La verdad duele, la realidad duele, vivir duele. Pero si no hay dolor en una vida, no ha sido vivida.
Reece últimamente no ve a Rachel en las noches, sólo la escucha hablar. La situación es cada vez más extraña, a Reece no le gusta no recordar su vida, ya es demasiado exceso de Rachel. Era demasiado no recordar nada, no recordar el insomnio, pensar sólo en Rachel y estar horriblemente enamorado de ella, Reece no entendía del todo a Rachel, pero él también era difícil de entender, así que sabía que no debía preocuparse por eso, pero aún así le molestaba dejar de tener una vida por alimentar la de otra persona. Él amaba a Rachel, pero su vida no dependía de eso. Trató de hacer esfuerzos para recordar sus tardes, Reece no podía recordar cuándo leía, las letras eran ilegibles. No recordaba pasar tiempo con Henry, no recordaba las noches, Reece sólo pasaba noche y noche con Rachel.
"—Te contaré algo extraño."—dijo Reece.
"—Cuentame."—respondió Rachel.
"—Hace un tiempo dejé de recordar las cosas."
"—¿Cómo?."
"—No recuerdo cuándo alimento a mi perro, ni cuándo tengo insomnio, no recuerdo cuándo salgo a trotar ni nada, sólo recuerdo día a día que estoy contigo."
Rachel supo enseguida la razón del porqué Reece se encontraba de esa manera, pero obviamente no se lo diría.
"—Te contaré una historia."—dijo sin más.
"—Te escucho."—respondió Reece.
"—Había una vez, muchos años antes de que cualquiera de los dos nacieramos, un roble."—comenzó.
«El roble era inmenso, estaba lleno de verdes hojas y cada día con la brisa del viento una de esas bellas hojas bajaba al verde césped que lo rodeba. Una niña pequeña, cada tarde recogía la hoja que caía del roble, y le contaba una historia.
Al pasar de los años, la niña creció, pero cada tarde recogía sin falta la hoja que caía del roble que cada vez dejaba de ser uno joven, para pasar a ser sólo un simple árbol que al pasar del tiempo moriría, sin hojas.
Un atardecer, la niña no se presentó a recoger la hoja del roble. Era la última, después de que esa hoja cayera el árbol dejaría de tener sentido, comenzaría a crecer el verano siguiente, pero no sería lo mismo, él estaría mucho tiempo sin el amor que le daba esa chica. Él árbol tuvo un último adiós solitario, cuándo la chica volvió en la noche a recoger la hoja, esta se la había llevado el viento, y el roble se despidió de ese otoño sin una historia de ese chica que tanto llegó a apreciar, y salió sabia, el roble nunca pudo comunicarse con la chica, pero eso no significa que no estuviera presente, el roble lloró, y la chica se enteró tarde de eso.
Dejó que una vida dejara de tener sentido cuándo decidió no presentarse en ella, pero ella no era mala, ella sólo quería lo mejor para ella misma, ella no pensó que el roble dejaría su última hoja esperando que la chica la recogiera, y que le contara una última historia.
Esa chica se sentó al borde del tronco del roble, y lentamente le contó una historia.
"Erase una vez un roble lleno de vida que cobró sentido para una niña un día que cayó una primera hoja. Es como decir que el árbol tenía cáncer, cada día un cabello caía, pasaban veranos e inviernos y las hojas caían día a día, y fue un día de otoño, justamente el que le daba la entrada al invierno, cuando la niña no fue a recoger la última hoja que el roble dejaría como señal de querer ser escuchado. Y ella está sentada aquí, lamentando no ser realmente lo que el roble esperaba, aferrada a la culpabilidad y esperando mejorar como persona, pero eso no es posible, dejó a su amigo cuando más lo necesitaba."
Y esa misma noche, la chica durmió eternamente, al borde de su roble, ese roble que succionó su corazón y lo hizo parte de ella."
Reece pensó bastante en lo que quería referirse el cuento. Trató de relacionarlo con lo que hablaba con Rachel antes de el relato, pero no logró acertar de ninguna manera, entonces sólo dijo la verdad.
"—No entendí el cuento, si te soy sincero."
Rachel miró directamente a Reece, y dejó de juguetear con la servilleta.
"—Reece, la niña no siempre estuvo para el árbol, y cuándo más necesitaba un último adiós, la chica no estaba para dárselo."
"—¿Eso qué tiene que ver con que no recuerde nada?."
"—Eso significa que quizás yo tampoco estaré para ti cuándo más me necesites."
"—Pero siempre estás aquí conmigo."
"—Pero no siempre lo estaré, esto se está acabando, Reece. Mis hojas están comenzando a caer."
"—¿A qué te refieres, Rachel?."
"—Tendrás un nuevo comienzo, Reece, te lo prometo."
Reece no respiraba.
"—Dejaré que el roble que lleva tu nombre tenga un adiós solitario. Y que luego, florezca de nuevo, pero sin mí en él."
"—Rachel, no tengo idea de qué estás diciendo."
"—Reece, se acabó. Buenas noches, gracias por aprender, gracias por escucharme, y gracias por ser la persona más maravillosa que he conocido, sí te había visto antes, estábamos predestinados para estar juntos, lo entenderás luego. No quiero que te deprimas, no quiero que seas un muerto en vida. Vive, Reece, vive."
Reece estaba paralizado, no sabía que decir.
"—¿Adónde irás?."—preguntó simplemente.
"—Donde me corresponde ir."
Y la chica rubia sólo se retiró, llevándose consigo su café, y una servilleta.
Reece de verdad no recordaba como se respiraba.
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toxic. » reece bibby
Fanfic"Una noche en ese famoso café, un chico sirviendo una taza de la bebida y una chica, buscando una fuente de felicidad en la mirada vacía del chico que parecía haber visto antes, pero éste chico sólo elaboraba un simple café que segundos después entr...