Capítulo 14

3.7K 230 39
                                    

Gracias a la ayuda que recibí de Lucía volvimos a tener una relación un poco más allá del cordial saludo y, eso me hizo sentir bien. Nunca tuvimos una gran pelea, simplemente teníamos maneras de pensar diferente y siempre acabábamos discutiendo, así que cuando conocí a Paola decidí tomar distancia, cada una por su lado, era mejor así si no queríamos acabar siendo enemigas. Pero ahora las cosas se habían relajado y el que me ayudase a preparar esa noche especial para Adriana había servido para tener un acercamiento. Paola cada vez pasaba más tiempo con Guille, no se lo reprochaba, yo con Adriana también, pero seguíamos teniendo nuestra gran amistad siempre por delante, era como una hermana para mi, aunque nunca se lo haya dicho. Para mi suerte, Rocio me dejó en paz, pero a cambio puso su punto de mira en Lucía que, aunque llevaba el mismo tiempo que nosotras saliendo con Adrián, decidieron ocultarlo para evitar enfrentamientos con ella. Hasta hace poco que decidieron dar un paso adelante y salir a la luz. Rocío se puso hecha una furia, tanto con Adrián como con ella. Él ya estaba cansado de explicarle una y mil veces que no sentía nada por ella, pero Rocío seguía pensando que algún día le conquistará.

Habíamos llegado a crear como un grupito, a veces nos juntábamos las tres parejas en el patio y nos lo pasábamos bien charlando o inventando juegos para divertirnos. También a la hora de comer nos sentábamos juntos, como en esta ocasión. Era la hora de la cena y estaba junto a Adriana poniendo en nuestras bandejas la comida que tocaba hoy para cenar: macarrones con tomate. Reconozco que es mi plato favorito, pero comerlo por la noche no era lo que más me gustaba. Adriana lo miró perpleja:

-¿Carbohidratos por la noche?

Su comentario me recordó que hace poco había descubierto que, a pesar de que no hacía mucho deporte, sí le gustaba comer sano.

-Tranquila, que luego lo quemamos -contesté con segundas intenciones.

-Qué tonta -respondió mientras me daba una palmada en el brazo.





Estábamos cenando tranquilamente y entre risas cuando Luís, el director, se acercó hasta nuestra mesa.

-Laura, ¿puedes venir un momento? -le pidió con el ceño fruncido.

Laura puso cara de extrañeza mientras se levantaba para irse con él. Miré a Lucía sorprendida y Paola se encogía de hombros igual de confundida. Laura no había vuelto a tener más percances con Rocío, se portaba bien en clases e incluso estudiaba y hacía los deberes solo por pasar toda una tarde conmigo. No sé qué le dirá, y no podía estar con esta intriga. Así que terminé cuanto antes mi cena y me marché del comedor. Rodeé el colegio hasta llegar a la entrada principal y allí encontré a Luís junto a Laura y una mujer de mediana edad. ¿Sería esa su madre? La mujer vestía de lo más exquisita y llevaba un bolso de piel. No me recordó para nada a Laura, quizás haya salido más al padre. No pude escuchar muy bien lo que hablaban, pero por la cara de fastidio de Laura no parecía que le hiciera mucha gracia lo que le estaba contando. Se notaba la tensión en el ambiente, incluso a Luís se le notaba nervioso. En un momento Laura comenzó a gesticular aireadamente con las manos, gesto típico en ella cuando discute. Las voces empezaron ha elevarse.

-¡Siempre tengo que hacer lo que tú digas! -Escuché perfectamente como le gritaba Laura a aquella mujer.

-Por supuesto que sí, es tu deber obedecerme. ¡Soy tu madre! -exclamó la mujer con una voz de lo más melodramática.

Al ver como la tensión entre ellas subía, Luís se puso en medio de para calmarlas y evitar que el conflicto fuera a más. Sin embargo, Laura estaba muy enfadada y no parecía tener intención de parar aquella disputa.

Enamórate como puedas (Trilogía "Como puedas" Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora