Te conquistaré!

Capítulo 25: Tristeza

Sintiendose muy mal Hinata volvio a la bañera, se sumergió y quedo unos instantes bajo el agua. En ese momento se sentia tan angustiada y perseguida por un pasado turbio y un presente inestable. Al salir del baño ve a Naruto sentado en el sofá limpiando sus lentes, habia preparado todo para su llegada y ella estaba tan perdida en sus pensamientos.- Lo siento, no me siento muy bien... ire a recostarme.- le dijo a Naruto. El la miro y asintió, el era tan comprensivo que la hacia dudar de si realmete ella era la indicada, lo veia tan brillante y lleno de luz, ella se veia tan oscura y sombria. Como opuestos que se atraen. No tardo en dormirse.

Naruto por su parte cenó solo y limpio luego el resto de las cosas, mientras terminaba de acomodar los platos suena el tiebre, se sorprende ya que no esperaban a nadie. El timbre volvio o sonar más, como si fuese un pulsador.- Un momento por favor.- dice Naruto acercandose a la entrada. Abre la puerta y se encuentra con una mujer platinada y de ojos violetas, algo mayor pero no tanto. La mujer lo inspeccionó como un escáner de los pies a la cabeza, ella se veia refinada. Se aclara la garganta.- Señora?... A quien busca?- dice el algo incomodo. La mujer mira por los lados, como buscando a alguien por detras de Naruto.- Muchacho.... vives aqui?..- dice la mujer con voz inquisitora. El respinga y algo dudoso quiere contestar pero una voz lo interrumpe, era Hinata.- Naruto?? Con quien hablas?- luego de oir la voz de Hinata la mujer empuja a Naruto e ingresa al departamento.- Asi que no quieres dar la cara eh, no tienes vergüenza de andar con un chiquillo?.- dice la mujer. Hinata por su parte cambio la cara y una vena en su frente comenzo a crecer.- Quien demonios te dio mi dirección vieja bruja? Desaparescan de mi vida... dejenme en paz, no necesito ni quiero nada del maldito demente de tu hijo!. En vida no me dio mas que golpes sufrimiento y miedo, pero ya no más, no más! Gritó Hinata y las piernas comenzaron a temblarle.

La mujer se sintio ofendida y arremetió.- estaria vivo si no lo hubieras matado! Te aprovechaste de el... pero pagarás.- gritó. Hinata sarcástica le contesta.- Yo no le debo nada a nadie asi que sal por donde entraste, te repito, no necesitp ni quiero nada de tu sinica familia. Largese señora Shion. Además los asuntos de mi alcoba no le incumbe a nadie mas que a mi.- dice y apunta a la puerta. Naruto solo se colocó a un lado y observó todo de lejos. La mujer levantó el mentón y salio, en el umbral se giró miro a Naruto una vez más y luego le dijo a Hinata.- tendras noticias de nuestro abogado, y esto lo hago por que es la ultima voluntad de mi amado hijo.- ella por su parte lanzó una carcajada ironita y estridente. Camino rapido a la puerta y la azotó. Suspiró y volvió al cuarto, Naruto fue tras ella.- Hinata, te encuentras bien? Te ves palida y tus manos tiemblan.- respecto a ella él era muy observador. Ella queria gritar pero no era hacia el que tenia que descargar su ira, lo miro y le dio una sonrisa lánguida.- estoy bien, solo necesito un cigarro.- los tomó del cajon de su mesa de luz y lo encendio, le dio una gran bocanada y exaló.

El la rodeo con sus brazos grades y la beso en el cuello. Ella se alivió aunque sea un poquito.- amo el olor del tabaco mezclado con tu perfume, es algo adictivo para mi.- le dice el sonriendo. Ella se da vuelta y se acurruca en su pecha, ese amplio y duro aunque tan sensible pecho suyo. El la abrazó y le acarició su espalda, con pequeños golpecitos comenzó a acunarla.- vamos a la cama, esta fresco y podrias resfriarte.- le dice susurrando Naruto. Ella asintió con la cabeza, rompieron el abrazo y ella lo tomo de la mano y se metieron a la cama, ella colocó su cabeza sobre su hombro y suspiro.- lo siento por lo de hace un rato, esa mujer es mi ex suegra. Maldita bruja.- resmunga. El sonrió.- son asuntos tuyos... esta es tu casa... yo soy tu huesped y si tu me quieres contar te escucharé...- dice tranquilo mientras la toma en sus brazos.- pero mejor te daré muchos besos y mucho amor para que así se te pase ese mal estar, no quiero verte mal.- Sus palabras eran como salvavidas en ese oceano de problemas.