Capítulo 14

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Capítulo Catorce

Estar en aquella fiesta resultaba algo aburrido, ya que la música que invadía el ambiente era muy estresante, en más de dos ocasiones me entraron las ganas de abandonar aquel lugar, pero, no podía le había dicho Azariel que estaría con él en aquella fiesta. Pero al parecer yo era una amargada.

Decidí dirigirme a una esquina, donde la suave brisa hacia que me refrescara un poco. Azriel se encontraba a mi lado derecho, ya que según él no le interesaban aquellos eventos.

La música se intensificó, la luz de la luna traspasaba las ventanas. A lo lejos divise la figura de Azariel, el cual se encontraba con lo que parecieran sus amigos, la mirada de uno de ellos se posó en mi para que después no los volviera a ver.

Al cabo de unos minutos paso uno de sus amigos con él atrás, al parecer él lo estaba presionando para Azariel se acercara donde me encontraba pero al parecer no le hizo caso.

Después paso al frente mío, no me vio. Así que decidí irme de aquel lugar. Al llegar a la entrada baje lentamente los escalones, y me dirigí a casa.

—Fue la peor fiesta de la vida—dijo Azriel desatándose el nudo de la corbata.

—sí, mejor vámonos.

Esa noche dormí tranquila, era como si todos los problemas se hubieran ido en poco tiempo, me recosté y empecé a recrear la escena en la casa de Azariel, sin darme cuenta que me había quedado dormida.

—¡¡Clary, Corre, Ahora!!—grito Azriel, antes de escuchar un gran estruendo.

Me levante de golpe, Voltee mi cabeza para ver la cama de Azriel, el cual, no estaba en aquella habitación.
No sabía si aquel estruendo era real o simplemente fue un sueño. Fui hasta la puerta de la habitación y la cerré, me asome a la ventana, dure algunos segundos viendo a la calle y después de un momento las luces de esta se apagaron. ¿Acaso estaría soñando?, ¿sería tal vez un corto?, la luz volvió pero esta vez la calle no se encontraba sola.
En la acera se apreciaba una pequeña sombra que poco a poco empezó a tomar cuerpo humano. Esta vez no podía correr, tenía miedo y Azriel no estaba para ayudarme. Lo que fue una sombra ya era un hombre, este poseía un traje negro y un antifaz el cual tapaba gran parte de la cara. Empezó a asentir lentamente y con su mano derecha retiro de su traje una daga.

Cerré las cortinas y cogí mi chaqueta, tenía que salir de aquí, al abrir la puerta de la habitación me encontré con una gran ráfaga de viento, al parecer Azriel abrió alguna ventana. Corrí hasta el final del pasillo donde se encontraba la escalera. Al empezar a bajar las escaleras tropecé con algo, esto hizo que me cayera.

Al levantarme pude ver que había un cuerpo en aquellas escaleras, era Azriel, su cuerpo reposaba en las escaleras, de su cabeza resplandecía un color Escarlata haciendo que su dorado cabello se volviera rojo. Al lado de él se encontraba un bate, seguramente con el que lo habían atacado. Salí corriendo donde se encontraba él y puse su cabeza en mis piernas.

—Azriel, te encuentras bien.

—Corre, viene por ti. —dijo él escupiendo un poco de sangre.

— ¿Quién?—pregunte con un hilo de voz. Aquellas palabras hacían que se me helara la sangre.

—la sombra, quiere asesinarte. —La luz de la calle volvió a apagarse y esta vez se escuchó un pequeño ruido en la puerta principal.--ve, sal por la puerta de atrás, y corre por el bosque, mientras yo lo mantendré aquí.

—Cuídate— dije dando le un abrazo.

—Clary, necesito decirte algo—dijo él tratando de sentarse, cada intento termina mal.

—Dime, antes que él esté aquí. —dije arrodillándome.

—Se Valiente y ten mucho cuidado. —dijo él, una lagrima apareció en su ojo derecho la cual se deslizó por su mejilla hasta su mentón. —Lamento decírtelo pero me da miedo perderte, pero quería que lo supieras.

Aquellas palabras hicieron que todo mi mundo se viniera abajo, Azriel sabía lo importante que él era para mí. Sabia sobre la sombra, incluso sabia sobre la llave que el tanto quería.

Pensé un momento, en aquellas palabras, las cuales no podía asimilar rápidamente, pero hasta que un gran golpe producido desde la parte exterior de la puerta principal hizo que regresara a la realidad.

— Mas tarde hablaremos de eso, mientras tanto tienes que cuidarte, volveré.

— El piensa que estoy muerto, ahora va por ti, corre. Si ves un cementerio entra en él, es campo santo.

— Muy bien, y tu ¿qué harás?

— Estaré aquí, pero necesito que corras lo más rápido al cementerio y cuando estés allá me llamas para yo ayudarte.

No me gustaba la idea de estar en un cementerio en medio de la noche, además tenía que correr para estar segura de que él no me alcanzará.

Abrí la puerta trasera y la cerré suavemente, no quería llamar la atención emprendí el camino para llegar al bosque, pero después de unos instantes no se oyeron más golpes.

— Donde estas Clarissa Evans. — dijo aquella sombra.

Empecé a correr rumbo al cementerio, estaba cansada y cada vez me era difícil respirar, aunque siendo sincera no sabía dónde se encontraba. Al voltear mi cabeza lo pude ver este se encontraba a varios metros detrás de mí. Algo dentro de él empezó a brillar, como un relámpago hasta que fue desapareciendo. Su forma actual era una gran nube de humo, la cual relampagueaba poco a poco.

Las calles estaban solas y oscuras, al llegar, el frio del bosque me recibió, las ramas de los árboles me golpeaban en la cara, volteaba la cabeza para ver donde se encontraba, pero la maleza no me lo permitía. Seguí con mi rumbo, cada vez con pasos más largos hasta que algo me detuvo.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2017 ⏰

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