Diecíseis

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(Levka)

Escucho a mis padres y a Irina discutir y la verdad estoy empezando a hartarme un poco. No han llegado a nada y no lo harán. No puedo esperar más tiempo, necesito llevar a Miller a un lugar seguro y ese lugar es el territorio de su manada.

Ya hable con William y el dijó que me esperaría en la entrada de su territorio, sólo necesito una distracción que me de el tiempo suficiente para irme. Solo hay algo que podría funcionar...enviarle un texto a Irina.

"Necesito que los mantengas ocupados por un par de minutos"

"¿Para qué?" —responde ella.

"Llevaré a Miller hasta su casa"

"¿Estas loco? Si ellos se dan cuenta van a matarnos a los tres."

"Bien, si no quieres ayudarme con esto, lo entedere pero de igual forma voy a hacerlo"

Tomo a Miller y lo coloco en mi espalda, puedo soportar su peso sin embargo no he comido desde hace un par de días lo que difículta un poco las cosas, ya que cuando salga de esta cabaña tendré que correr lo más rápido que pueda.

Agudizo mi oido solo para saber que esta sucediendo.

—No podemos aceptar esto, Irina. — dice mi padre en tono molesto, pero contenido.

—¿y de cuándo acá se han vuelto tan prejuiciosos? Porque que yo recuerde lo único que siempre han querido, es que Levka sea feliz...

—¡Y lo queremos!— mi madre se escucha desesperada y me hace sentir culpable. Jamás quise que esto terminara de esta manera. —Es solo que es un tanto difícil aceptar algo así... ¡Mi hijo esta emparejado con un hombre lobo! ¿Tú aceptarías eso, Irina?

—Pues si...

—¡No lo creo!– sus voces empiezan a alejarse un poco —¡pero eso no lo entenderas a menos que seas madre!.

"Ahora...vete" — Es apenas un Susurro, pero se que ha sido Irina.

No me lo pienso dos veces antes de tomar la mochila de Miller y salir corriendo por la puerta trasera. Es una pena que tengamos que irnos de esta manera, se suponía que tendriamos dos días para nosotros solos, y todo parecía ir tan bien...

Empiezo a sentir como mis fuezas merman, pero necesito llegar a territorio de su manada antes de que mis padres se den cuenta de lo que estoy haciendo. La sangre de Miller huele demasido bien y yo tengo hambre, sin embargo se que no puedo tomarla. No solo porque Miller esta inconsciente, sino porque eso probablemente me mataría...aunque su mordida no lo hizó...¡De cualquier forma no puedo arriesgarme!

No tardo mucho en alcanzar mi objetivo y lo hago justo a tiempo, porque los musculos de mis piernas arden por el esfuerzo.

Diviso a William. El pobre debe estar super preocupado porque no deja de caminar de un lado para otro. Cuando me ve, prácticamente corre...

—¡Ahora si! ¿Dime que carajos paso?— Me ayuda a bajar a Miller y acomodarlo en el suelo. Sigue inconsciente pero ha estado quejándose muy bajito.

—Bu-bueno...mis padres nos descubrieron. —Digo viendo los moratones que empiezan a formarse en el rostro de Miller... Maldita hierba mata lobos, sino fuera por ella hace mucho se hubiera curado.

Lunas opuestas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora