13 | ¿?

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-cuando fue la última vez en la que fuiste a una fiesta, una boda o lo que sea. Vamos programador, ¡deja de ser tan aburrido! –

-no soy aburrido, pero ya tienes a Jongin. Porque insistes en ir conmigo-

-ya te dije por qué. Estamos teniendo algunos problemas y ahora no quiero hablarle. ¡Solo acompáñame! -

- ¿Tengo que hacerlo? -

-si-

Kyungsoo había llegado a su casa hace como dos horas.

Se había comido su comida y tomado una cerveza de su heladera sin siquiera pedirle permiso; todo para llegar a este punto. Para que, en este momento, le estuviera pidiendo que lo acompañara a la boda de un viejo amigo de la secundaria (con obvias razones de tras de toda esa amabilidad).

Obviamente Minseok había dicho que no, aunque como ya dije, el pobre de Kyungsoo se le había pasado casi dos horas intentando convencerlo y al final si lo consiguió.

-veras que te gustara y vas a agradecerme- le dijo justo antes de irse y cerrar la puerta tan descuidadamente detrás de él.

Kyungsoo era una persona tan molesta algunas veces y, aunque Minseok pensara en otros momentos, que era más que eso, siempre, ese tipo de estatura que daba miedo, conseguía sacarle una sonrisa o hacer que se olvide de toda la mierda en la que estaba hundido. Todo por su propia culpa.

Minseok llevaba metido en su casa desde la vez en que Jongdae termino con él de manera tan repentina. Pero quien podía culpar al pobre tipo cuando todo había sido culpa de lo que salió de su boca cuando hablaba con Kyungsoo. ¡Y lo peor es que en realidad ni sabia porque dijo todo eso! Solo había salido de la nada sin que él se diera cuenta y arruinado todo lo que había conseguido con Jongdae.

Minseok siempre ha sido tan precavido pero esta vez era claro que nada de eso había pasado. Ahora estaba más solo que adán en el día de las madres comiendo potes de helado de 5 litro cada vez que conseguía descargar alguna película de forma ilegal.

Tan mediocre se había vuelto su vida que hasta estaba considerando la loca invitación de Kyungsoo a esa supuesta boda de su amigo. Ni siquiera sabía que Kyungsoo tenía amigos en realidad, pero realmente estaba considerando ir con él y olvidarse de todo lo que no lo dejaba dormir, en medio de todo el lio que sería esa boda (sabiendo ya, que, si ese tipo tenía alguna relación con Kyungsoo, todo sería un desastre o al menos una reunión de psicópatas).

Porque si, además de comer como un cerdo potes tras potes de helado, también había sufrido de insomnio. En parte era por su problemita de consciencia y la otra mayor parte porque directamente se le pasaba la hora mientras veía capitulo tras capítulo de una serie de mal gusto que había encontrado.

Aunque a todo esto lo único importante es que desde que Kyungsoo salió de su casa, justo hasta este momento, seguía sentado donde se había quedado cuando el otro se fue. Eso sí, había cambiado la posición de la mano que sostenía su rostro sobre el brazo de sillón.

- ¿debería decirle que sí? -

Y para ese punto ya hablaba solo. Lo había comenzado a hacer desde hace tres días y aun así no conseguía nada más que sentirse aún más patético cada que lo hacía. Lo que no quitaba que siguiera haciéndolo porque, como ya lo dije, estaba más solo que adán en el día de las madres.

- ¡maldición le diré que sí! - concluye antes de levantarse y salir casi corriendo a la cocina, específicamente a su frezeer para sacar el pote de helado y ubicarse cómodamente en su sillón para no perderse el nuevo capítulo de thirty reason why.

Una Aventura Gay S.A. || Chenmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora