Capitulo 21

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Capítulo 21

Y el monje entre cerró los ojos y miro al médico que atendía con obscena exageración a la azabache, había visto la preocupación en sus ojos, en la forma de actuar, era demasiado sospechoso, estaba seguro que si él fuera el enfermo no recibiera más que un par de pastillas y una siesta.

No le gustaba para nada lo que estaba pensando.

-¿Es una mujer muy hermosa no cree excelencia?- Kenshin pregunto, para tratar de menguar el tenso ambiente que se empezaba a formar entre ellos y de paso simulaba que su interés era solo por lo físico.

-Sí, lo es- el monje respondió, ahora confundido mientras veía la espalda del médico.

-Excelencia lo que sucedió hace un rato ¿porque fue?, jamás había visto tanto poder- el comento mientras pasaba un paño húmedo por la frente de la miko, que yacía inconsciente en la cama.

-Esta miko y aquel demonio, han compartido sangre, lo que significa que también comparten una cierta parte de sus poderes, pero puedo asegurarte de que la mujer es la única que ha recibido sangre que por fortuna no los sabe utilizar.

Y el médico se güiro para verlo a los ojos-¿Cómo lo sabe?

-porque de lo contrario, mis conjuros no aria tal efecto en el Dai Youkai... el seria casi inmune a la fuerza espiritual y es una ventaja muy grande el que no lo haya hecho.

-¿Eso quiere decir que aún puede matarlo?- Kenshin murmuro y el monje sonrió melifico, en respuesta.

Decidió que era el momento de salir, y dejar sola a la azabache ya había atraído mucho la atención, ahora debía de ignorarla, lo suficiente como para que el monje se confundiera. Y le diera más tiempo para pensar en un plan y sacarlos de allí.

En cuanto la puerta se serró, Kagome abrió los ojos, había escuchado toda la conversación y gracias a eso se le había ocurrido un plan para ayudar a su amado, así que se levantó y tomo el tenedor que estaba a un lado, luego se metió al baño y se dispuso a quitar la tapa del conducto de aire, era lo suficientemente ancho para que entrara ahí.

Quitar los tornillos le llevaba mucho tiempo, y más si usabas un tenedor como destornillador, era una misión difícil, pero no imposible, y ella estaba decidida a lograrlo.

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Por otra parte Inuyasha llevaba al detective en su espalda, este iba sorprendido de lo rápido que era, aun en terreno de difícil exceso como el bosque por el cual estaban atravesando.

-¿estás seguro de que es por aquí?

-Sí, el olor de Sesshomaru va en esta dirección.

-vaya ¿que eres como un perro o algo así?

Inuyasha gruño levemente-Sí, soy un demonio mitad perro.

-Oye y tú hermano

-¡Medio hermano!- espeto cortándolo con fastidio.

-¿bueno tu medio hermano también lo es?

-No él es un demonio completo.

-Haaa, ya veo... ¿y porque tu no lo eres?- el pregunto con mero interés.

-¡Hag, ya basta de tantas preguntas!- grito arto y sobre todo porque hablar de ese tema en particular lo ponía de muy mal humor y más si su madre estaba involucrada.

100 días con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora