Enamórate como puedas (Trilogía "Como puedas" Parte 1)

Capítulo 3

 -¡Que fuerte! -exclamó Lucía llevándose una mano a la boca.

Estaba alucinando con esta nueva información que le había dado sobre mi vida personal. He de confesar que, tan pronto como lo solté me sentí liberada, era la primera persona a la que le contaba mi orientación sexual y para mi sorpresa se lo ha tomado muy bien, con una normalidad que a mi me encantó.

-¿Te gusta Laura? -preguntó al instante.

-¡No! ¿Qué dices? Ni hablar.

Obviamente fui rotunda en mi respuesta. No me podía gustar alguien como ella, es imposible, somos dos polos totalmente opuestos, y yo odio los polos opuestos.

-No me puedes negar que no te has fijado en ella -quiso picarme.

-Pues sí, te lo niego. No me he fijado en ella.

Me crucé de brazos a la defensiva y nos dirigimos hacia el comedor, donde ya tenían lista la cena para servirla. Al llegar cogimos cada una un plato y tomamos asiento en la segunda fila de mesas que se encontraban en el lado derecho.

-¿Y desde cuándo lo sabes? -continuó Lucía con ansias de saber de mi vida.

-Desde hace unos años, cuando me di cuenta de que en la novela Pasión de Gavilanes me gustaban más las hermanas Elizondo que los hermanos Reyes.

Lucía soltó una carcajada al escuchar mi divertida confesión.

-A mi me ponía mogollón Óscar Reyes.

-A mi me gustaba Sarita.

-Mnm, ¿te gustan las mandonas? -comentó de forma graciosa.

Reí en modo de respuesta y ella continuó con la entrevista improvisada que había creado.

-¿Y qué es lo que te gusta de una chica?

-Pues no sé.

-Haber, físicamente, ¿cómo te gustan?

Lucía apenas me dejaba hablar, me hacía miles de preguntas seguidas igual de curiosa como una niña. Además se sentía muy entusiasmada por tener una amiga lesbiana.

-No sé, creo que no tengo un ideal de chica.

-¿Rubias de ojos azules? -sugirió.

-Y morena de ojos marrones -respondí acompañado de una carcajada.

Mi respuesta fue totalmente improvisada, ni si quiera lo pensé. Sin embargo, para Lucía no había sido una casualidad y me miró con la boca totalmente abierta.

-¿Qué pasa? -pregunto extrañada.

-¿Morena de ojos marrones?

-Sí. Bueno, ya te he dicho que no tengo un ideal.

-Morena de ojos marrones -volvió a repetir-. Has descrito a Laura.

-¡Hala! Solo era un ejemplo, Laura no es la única morena de ojos marrones del mundo.

-Pero es la única morena de ojos marrones que es lesbiana y que está en este colegio.

-¿Qué estás insinuando?

Lucía puso una expresión añiñada que acompañó con un tono de voz igual.

-Haríais buena pareja.

Y tras decir eso rompió a reír.

-¡No! No, no. Nunca estaría con una chica como ella.

-¿Por qué no?