—¡NO FUNCIONÓ!—
El restaurante ya estaba solitario y Oikawa estaba dejando salir todo lo que había amontonado en su pecho durante esas horas. La frustración de ser ignorado le había generado más dolor del que se imaginaba. Sólo quería soltarlo.
—¿Se lo escribiste al frente o atrás? Quién sabe, quizás se le ha pa...—
—¿QUÉ IMPORTA ESO? Ya nada sirve... —
La voz de Oikawa chillaba, era parecida a una olla hirviendo de agua. Tenía tanta emoción en la garganta que contenerla podría llegar a dolerle. Kuroo entendía los motivos de su desencanto, pero al mismo tiempo, su misión era tranquilizarlo. No quería que el resto de la rutina para cerrar se convirtiera en terapia.
—No digas eso...—
—¿Porqué demonios no lo ha hecho? ¿Está ciego?—
—...No... lo creo...—
—Osea...¿está ignorándome a propósito? ¿Qué espera que haga?—
—Tooru, es jueves. Si le das un momento para respirar quizás eso te ayudaría a ti también.—
Se cruzó de brazos inmediatamente. No estaba dispuesto a aceptar ningún tipo de recomendaciones justo ahora. Era una de sus peores características y lo sabía, esa necesidad constante de que le dieran la razón a mitad de un capricho.
—Ha tenido suficiente tiempo. Más del que yo tomaría para marcar.—
—Tooru, sabías que esta era una posibilidad.—
Oikawa continuó dando vueltas sobre el mismo lugar, con la angustia colgada de su garganta. Era verdad, sabía que esto era un resultado que había antes pronosticado, pero que no deseaba que fuera verdad. Claramente afectado por lo que esto causaba dentro de su mente, guardó silencio para esperar las palabras de su amigo que estaba siendo muy modesto. Sin embargo, pareció haberse tomado su silencio como el cierre de sus quejas, por lo cual estaba demasiado distraído en el celular. Oikawa tomó el trapo que colgaba de su delantal para lanzárselo en la cara con toda la rapidez que podía.
—NO ME ESTÁS ESCUCHANDO.—
—Pfft, claro...claro que lo estoy haciendo.— Destapó su rostro inmediatamente y apartó el celular de la conversación, dejándolo sobre la mesa. Lo observó de reojo antes de acomodarse en la silla y colgar los brazos en el respaldo. —¿Decías?—
Tooru ya había adoptado una postura muy hostil, pero continuó. —No sé qué hacer.—
Dejó las manos sobre su rostro para ocultar la decepción, Kuroo de todas formas pudo verlo. Le causaba una frustración inmensa tener que sentir este tipo de inconveniencias cuando se trataba de otro muchacho. Principalmente cuando se trataba de un chico heterosexual. Había pasado por eso muchas veces antes ¿porqué esto le estaba costando tanto? ¿había sido muy tranquilo? ¿acaso dejarle su número detrás de su recibo cinco veces distintas no era suficiente?
—... Ugh.— Reaccionó a las preguntas que había formulado en la mente. Conocía la respuesta pero iba a ignorarla. Azotó las manos en su regazo y tomó la toalla que usó como arma para ponerse a limpiar la mesa que sostenía el celular de Kuroo. Era como si en la repetición pudiera encontrar el acomodo de sus pensamientos.
—Le dejaré mi teléfono UNA vez más.— Habló, entre dientes.
—Mhm...—
—Y... si no me habla en dos días, ¡le pondré salsa caliente a su café!—
Kuroo aguantó una risa con la mano sobre los labios. —En verdad eres un niño, Oikawa.—
Por suerte, Tooru había recobrado las energías para responderle. Una sonrisa ladina ensombreció su perfil en cuanto lo enfrentó. "Dice el que tiene que estarle hablando a su novio cada media hora para decirle lo mucho que lo quiere."
ESTÁS LEYENDO
Sin Azúcar
FanfictionOikawa conocía su perfil. Iba todos los miércoles sin falta y pedía exactamente lo mismo. Era guapo, fuerte y tenía un gusto peculiar para el café. Extrañamente y aunque Oikawa quisiera explicarlo, no sabía porqué le había puesto los ojos a un hombr...