el.

– ¡mi mochila! Espero tener algo que me ayude – dijo.

Trataba de tomar su mochila pero a causa de la gravedad y la caída le era difícil tomarla.

– ¡la tengo! Ahora solo tengo que...–.

*pam*

Un sonido seco y doloroso sonó, era Lincoln que había caído de panza y cara a lo que parecía ser un pequeño estanque profundo, no se movía y lentamente empezó a hundirse, estando dentro del agua y mientras más se hundía una silueta empezó a nadar tras el hasta poder alcanzarlo.

– oh no, no te irás tan fácil – dijo Red mientras lo arrastraba a la orilla.

De dos golpes en el pecho hizo que Lincoln escupiera toda el agua que sus pulmones tenían, Lincoln empezó a toser hasta quedar completamente despierto.

– bien, ya estás bien – dijo Red.

Lincoln con dificultad empezó a levantarse.

– ay mi cabeza... – decía en un tono débil.

Lincoln raspo su cara y al haberlo hecho un ardor le recorrió por todo el cuerpo.

– ¡AH! ¡Mi cara! ¡Ay que dolor! – gritó.

Red lo vio y noto que toda su cara estaba roja y parte de sus brazos igual, el impacto con el agua hizo aquel pequeño pero doloroso daño que invadía el cuerpo de Lincoln.

– jaja, pareces un camarón crudo – empezó a reírse Red.

Mientras que Lincoln trataba de aguantar el dolor puso una cara de disgusto, levanto la mirada y vio el gran agujero que el ácido había provocado, muy apenas se veía la luz de donde estaba la biblioteca.

– ¿en donde estamos? – preguntó.

– eso es lo que también quisiera saber – dijo Red.

Vieron a su alrededor y lo que veían era que estaban rodeados por un muro de piedra grandes, como los antiguos posos de agua.

– parece ser un antiguo poso de agua – dijo Lincoln.

– mira – dijo Red apuntando a una puerta de rejillas.

– creo que es una salida –.

Ambos se dirigieron a esta, Lincoln trato de empujarla peor estaba con candado.

– cerrado, pero parece que el candado se ha oxidado con lo húmedo del ambiente, si tan solo... – pensó Lincoln.

– aguarda, por aquí hay una pierda o una roca, ¡ajá! – Red recogió una roca.

– muy bien ahora solo debo... –.

Red golpeó con fuerza el casado haciendo que este se rompiera, ambos entraron ignorando un cartel viejo que apenas se podía leer "no entrar", ambos caminaron por varios minutos por los pasillos y cada vez que se adentraban más, la oscuridad era más notable hasta que llegaron a un punto de literalmente no poder ver nada.

The friendzoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora