Déjame recordarte como solías ser [Fanfic CDM] [Armin x Sucrette]

Secretos

< Alison >

Lo único que pasaba por mi mente eran los sucesos que tuvieron lugar ayer por la noche, era como si se estuviese reproduciendo un vídeo en modo repetición tratando de recordarme a cada segundo que Armin había cambiado, al despertar pensé que todo había sido un sueño, pero mis sospechas desaparecieron al mirarme al espejo y ver mis ojos totalmente inflamados a causa de las horas que estuve llorando tirada en el suelo. ¿A que es debido este cambio tan radical? Necesito saberlo.

-Buena suerte en tu primer día cariño.

-Gracias mamá. -Abrí la puerta del coche y bajé, era mi primer día en el instituto y ni siquiera había tenido tiempo de preocuparme, caminé hacia la entrada con la mirada perdida y ajena a mi alrededor, algunos antiguos compañeros me reconocieron y estuvimos hablando unos minutos, se asombraron mucho al verme, pero ni punto de comparación con la reacción de Alexy o Rosa, me despedí de ellos y entré a clase.

-¡Buenos días Alison! tenemos que hablar contigo. -Alexy me saludó entusiasmado pero lo ignoré, me senté en un pupitre vacío al final de la clase y me puse unos auriculares, no tenía muchas ganas de hablar, ahora entendía por que siempre actuaba raro cada vez que le preguntaba por Armin, pero no era excusa para no explicarme nada, Alexy le lanzó una mirada preocupada a Rosa y los dos se acercaron a mí.

-Alison ¿Ocurre algo? -Preguntó Rosa apoyando una mano sobre mi mesa, la miré durante unos segundos, me quité los auriculares y dirigí mi atención a Alexy.

-Ayer tuve un encuentro nocturno con Armin, me acompañó a casa. -Los dos intercambiaron una mirada asombrados y se sentaron a mi lado.

-Alison... yo... -No dejé que Alexy terminara la frase.

-Nono, no hace falta que me expliques nada, creo que ''entiendo'' por que no me lo dijiste e intentabas evitar el tema, pero no ha sido la mejor solución. -Bajó la vista y se revolvió el pelo.

-Lo siento. -Alexy colocó su mano en mi hombro mostrándose arrepentido.

-Tranquilo. -Le dediqué una media sonrisa. -¿Que me queríais decir? -Apartó su mano para responderme.

-Rosa y yo te queríamos dar un regalo de bienvenida, así que te iba a invitar a mi casa esta tarde.

-¿A tu casa? -Mis piernas empezaron a temblar pensando en el encuentro que tuve con Armin.

-Tranquila, mi hermano no estará, por las tardes se suele ir con sus amigos ¿Te parece bien a las 6? -Dejé escapar un breve suspiro al escuchar sus palabras, pero eso no cambiaba nada, me propuse que esta vez no le dejaría solo y le ayudaría a volver a ser el mismo, tengo que acostumbrarme a su actual personalidad para ir investigando por mi cuenta y descubrir la raíz de su cambio.

-Bien, pues nos vemos esta tarde en tu casa. -Le sonreí y comenzamos las clases, toda la mañana transcurrió con normalidad, Armin no apareció por clase, aunque no me extrañaba viendo lo que vi ayer, estaba segura de que no era la primera vez que se ausentaba.

Una vez las clases terminaron, me dirigí hacia mi casa, saludé a mis padres y comí con ellos, me sentía extrañamente agotada, subí a mi habitación y me dejé caer en la cama con la vista fija en el techo.

No pienso permitir que mi mejor amigo se siga convirtiendo en esto, no es sano para él ni para la gente que le quiere, pero... -Me llevé una mano a la cabeza- ¿por que? ¿que es lo que ha pasado?
Seguí haciéndome preguntas durante unos minutos hasta que me dormí.

Nos encontrábamos Rosa y yo sentadas en un parque, intentaba enseñarle a jugar a la consola cuando un grupo de tres niños se acercó a nosotras y se la arrebató de las manos.

-Vaya vaya ¿Esto que es? -El chico de pelo rubio comenzó a tocar todos los botones y me levanté del banco dando un salto.

-¡¿Que haces?! ¡Dámela! No es tuya. -Intenté agarrarla pero la puso en alto, por mucho que saltase no la alcanzaba y acabé echándome a llorar.

-¿Por que juegas a esto? -Dijo señalándola. -Estas cosas son para los chicos estúpida. -Me empujó y caí en el suelo llorando más fuerte, Rosa se levantó preocupada y me intentó levantar.

-Devuélvesela. -Armin apareció por detrás de ellos.

-¿Disculpa? -Uno de los chicos soltó una breve risa y el que tenía mi consola se acercó más a Armin.

-He dicho que se la devuelvas. -Apretó sus puños y me levanté.

-Armin déjalo, no pasa nada... -Me sequé las lágrimas con la manga.

-Ya la has oído, déjanos. -El chico lo empujó y cayó al suelo, todos empezaron a reír, pero de repente Armin se volvió a levantar y le pegó un puñetazo en la cara haciendo que soltase mi consola del susto, los tres chicos salieron corriendo y Armin agarró lo que me habían quitado, su rostro sonriente se transformó en uno triste al ver que se había rajado la pantalla al caer al suelo.