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Renata.

Una rubia de pelo lacio invadió de la nada el lugar. Era yo, dando vueltas en línea recta con la típica sonrisa de "algo bueno me pasó". Estaba terminando la coreografía para el baile de máscaras de primavera. Todos los ojos, amigables, pacientes, envidiosos y hasta creidos, se habían clavado en mi. Pero sin embargo seguía estable.
Apenas terminé y sus aplusos borraron de repente un aire que parecía demostrar el desacuerdo y hasta quizá la desarmonía del lugar.
La Señorita Thomson se acercó a mi y con una sonrisa de orgullo, aclaró a las demás:
-La clase que viene practicaremos esta coreografía. Hasta entonces- Al finalizar me felicitó, aprecié la molestia pero quizá era bastante ¿No?. Yo solo reía y mostraba los dientes hasta el cansancio para asegurarle que estaba satisfecha por lo dicho, pareció llegarle tarde la información, pero cortó con su elogio.
- ¡Bien!, estoy muy feliz por ti, amiga. Fue una muy elaborada Coreografía, te felicito.
- ¿¡Qué dices?! La tuya también se destacó bastante- Contesté a Catalina.
Catalina era mi mejor amiga, compañera de banco y escuela, y vecina desde niña.
Pasamos por todo juntas, ella es una morocha de un corazón e ingenio enorme, aunque a la vez es muy... pícara. Nos adoramos.
Las dos, de seguro, dariamos todo por la otra, y eso, se nota constantemente.

Caminamos juntas hasta la otra esquina del salón, para buscar los bolsos, y entonces se acercó y susurró:
-Y... ¿sigues caminando sola?- y luego rió. Miré a mi lado y contesté:
-¿Tú ves a alguien aquí?- Reimos.

_______________________________

Se hicieron las 16:30 de la tarde y aún mamá no habia pasado a buscarme, entiendo que podria estar ocupada, pero, SOY SU HIJA, ella no puede olvidarse de mi así.
Sin embargo, no me quedé sola sino con el guapo chico de la parada de autobús. El simplemente estaba en su mundo escuchando musica y mirando hacia el fondo de la calle, intentando decifrar cuando iria a venir el maldito autobús, aunque sin embargo podia ser paciente con sus audífonos y esperar.
Él de espaladas, y yo clavándole la mirada sin importarme el cuando, donde, quien, porqué, ni como. Solo lo hacia, y si algo malo o quizá, raro, has de pasar, que pasé... mi dia venia bastante bien y eso, el universo, lo tenía en cuenta. Y bueno, parece ser que el "señor espacio" escuchó: Y mi teléfono sonó, me asustó... Nos asustó, por lo que giró a ver, y era yo y mi patética melodía de " Llama mamá, llama mamá". Con mis amigas, es algo super estar hablando y que de repente suene mi celular de esa forma, pero... ¡En público da vergüenza!. Y para peor, no sabia donde lo habia dejado. Miré al cielo y murmuré:

- ¡Gracias! - Dije sarcástica, mi cara de odio lo demostraba, aunque apenas bajé la mirada, lo encontré, mi estado cambió de repente.
Digamos, parecía una loca que hablaba con las nubes.

* ¿Mamá?*

*Cariño, disculpa, olvidé pasar por ti, ¿Ya es muy tarde?*

* Ay, no mamá aún te espero aquí así que...*
Y entonces me detuve y pensé, "podria preguntarle al chico guapo a donde se dirije el bús" Asi que rápido me acerqué y le dije, antes de que desviara su vista, nuevamente, al fondo de la calle. Sobre los gritos de mamá:
-Oye, si em...- ¡Cierto! Tenia los auriculares, de repente hice unas señas raras con las manos para insinuarle a que se los quitara.- ¿Podrias decirme hacia donde se dirige este bús?

- Si, su última parada es en Richard.

* ¿Oiste, mamá? Volveré en autobús. Nos vemos* Dije y corté al mirarlo con una sonrisa nerviosa. El simplemente sonrió como diciendo:. "Aléjate de mi, rara".
No fueron unos cuantos minutos para cuando el bús, por fin, llegó. Tenia algo de cambio en mi bolso y se lo dí al chofer con una bella sonrisa y siguiendo a este chico.

