Capítulo 13: "La sombra de tu amor"

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La pelinegra recibía en el departamento donde vivía la visita del abogado que había enviado el joven de cabello alborotado para que lleve a cabo su divorcio.

¡Buenos días¡ soy el abogado que está representando al joven Son para que vea lo de su divorcio, decía un hombre mayor de lentes que miro de pies a cabeza a la pelinegra.

Divorcio, dijo Milk con melancolía.

Si señora, ¿supongo que tú eres la esposa del joven Son, no?, dijo el abogado.

Así es yo soy la señora Son, pase, tome asiento dijo Milk con cordialidad abriendo la puerta del departamento para que el abogado entrase.

¡Gracias¡ dijo el abogado entrando al departamento y tomando asiento en uno de los muebles.

¿Dónde está es mi esposo?, pregunto la pelinegra en tono de súplica.

No lo sé señora, el joven Son no me a indicado donde se encuentra, dijo el abogado.

¿El se comunica con usted?, ¿por favor déme el número de teléfono desde el que se comunica?, decía Milk en tono de súplica.

Lo lamento no puedo hacer ello, el joven Son, me dio un poder para representarlo en su divorcio con usted, mire le explico para que me entienda, si el divorcio es de mutuo acuerdo por parte de los dos este saldrá muy rápido, en menos de un mes los dos estarán divorciados, el joven Son le deja el departamento, le asignará una pensión al niño a parte de la cuenta que le aperturó a usted,....., decía el abogado siendo interrumpido por la pelinegra.

No pienso darle el divorció, si tanto quiere divorciarse de mi, que primero hable conmigo directamente, dijo Milk con firmeza.

Señora Milk, piénselo bien, eres muy joven y bella muchacha, obtendrás mucho dinero con este divorcio y puedes rehacer tu vida nuevamente me imagino que hay muchos jóvenes dispuesto hacer padrastros de tu hijo, decía el abogado.

Como puede decir eso, mi hijo tiene su padre y yo no pienso ponerle otro, dijo Milk con firmeza.

Mira niña, es lo mejor para los dos el joven Son no quiere conciliar contigo, el me dijo que solo se verá contigo el día que firmen el divorcio, decía el abogado.

Pues entonces nunca nos veremos y dígale a su cliente que no pienso tomar un solo yen de esa cuenta, me quedaré en el departamento porque aquí esta la habitación que con tanto amor mi esposo y yo decoramos para nuestro hijo, pero no voy a recibir nada más de él, yo volveré a trabajar como lo hacía antes, decía Milk.

Niña no seas tan orgullosa, acepta lo que el joven Son te está ofreciendo, decía el abogado.

Ya le dije que no y no pienso firmarle nada, dijo Milk con firmeza.

Está bien, entonces el juicio de divorcio se llevara a cabo de manera normal aunque demore más, dijo el abogado.

No creo que proceda no hay argumentos para que ello sea aceptado, además tenemos un hijo en común, es que no le importa su hijo, dijo Milk sollozando.

Cálmese no llore, al joven Son le importa su hijo y tú por eso no piensa dejarlos desamparados, decía el abogado.

Quiere el divorcio y dice que no quiere dejarnos desamparados, dijo Milk con tristeza.

El abogado se fue de casa de la pelinegra no habiendo conseguido que ella acepte el divorcio por mutuo acuerdo.

Luego de algunos minutos el abogado se comunico con el joven de cabello alborotado y lo puso al tanto de su plática con la pelinegra.

"La hija de mi enemigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora