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Catalina.

Me había puesto a practicar la coreografía de Renata frente al espejo cuando de repente oí el timbre. Me asomé por la mirilla. y pude notar su remera roja, esa peculiar remera roja.
Y supe quien era.  Abrí y lo saludé con un beso, Se paró frente mio después de pasar y se quedó mirándome.

- Aquí estoy.- Yo sonreí al dejar las llaves lentamente, confundida de estas acciones.
- S-si... ¿Todo bien?- El suspiró y sonrió algo raro para abrazarme y decir que si, que todo esta bien.
- ¿Seguro amor?
- Más que seguro- Afirmó al rozar sus manos con mis mejillas. Y luego murmurar:
- Te amo, cariño.- E inmediatamente me soltó y mientras caminaba hacia la  cocina preguntaba que estaba haciendo.

- ¡Bailando!- Oí su risa de repente.

-¡¿Qué?!- Me quejé jocosa- Tengo que saberla para el Lunes próximo.

- ¿De que acto?- Consultó mientras masticaba un pedazo de pan.

- El de la máscara. ¿Sabes? Mi amiga la hizo y nosotras le copiamos.

- Y es asi todos los años ¿o qué?

-No, es el primer año que la eligen.

-¡¿Y a tí?!- Gritó como indignado. Me sorprendía, era la primera vez que me escuchaba tanto y le llamaba la atención mi tema de conversación.

- ¡Cariño!, yo estoy muy feliz de ver como mi amiga triunfa, yo... aún no he tenido la suerte pero quizás algun año
impresione a Thomson.- Entonces tomé el teléfono y lo apagué mientras aún se reproducía el video.
-¡Espera, Espera!- Me detuvo. Lo miré raro y el de la nada me quitó el teléfono para seguir viendo el video.

- Ella... ¿es tu amiga?- Su cara se notaba como si conociera a Renata, y de la nada recordé eso que me dijo ella: " Si no me lo presentas tú , al final lo  terminaré conociéndo yo por mi cuenta y a puesto a que no te gustará" Aunque a pesar de todo no causó nada en mi. Me dirigí hacia la cocina a aunque sea hacerle un té a este pobre hambriento.

- Amor... ¿como se llama tu amiga?- Preguntó desde algún lugar.
- Renata, ¿la conoces?
- Em, eh osea,  sabes que no osea..
no, pero pensaba ¿no? y digo... em, digo ¡tan bien baila y nunca ha sido reconocida!- Lo escuchaba hablar mientras se acercaba a mi y dijo entonces:
- Pero tú... bailas mucho mejor cariño, solo que ella...
- Si- Lo corté comprensiva y se quedó mirando el video. Sin palabras. Terminó, dejó mi teléfono en la mesada y luego me abrazó de atrás al apoyar su mentón en mi hombro y decir:
- Cariño...- Y entonces me acordé.
- ¿¡Le preguntaste a tu madre sobre si puedes mudarte a casa!?
- Em, si- Entonces me soltó-... y me dijo de que no, se alteró por mi insistencia, y me prohibió estar contigo, me dijo que mañana me juntara a hablarte sobre esto. Y... no me dejó terminar.

-¿¡Qué?!- Grité asustada. Solté lo que estaba haciendo y lo miré furiosa.

-... Perdón, es mi madre, tengo  17 años además. No soy mayor de edad y...

-Esta bien- Lo corté al poner la palma de  mi mano frente a él.
Tenso momento.
Volvieron a mi las palabras.
- ¿Y porqué no intentaste volver a hablarle cuando todo estuvo más pasivo?

-Ese era el problema, Catalina- Se exaltó.- Me miró a los ojos y dijo: "En esta casa no estará todo bien hasta que yo te escuche llegar y decir, madre, se ha acabado todo con Catalina"

- Tu puedes decirle una cosa pero hacer otra.- Hablé de repente.

-¡Pretendes que le mienta a mamá!-Me callé, tome aire entonces para enfrentar lo que se aproximaba y hablé:
-Es el fin- Él se acercó a mi y con delicadeza tomó mis manos y me murmuró:
-Si el sentimiento sigue no puede ser el fin ¿no es asi?- A nada estaba de sonreir y sentirme bien... pero, ¡A quien le interesa el sentimiento! con solo saber que todo terminaría esa noche, en ese lugar, y en ese momento con solo saber eso, bastaba.
De inmediato lo solté y pregunté debastada mirando al piso y cambiando de tema:
-¿Que me ibas a decir antes de todo esto?

- Cata... - Me habló.

-¡Que me ibas a decir, Allan!- Suspiró.

- Nada, era eso.- Me callé; él se sentó y tapó su cara con su manos. Estábamos abatidos , sin fuerzas. Y sin pensamientos, sin sentimientos positivos ni nada. Y así abrimos la boca, tan idiotas:

- Vete de mi casa- Pronuncié en voz baja.

- Debes entender que no es mi culpa, cariño...
-¡Vete de mi casa!- Grité. Y me quedé ahí. Apenas oí el portazo me derribé en llanto. No lo iba a soportar ni un segundo más. Era una agonía que no paraba. Sentía que algo dentro mio se rompía. Y esto es lo malo de terminar una relación con final abierto a través de un grito o una queja, siempre quedará como una herida abierta. Y yo sé cada vez que lo vea pasar, me dolerá aún más de lo que me duele hoy.
Inmediatamnete (A las 1:30AM) me recosté, después de pasar en la cocina llorando y lamentandome. Y no pude dormir, 2,3,4, 5 de la mañana, y 6... Cuando recibí un mensaje de Renata.

<<¿Vendrás al salón, amiga? ¡Debo contarte algo super lindo sobre Sebastián!>>

No respondí, No quería hablar con nadie. Solo eso.

He's End.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora