Capítulo veintitrés:

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Cuando llegamos al despacho del director, fue todo muy curioso y también quizás si el contexto fuera distinto podría haber sido hasta cómico.

Estamos todos rodeando el escritorio, básicamente. Owen fue quien le entregó la cinta al director, este la agarró con un poco de desconfianza y finalmente la reprodujo en su computadora. Mire cada expresión de su rostro y gracias a eso me di cuenta de que estaba viendo la cinta correcta.

-Vaya. -Murmuró el hombre. - Lamento mucho esta situación, no me lo esperaba para nada. Aunque lo que más me preocupa es que tuvieron que buscar pruebas antes de simplemente venir y decírmelo.

Me adelanté a hablar antes que cualquiera de ellos.

-¿Me hubiese creído de ser así? -Silencio. - Bueno, lo suponía y mis padres tampoco creyeron en mí cuando lo dije.

-No dejaré que esta situación pase por desapercibido, no me gusta que estas cosas sucedan en mi institución. Y yo me encargaré de hablar con tus padres para mantenerlos al tanto.


-¿Expulsara a Betty? -Preguntó Ron, el director dudo.

-Si tengo que llegar a eso para ponerle un límite entonces lo haré. La echaré del colegio si es necesario. Pero quiero que mientras tanto ustedes no se metan en problemas, hablo de las bromas que hacen de vez en cuando.

-Oiga ¡No se trata de mi! se defendió Ron, exagerando.

-Solo no lo hagan, no importa quien de ustedes. -Pidió el director. - Y con respecto a ustedes jovencitos, sigan enfocándose en acreditar las materias del último año porque la universidad los espera.

-Si, jefe. -Respondió Gero y me di cuenta de que estaba nervioso.

El director puso los ojos en blanco.

-Bueno chicos, pueden retirarse. No se preocupen por esto, no dejaré que suceda otra vez.

Solté un suspiro de alivio y sonreí antes de salir. No podía creer que finalmente aquel asqueroso mal entendido se había terminado. Salimos de la oficina del director y yo por dentro deseaba de verdad que esto finalmente termine.

-Entonces cuando Betty no se de cuenta, ponemos pegamento en su silla pero con uno muy fuerte.

-Si, uno que haga que se le rompa el pantalón.

Gire para escuchar de qué demonios estaba hablando Ron y Ashton, estaban tan serios que me daba miedo pero lo que estaban diciendo no tenía nada de sentido.

-No sé, pero me pareció escuchar al director decir que no quería más bromas. -les recordó Mel. -No se metan en problemas, por el amor de Dios.

-No es una broma. -Se defendió Ron. - ¿Verdad que no, Ashton?

-No, por supuesto que no es una broma.

-Y siempre termino siendo el niñero que los rescata de todo. -Se quejó Christian en voz alta. -Increíble.

-¡Pero si no hiciste nada! -Ataco Owen.- Gero y yo fuimos los que....

-¿Cómo que nada? -Mi hermano interrumpió. - ¿Crees que es fácil ir por la vida siendo así de lindo?

Ellos soltaron un quejido y empezaron a discutir cosas sin sentido, mi atención se desconcentro unos segundos cuando vi como Iker pasó caminando con un libro en su mano por el otro lado del pasillo. Tragué en seco cuando me vio, y volví a la realidad al sentir un brazo en mi hombro.

-¿Problemas en el paraíso? - Quiso saber Ashton ganando mi atención. Lo miré desorientada aunque era obvio de lo que estaba hablando.

-No sigas molestando con eso, son ideas tuyas.-Advertí.

No Todo Es Una Cuestión  De  AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora