Capítulo 5.

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Capítulo Cinco

Sueños.

Sueños

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La tarde empezaba a caer cuando llegamos al apartamento. El sol empezaba a ocultarse, este soltaba rallos que iluminaban nuestra casa.

— ¿Mamá te encuentras bien? — pregunté.

— Si, solo necesito un poco de té. — afirmo mi madre.

Decidí prender el televisor, cambie constantemente de canal, hasta llegar al de noticias, en aquellos relatos algo me llamo la curiosidad.

Aquella noticia era extraña, habían encontrado un cuerpo de un hombre, el cual, según los vecinos decían que practicaba brujería y que invocaba a lucifer todas las noches. Su cuerpo fue hallado de la misma manera que el de mi padre, fue encontrado incinerado, con el único detalle, era que en su mano poseía una rosa.

Sentí un leve dolor, por lo que apagué el televisor ya que no quería que mi mente se volviera loca con todo lo que ha estado pasando recientemente. Tenía que mantenerme concentrada en mi madre.

Me dirigí a la cocina, el pánico se apoderaba de mí, así que apenas le serví él te a mi madre subí a mi habitación, me dirigí al baño y me empiece a duchar, conforme pasaban los minutos, las calientes gotas de agua que caían sobre mi cuerpo recorrían cada espacio en el, me hacían pensar en una cosa, que aquel momento era el más bello de ese día.

Cuando salí, fui directo a mi armario y tomé una sudadera vino tinto y una camisa negra.

Me acerque a ella, y observe la calle, entonces algo me erizo la piel, dejándome sin aliento, a fuera de mi casa estaba un hombre viendo hacia mi ventana, no podía ver su rostro, aunque algo en él se hacía familiar, me señalo con la mano, y se fue caminando, perdiéndose entre la oscuridad de la noche.

Mi corazón palpitaba rápidamente, y pequeñas gotas de sudor hacían su presencia en mi frente, pensé que quizá me estaría volviendo loca, talvez era una visión provocada por el miedo.

Cerré la cortina inmediatamente y me dirigí a mi cama, al darle la espalda a la ventana sentí pánico y me metí debajo de las sabanas, intentando protegerme de todo mal que pudiera estar al mi alrededor.

Me levante y me dirigí al baño, en el cual no dure más de diez minutos. Al salir me puse mi pijama, tenía miedo últimamente, cada vez tenía más sueños extraños, estaba muy cansada, así que me recosté un momento.

Estaba en un gran bosque, sola, al parecer algo estaba ocurriendo ya que las aves volaban en grandes grupos. Al ver las aves, pude apreciar que más atrás mío se encontraba el doctor que había ayudado a mi madre.

— Hola Clary — dijo él.

— Hola, — respondí — ¿qué haces aquí?

— No recuerdas ¿cierto?, cuando estábamos en el hospital y te dije que llenaras los documentos — Sonrió — Bueno, te traje esto, son los planos que me pediste del Manicomio.

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