Capitulo 3: Impacto!

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La mañana había comenzado, Naruto veía los rayos del sol asomarse entre las densas nubes de ese día invernal, el fiel a sus instintos estaba haciendo su recorrido por el parque, salía correr todas las mañanas, era fanático de lo sano, ejercicios, alimentación, etc. Era una linda mañana para el, era tan positivo que a todo le encontraba su lado bueno.

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En otro lugar, en un departamento lujosamente amueblado se encontraba una mujer de unos 30 años aproximadamente, aun en la cama y con los ojos cerrados busca con su mano en la mesa de luz que se encontraba al lado de su cama unos cigarrillos, los toma y seguidamente busca el encendedor, se lo lleva a la boca y le da una gran bocanada, abre los ojos pesadamente y expulsa el aire, se levanta y rápidamente puede divisar un montón de ropa por el suelo... Camisa, botas, jeans.. Ropas de hombre! Se da la vuelta y ve a un pelinegro bien formido, espalda ancha con un par de tatuajes de cuervos en la espalda, sin contar un buen trasero... Toma rumbo hacia el cuarto de baño para darse una ducha, se ve al espejo y rápidamente se voltea, era un día más, uno mas del montón en que debía ponerse su coraza de triunfadora y exitosa corredora de bolsas... Todo sea por no demostrar a esos malditos cerdos de sus compañeros de trabajo ni un ápice de debilidad. Entra a la ducha y siente el agua caliente recorrer su cuerpo relajandola, poco a poco se enjabona el cuerpo y pasa por una enorme cicatriz en su espalda, una que nacía en su omóplato derecho y llegaba hasta la comisura de su cadera, ese era un recuerdito que le había dejado su difunto ex marido, un maldito lunático drogadicto que le mintió y jugó con ella a pesar de haber sido el único amigo de su gemelo Neji. Ella no tubo infancia feliz, ya que desde el hogar vio como su padre maltrataba a su madre y hacia lo mismo con ella y su hermano, quien era su amigo y confidente, un chico bueno, amable, cariñoso y muy protector hasta que en su turbia adolecencia se encontró con malas compañías, fue ahí cuando conoció el dolor mas horrible, su hermano había caído en una gran depresión junto con una adicción a la heroína que lo llevo a la muerte, fue ahí que ella corrió a los brazos de Hidan, el parecía ser alguien bueno y le había prometido cuidarla y amarla para siempre. El fue amigo de ambos en la secundaria, sabia todo lo bueno y lo malo que pasaban, se suponía que el era dulce y gentil, diferente. Una sonrisa irónica surco su rostro al recordar sus bellas pero mentirosas palabras: .- No te preocupes ni tengas miedo... Yo cuidare de ti siempre!

Todo anduvo bien hasta que se casaron y empezaron a convivir, ese chico gentil murió y ella no supo en que momento por que él se volvió loco y posesivo, ella no podía ni hablar con el cartero por que el la samarreaba para todos lados echándole la culpa a ella, así paso un tiempo, ella aguantando sus insultos y golpes ya que no tenia donde ir, hasta el día en que el le tiro la hervidora con café caliente, le hubiera quemado la cara si ella no hubiera girado por instinto para cubrirse. Ese fue el ultimo episodio que ella se aguanto, en secreto práctico defensa personal mientras el trabajaba, necesitaba defenderse de aquel moustro, aquel día llego ebrio y drogado, la tomo de las muñecas e intento violarla ya que hacia tiempo que no mantenían relaciones sexuales, ese fue el quiebre para hacerla reaccionar. Ella aprovechó el peso muerto de Hidan y lo impulso con su piernas, el cayó de la cama de espaldas y ella salio corriendo hacia la cocina, tomo un cuchillo y se coloco en posición de ataque, el se abalanzó hacia ella agarrándola del cuello y poniéndola contra la pared, ella reaccionó y se safo de su agarre, callendo de rodillas y clavándole el cuchillo en el estómago, sintiendo su sangre correr por sus mano, se asustó y lo soltó, pero Hidan estaba tan borracho que calló en seco y terminó por enterrarse el cuchillo por el impacto hacia el suelo. Ella como estaba llamo a la policía, no hubo juicio ya que solo alegaron defensa propia, además de que el era buscado por venta de drogas, ese fue el momento para que ella descubriera que ningún hombre valía nada! Aprendió a no confiar en nadie mas que en ella misma, se esforzó y llegó a una muy buena posición económica, no trabajaba por necesidad sino por superación y por satisfacción de ver la cara de esos cerdos machistas que piensan que las mujeres no pueden triunfar en la vida sin abrir sus piernas.

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