CLARISSA, UNA JOVEN LA CUAL QUIERE LLEGAR A SER UNA GRAN ESCRITORA.PERO, EL PASADO ES SU PEOR ENEMIGO. SIN EMBARGO, SE VERÁ OBLIGADA A DESMANTELAR LOS GRANDES MISTERIOS QUE ESCONDE SU FAMILIA Y VENGAR LA MUERTE DE SU PADRE.
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Era tarde, aquel día había resultado horrible en todos los sentidos, desde que había escapado de aquel lugar. Me encontraba caminando por la avenida, el tráfico era el mismo de siempre y no podía faltar que algunos de los conductores pelearan por algo. No sabía en qué parte del país me encontraba, era extraño caminar por la ciudad en pijama y sin una pantufla. Eran las dos de la tarde, a esa hora nadie iría por la calle en pijama.
Me compraría ropa, si hubiera llevado dinero, pero quien va a dormir con el dinero al lado y más con pijama.Decidí preguntar en que ciudad me encontraba.
—Te encuentras en Cartagena, ¿por qué?—preguntó aquella señora.
—No, no no— empecé a alterarme.
— ¿jovencita?, ¿se encuentra bien?
—Sí, gracias por preguntar. Disculpa, de casualidad tendrás un teléfono para realizar una llamada.
—Sí, esta al final del pasillo.
—Gracias. —me encontraba en una almacén, en la cual vendían recuerdos para turistas y al frente de esta se encontraba la playa, su arena color amarillo pastel y las olas de azul turquesa hacia que aquella vista resultara hermosa. El teléfono se demoraba en dar aquellos tonos que yo quería oír.
Al segundo tono alguien contestó.
— ¿Hola?—contesto mi madre, al otro lado de la línea.
—Mamá, hola, soy yo, Clary—dije un poco agitada.
—Hola hija, ¿cómo estás?— preguntó ella serena.
—Mamá, estoy asustada, viene por mí.
— ¿Quién hija?, ¿quién?
—La sombra, mamá, la sombra viene por mí.
—tranquila hija voy a ir por ti.
—No, yo no estoy en el apartamento de mi tía.
— ¿Entonces, dónde estás?
Antes de decírselo me lo pensé dos veces. ¿Acaso quiero que se preocupe por mí?, ¿Pero si no le digo quien me sacaría de allí?
—Mamá, antes de decirlo, solo te diré que lo tomes con calma.
—¡¡Clarissa Evans!! dime donde estas en este preciso instante.
—Mamá, me había secuestrado y mandó a un demonio por mí. Estoy en Cartagena en mitad de una gran playa con mi pijama.
—Vale, Déjame hacer algunas llamadas y trata de estar lo más cerca de este teléfono para cuando te llame.