- Oye pequeña, aqui no hay cinco dolares, solo hay tres.- Me informó el chofer, lo miré asustada, tomé la plata y volví a contar, mientras le daba uno por uno: Uno, dos, tres... si, y tres.

- Lo lamento señor, per...

- Ey, Se te cayeron dos dólares- Me avisó el chico lindo, yo, miré hacia donde habia apuntando. Y allí estaban. Definitivamente, era como un ángel el maldito.

- Oh, em... Aqui tiene.- dije, se lo di, sonreí superada y segui por el pasillo hacia algún asiento, y justo vi uno que... ¡Wou!, cierto, el chofer aceleró.
Tropecé, pero como pude me paré, hice unos pasos hacia adelante disimulando el mal momento y me senté.
Una vez tranquila llegando a casa me acomodé para mirar hacia la ventana de la derecha. Y allí estaba:
-Ey...- Cierto, seguía con sus auriculares, aunque al segundo, escuchó:
-¿Si? ¿Me llamaste?

- Si, queria agradecerte por avisarme que se me habia caido el dinero, de veras que tan despitada soy, nunca hubiera mirado hacia abajo.

-Si, es que... esos billetes eran mios.-Al principio fue de no creer. Lo miré de pies a cabeza y pregunté:

- ¿Tú?, ¿Sin conocerme? Si claro.

- ¿Nunca pensaste que le das pena a algunas personas?- Me preguntó acomodándose en su asiento para quedar en frente mio. Yo copié su acción y contesté haciéndome la interesada, aunque no fuera asi:

-¿Sabes que no?, pero ya que lo dices, podriamos decir que tu tambien.

- ¿Ah? ¿si?

- Si, ¡Mirate! ¿¡Quien usa esta campera tan oscura?! - Hablaba tocando su ropa con delicadeza- y hasta recién tenias puesta la capucha. Asi que aqui somos ambos los raros.- El rió y volvimos a acomodarnos, derechos.
Y entonces pensé: ¡¿Ya?! ¿Ya estaba hablando con chico lindo de la parada?
Hoy, al parecer, me tocó la moneda de la suerte.
Él, ya habia puesto nuevamente sus audífonos en sus oidos. Ya era bastante. Asi que hice lo mismo, seleccioné musica y comencé a escuchar hasta llegar a casa.

Mamá aún no estaba, aunque estaba tan cansada que directamente me fui a dormir en plena tarde de verano.

Al dia siguiente debia despertar temprano para ir a practicar la coreografía del baile de máscaras. Siempre adoré hacer ese baile. Aunque la chica de la historia, no me representara tanto. A pesar de todo me esforzaba en hacerla , y más que todo me inspiró una frase de la obra que me impactó bastante:. "No escondia nada, queria ser yo, sin que nadie me viera". Es por eso que me esforcé tanto al crear esta coreografía.
Iba en autobús directo al salón.

_Mamá se habia ido más temprano que yo esta mañana.
Nunca la veo_

Se me cerraban los ojos en el camino, anoche desperté a las 5:34 de la mañana. Y desde entonces no pude dormir. Por más que halla tomado dos Red bull casi seguidos. Y me halla lavado la cara varias veces. Aunque despues de todo, llegué.
-Gracias-Le hablé al chofer y bajé de inmediato. Aunque el salón, estaba cerrado.
Esperé y esperé. (8:55)

* ¿Cata? Aiigh, seguro duermes, bueno solo quería decirte que cuando despiertes llames. Estoy en la puerta del salón y no hay nadie.*

_Primer mensaje de voz_ 9:35

*Hola, si em... no sé si te diste cuenta pero acabo de dejarte un mensaje, son las... 10:30 y... ¿aún no te has despertado?, vamos Cata, ¡Me aburro aquí! *

_Segundo mensaje de voz_ 10:32

* Bueno, suponiendo que no vendrás, tendré que tomar un taxi o si no ya veré.¡Gracias, amiga!, no puedo creer que tardes tanto, vives en Doblas, cerca mio.¡No es para tanto!*

_Tercer mensaje de voz_10:40

He's End.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora