Chapter seven.

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La noche en la que Reece y Rachel se besaron fue bella. No hay manera de explicar lo inexplicable. Sólo pasó, sólo fue Reece Pheeps al fin dejando que una chica lo conozca.

Pero ellos aún no eran nada, ninguno aún quería iniciar algo, se conocían hace poco tiempo, y aunque fuese suficiente, los dos no se sentían preparados. Al muchacho le importaba Rachel, y así trató de demostrarlo. Él todas las noches la esperaba con el café listo, y con la servilleta a un lado, y cuándo Rachel llegaba, se sentaban en una mesa para dos, charlando hasta más allá de las una de la madrugada. Reece cada vez recordaba menos cuándo llegaba a su hogar y veía a su perro, y pocas veces recordaba cómo llegaba al trabajo, pero siempre estaba allí, esperando la media noche. De Rachel, no podemos decir mucho, no solían verla mucho por el pueblo de día, Reece se halló buscándola en las mañanas y comenzaba a recorrer el pueblo trotando con Henry a su lado.

Después de su beso, que Reece apreció de una manera especial, él siempre mantuvo el silencio, pero dibujó una sonrisa en la chica de media noche, y los dos se retiraron del café esa noche después de besarse, pidiéndose a gritos que alguna vez esa ocasión volviera a repetirse.

El tiempo ya no es relevante. Durante una media noche de luna llena, Rachel y Reece repitieron la idea de ir a caminar por las calles de media noche, pero esta vez había gente en las calles, se acercaba Nochebuena y todas las familias estaban entusiasmadas por decorar sus hogares para esperar a Papá Noel. Eran personas demasiado felices, y al ver a el chico y a la chica recorriendo el pueblo con la misma felicidad se alegraron también, pero no de ver al chico más antisocial del pueblo con una chica, si no de verlo a él solamente, por una vez en la vida, feliz.

Para la mayoría del pueblo Reece era un chico con problemas de identidad, pero ellos no piensan en que una vida joven puede ser más facil de arruinar que una adulta. Los adultos tienen la suficiente madurez para saber si ignorar algo o tomarlo en cuenta, en cambio un joven depresivo como Reece no se daría cuenta nunca de los comentarios que realmente son errados hacia él, y los que no lo eran. Mientras caminaban por Castle Combe esta eterna noche, Reece pensó en la vez en la que vio a Rachel con vestido, de eso ya habían pasado meses, se miró a sí mismo y se dio cuenta de que el tiempo había cambiado por completo. Habían pasado por lo menos nueve meses desde que conocía a Rachel y él estaba vivo, él parecía estarlo. Rachel había logrado todo en él, Rachel resucitó a Reece para llevárselo con él.

Pero no aún, no aún.

"—Es realmente linda la época de invierno."—dijo Rachel.

"—Lo es."

"—¿Estás bien, Reece?."

"—Ajá."—mintió.

"—No me mientas."

Reece la miró y Rachel hizo lo mismo, y él trató de ahogar el conflicto que tenía en la cabeza besándola, y lo hizo despejado, con calma.

Ahogar los problemas de Reece de esa manera fue una idea magnífica. Fue la manera de saber hacer las cosas bien, de dejar de pensar para disfrutar esa manera de olvidar. Todos tienen una manera de olvidar, la de Reece era besando a Rachel, definitivamente. Ella era una manera más de ser feliz, pero para ese muchacho era la única manera de cumplir esa disciplina.

"—Me gustas, Reece."

Él chico no supo qué responder.

"—¿Nunca te han dicho algo así?."

Reece negó con la cabeza.

"—Entonces me alegro de ser la primera."

Reece la volvió a besar. Ella era un ejemplo de lo que Reece quería. Era una manera más de describir a una persona irreal, quizás eso era. Rachel era una chica irreal, pero era sólo para Reece, era la única persona en el mundo que vio a esa chica entre una multitud, y se sintio bien por hacerlo.

Pero los amores así de bellos siempre tienen algo tóxico. Pero Reece aún no lo descubría, Rachel lo sabía, Rachel era tóxica, venenosa y no merecería nunca a alguien como Reece, pero dicen que disfrutar del momento era mejor que sufrirlo, y tiene sentido. Pero Rachel hacía algo malo queriendo a Reece, y lo sabía.

La culpa que sentían los dos era diferentes, Reece sentía miedo por lastimar a tal cristal tan fácil de romper, y Rachel se sentía mal por que sabe que está haciendo algo mal. Hacer cosas mal es lastimar a un individuo que no tiene culpa de nada, Rachel eligió muy erradamente a quién lastimar, pero la verdad es que ella nunca tuvo que llegar a la vida de Reece.

Ella tendría que ser una estrella fugaz, ya que como dice la palabra, es fugaz, viene y se va. Pero ella habló a Reece, ella enamoró a Reece, qué cosa más horrible.

toxic. » reece bibbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora