Capitulo veinticuatro

2.7K 219 39
                                    

Bueeeno, Ashton.

Que ha sido muy bueno conocerte, en realidad.

Tuvimos nuestras diferencias y todo pero….

—¡Detente!  —Le ordené  a Iker, quien solamente había agarrado a  Ashton de la camisa para alejarlo de mí, pero no parecía que iba a golpearlo. Aún así, no quise motivar a nada.

Iker soltó a Ashton, detrás de él se encontraban Ron y Bailey mirando con sus ojos bien abiertos y asustados. Ashton en realidad estaba enterito, lo había dejado un poco bobo la forma bruta en la que Iker lo soltó de golpe.

—No iba  a hacerle daño. —Explicó Iker, molesto. — Solo me metí porque  escuché que le dijiste que no querías que hiciera  eso, de lo contrario no…

Ashton interrumpió.

—¿Por qué escuchas conversaciones ajenas?

Le di una mirada, que no sabía si era de desesperación o advertencia. Sabía que Ashton se estaba esforzando para no ponerse a reír ahí mismo. Lo que tampoco me parecía buena idea, quizás una risa provocaría todavía más la ira de Iker y ahí si él decidiría golpearlo.

—Jej, muy bonito todo. Nosotros tenemos que irnos. —Bailey anunció soltando una risita nerviosa, Ron asintió dándole la razón y ambos se escaparon muy rápido por el corredor.

Iker soltó un suspiro, frustrado. Agarró su mochila que había quedado en el suelo y la colgó en sus hombros.  Cuando estaba por irse, sin más.  Sentí como Ashton me dio un empujoncito para que me adelante  hacia el chico.  Lo miré, como diciendo "Ni  loca." Y él puso los ojos en blanco para después volver a empujarme más fuerte, haciendo que tropiece y termine agarrándome de la mochila de Iker.

—Jeje, también me voy. —Hablo Ashton.—Muchas gracias por no golpearme ¡Bye!

Y dicho eso, se metió corriendo al gimnasio.

Había quedado sola con Iker, quien me estaba mirando porque bueno ahora supongo que quiere que le diga algo. Pero no puedo hacerlo, ponerme nerviosa es inevitable.  A diferencia de hace dos segundos, Iker esta vez no avanza.  Se mantiene firme en su lugar.

Odio que sea guapo ¿Por qué no puede ser normal?  Al menos eso serviría para que mis piernas dejaran de temblar.

—Me estabas ignorando. —Le dije, finalmente. El parpadeo al principio sin entender. Terminó encogiéndose de hombros.  —Y ahora  lo sigues haciendo. Sin importar que te esté mirando a los ojos  —Me puse firme. — ¿Por qué? 

Su respuesta fue tan de golpe como la forma en la que soltó a Ashton.

—Porque creo que me gustas  y odio  en lo que eso me convierte.

No tuve reacción alguna, me quedé mirándolo como si esperaba que ahora diga que es una broma o algo así. Pero no lo hace, al contrario. Mantiene sus ojos fijos sobre los míos. Espera unos segundos a que le diga algo, no creo que le importe específicamente. Y cuando se está por ir, finalmente respondo.

No lo hago con palabras, simplemente decidí traerlo hacia mi. Tomando que está distraído como ventaja.

Decido que besarlo será entonces la respuesta correcta.

Su respuesta tarda pero llega, también me  besa y creo que nunca podría ser precisa sobre el tiempo que nos tomamos para hacerlo. Sólo sé que  un instante ambos  nos separamos, porque respirar se había vuelto difícil.  No pude evitar soltar un quejido cuando me separé, haciendo que  Iker sonría, con burla.

—Demasiado  bueno como para terminarlo.—Dijo sin borrar su sonrisa.

Le di un golpe en el hombro.

—Qué arrogante eres.

—¿Eso quiere decir que te gusto también?

—Si, Iker. Estoy segura de que me gustas y debes saber que esto también es nuevo para mi. Deberé acostumbrarme.

—Creo que tenemos que acostumbrarnos juntos.

—Si, pero no vuelvas a ignorarme.

Levantó sus manos, rendido. Y los dos intercambiamos miradas, en vez de entrar a clases Iker empezó a caminar hacia la azotea y yo lo seguí.  Porque quizás era mejor estar ahí arriba con el que aquí con todo el mundo.

Odio poner tiempos, nunca me ha funcionado. No puedo saber cuándo fue que Iker me empezó a gustar, y quizás recién ahora me había dado cuenta. O lo había hecho  en el momento que se fue de mi casa dejándome una sensación de vacío que sabía que sólo podía llenar su regreso. Era confuso saberlo, pero lo que importaba en realidad era que ahora podía admitirlo al punto de decírselo en la cara.

Entonces así es como sucede…

—Nos meteremos en problemas por  no entrar a clases. —Dice él, dejando sus cosas a un costado. Sin importancia.

—Buscaremos una excusa que nos quede  bien. —Aliento. Porque siempre buena influencia.

—Olivia, hice algo malo. —Dice de repente, mi corazón se detiene. ¡Lo sabía! Muy perfecto para ser real, ahora me siento nerviosa.

—Oh Dios. —Digo, con mi presión apunto de desaparecer. —  Mataste a alguien.

—¿¡Qué!? 

Me pongo de pie rápidamente, y agarro mis cosas.

—Mira, me gustas y eres guapísimo. Pero no puedo ser cómplice de un asesinato, lo que hayas hecho no quiero saberlo… Lo siento Iker  pero yo…

—¡Olivia!  —Me reto, interrumpiendo. — ¡Pero qué loca estás! ¿Cómo se te ocurre? 

Dios… ¿De verdad soy tan idiota?.

—¡Bueno, pero como iba yo a saber!  Le diste mucho misterio, sólo dime lo que hiciste.

Iker parecía frustrado de verdad.

—Hace unos días...Besé a Betty.

Auch….Y Diugs 

Quizás leyó algo en mi mirada llena de sorpresa y confusión,  porque no dejo que diga nada. El siguió hablando sin tener que pedirle yo una explicación, aunque tampoco tenía porqué hacerlo 

—Ella me dijo que tenía las cintas de la cámara de seguridad y que me las darías a cambio de que le diera un beso, así que lo hice lo más rápido que pude.   Y me dio las cintas. 

—A mi las cintas me llegaron por Owen y Gero.

—Me hubiese gustado saberlo, pero lo hice cuando puse los vídeos en mi casa y me encontré con que no eran nada más que películas de dibujos animados.

Esa maldita idiota.

¿Por qué no tenía que hacerlo, ir  a tirarle lo primero que encuentre por la cabeza?

—Por eso estaba molesto, porque fui un idiota  que no pensó en las cosas.  Y no hice nada bien.

—Relájate. —Lo mire. —No fue tu culpa, solo intentaste ayudar.  Y aprecio mucho eso Iker, de verdad.

Me dedicó una mueca que se parecía bastante a una sonrisa.

—Lamento que hayas tenido que besar a Betty.

—Si, fue asqueroso.

—Creo que lo mejor, sería que me beses a mi ahora.

Finalmente conseguí que el me vuelva a sonreír.   

Y volví a besarlo.

No Todo Es Una Cuestión  De  AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora