Capitulo 16

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CAPITULO 16

Riuk, se encontraba bebiendo cuanto licor encontró en la casa, los 5 hombres que lo cuidaban estaban custodiando el lugar, y uno de ellos se encargaba de vigilar a kagome.

Por su parte la morena intentaba zafarse de aquellas cadenas y así escapar, desde que la secuestraron el sujeto no había aparecido, tenía el vestido sucio repleto de polvo, aquel lugar era horrible las paredes estaban cubiertas de manchas de humedad y el olor que desprendían era nauseabundo.

Se dejó descansar unos minutos para retomar fuerzas, en ese momento recordó las cajas que yacían en una esquina, se estiro todo lo que pudo y logro tocar una con los pies, se las arreglo para atraparlas y traerlas lentamente así si, cuando solo faltaba un empujón apareció aquel sujeto tras la puerta, ella se asustó y mando a volar todo de un patada.

-algo me decía que debía venir a verte- Riuko sonrió mientras quedaba a la altura de la miko, y acariciaba su bello rostro.

-¿Qué es lo que quieres de mí?- pregunto ella, alejándose lo más que podía de aquel ser, la tomo fuete mente del mentón obligándola a mirarlo.

-solo quiero matarte- le dijo, asustando a la morena, que tenía el rostro pálido y lágrimas que amenazaban con salir.

-¿por qué?

-¿por qué?-repitió, el de ojos chocolates- porque mataste a mi hermano.

-no, espera es un error yo no conozco a tu herma- no logro terminar ya recibió un fuerte golpe en el estómago.

-¡Cállate! Eres una perra lo mataste a sangre fría-la golpeo en el rostro haciendo que cayera y se golpeara la cabeza con el duro piso, aprovecho entonces para patearla, Kagome quedo inconsciente por el dolor.

-¡KURO!- grito y en cuestión de segundos un corpulento hombre de cabello morado estaba parado en la puerta- lleva a la maldita a la habitación- sin pensarlo dos veces salió con la joven en brazos.

Riuko lo siguió minutos después, fue depositado en una ancha cama, las manos le fueron atadas de nuevo una de manera que quedara dispuesta a lo que su jefe tuviera en mente, no necesitaba pensarlo demasiado, aquella hermosa joven seria violada para después ser tortura hasta la muerte.

-Retírate- le ordeno, y salió de aquel lugar- y procura no molestarme- agrego después sonriendo sádico. Cuando las puertas de la habitación se serraron, el de cabellos marrones se sirvió un trago de whisky y espero sentado en un sillón frente a la cama.

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Kotome llego a la casa de los Okazaki, y tal como lo pensó Nagisa se encontraba ajena a lo que pasaba, "no dejes que la lastimen" fue lo que le dijo su compañero minutos antes de llegar, le hubiera pedido explicaciones pero la manera en que se lo dijo, le dio a entender de que estaba metido en un gran lio, solo debía asegurarse de que la joven mama, estuviera tranquila y a salvo.

Kotomi!- fue recibida por la encantadora sonrisa de la dueña-¿Qué haces aquí?- le cuestiono extrañada, la nombrada ingreso a la casa.

-¡Tenía el día libre así que decidí visitarte!- Nagisa era muy perspicaz así, no se creía del todo aquella escusa, pues sabía que de ser así tomoya también estaría descansando, Kotomi sonrió nerviosa al verse descubierta- en realidad eh venido a cuidarte en tu estado no puedes esforzarte fui amenazada por mi jefe al no hacerlo- agrego sonriendo, y conseguir que la castaña se riera.

100 días con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora