XII

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No entiendo cómo Jesús se ha podido enterar de que Marco y yo estamos juntos. Solo lo saben mis compañeras de piso, mi hermano y los jugadores. No lo entiendo.

- ¡Qué más da cómo lo sepa! - grita Jesús.

- Pues a mí sí me da, sí. - le contesto enfadada - ¿Por qué te molesta tanto?

- ¡Me gustas Carolina! Y ya te advierto que este mundo de la prensa es jodido y los futbolistas no son como crees. Tú solo eres una chica joven que hace bien su trabajo y no quiero que se aprovechen de ti.

- ¡Mira, Jesús! - le contesto enfadada -. A mí nadie tiene que protegerme. Puedo yo sola. Y quien tiene que estar con Marco soy yo, no tú. Y si sale mal, es cosa mía. Así que, no te metas. - hago una pausa de un par segundos. Va a hablar pero no le dejo -. Sobre lo que dices, de que te gusto... En ningún momento te he dado motivos para que pienses que tienes posibilidades conmigo. ¿Ya no se puede ser simpática o qué? Más te digo, sabías de sobra que Marco es mi debilidad.

- Carolina, yo no quería decir que tengo que protegerte... - le corto.

- ¡No he acabado! Ni se te ocurra volver a hablarme así. Porque es mi vida, ¿te enteras? Y dime cómo te has enterado porque no lo sabe nadie. Y si lo sabes tú...

- Lo sé por un amigo, fue a la fiesta de Morata y me dijo que Marco tenía novia. Empezó a describirte y supe que eras tú.

- ¡Pues le dices a tu amigo de parte de la novia de Marco, que no se meta en la vida de los demás!

- Lo siento, en serio. - se disculpa - Me he puesto así porque creía tener alguna posibilidad contigo.

- Pues siento decirte que no, no confundas términos. Y ahora, si no tienes nada más que decirme... ¡adiós! - le cuelgo.

Estoy muy cabreada. Hablo con Sofía y con Pablo sobre lo ocurrido y llego a la conclusión de que tengo que contárselo a mis padres lo antes posible.

Cojo el móvil y marco el número de mi madre. Estoy muy nerviosa. No sé qué van a pensar.

- Hola, cariño - saluda mi madre -. ¿Cómo estás?

- Muy bien, mamá. ¿Vosotros qué tal por allí?

- Bien cariño. Pero te echamos de menos. Y dile a tu hermano que se baje pronto, que está la casa muy vacía sin vosotros.

- Tranquila mami. Pronto estaremos allí. Además, un poco de tranquilidad os viene bien.

- Y acuérdate de bajar para el mes que viene, que es el bautizo de tu primo.

- ¡Es verdad! Se me había olvidado. Tendré que mirarme algo de ropa.

- Y bueno, cuéntame algo cariño.

- Sí, eso. Tengo que contarte algo. - le cuento - Mira mamá, ha aparecido alguien en mi vida.

- ¿Cómo? ¿Un chico? - no sé si se ríe o llora.

- ¡Mamá tengo 22 años, por favor! No llores.

- Si es por emoción. ¿Y cómo se llama? ¿Cómo os conocisteis? ¿Es periodista? ¿Es guapo? Bueno, eso me da igual mientras te trate bien.

- Mamá... Sobre eso quería hablarte.

- Me estas asustando, Carolina.

- ¡Mamá déjame hablar, por favor! Antes de que te diga nada, piensa que me hace feliz, que me trata bien, que es respetuoso y que quizá, es una pequeña casualidad que ha conseguido aclararme las ideas. - le doy tiempo para que recapacite y sigo -. Me hubiese gustado contaros esto en persona pero, el chico es futbolista. De élite. Es decir, juega en el Real Madrid. Le conocí en una rueda de prensa. Y antes de que digas nada, tiene un año menos que yo. - hago una pequeña pausa-. Y bueno, si tienes algo que decir, adelante. Entiendo que sea duro pero... es mi vida y sé que él es diferente.

- ¡No puede ser! Es muy arriesgado cariño, pero si de verdad te hace bien y os queréis, yo te poyo. Al igual qur papá. Estams aquí para lo que necesitéis, cariño. ¿Cómo se llama?

- Marco, Marco ascensio.

- Papá el otro día hablaba muy bien de él. Y Pablo, ¿ lo sabe?

- Está encantado con su cuñado, mami.

Hablamos un rato más y me siento aliviada al tener apoyo de mis padres.

- Cariño, podrías decirle que venga al bautizo. Así le conocemos.

- Se lo diré. Pero no prometo nada. Os quiero, un beso.

El resto de día pasa volando. Y el miércoles voy al Bernabeu para cubrir otra rueda de prensa para la agencia.

Marco juega de titular y marca un gol. Este chico es increíble.

En el Bernabeu me encuentro con Igor y Gilberto.

- Enhorabuena por el gol de Marco. - les doy dos besos - ¡Vaya golazo se ha marcado!

- Muchas gracias guapa. - agradece Gilberto. - ¿Cómo tú por aquí?

- Trabajando, ya sabéis. Esto de trabajar en prensa es un no parar.

- A ver si te pasas otro día por casa, nos encantó la experiencia de las entrevistas y había muy buen ambiente. - propone Igor.

- ¡Yo encantada! - confieso. Y por lo que me dicen, deduzco que no saben nada de lo mío con Marco y no voy a ser yo quien les de la noticia.

- ¿Por qué no vienes mañana a comer a casa? - propone Gilberto. E Igor le apoya.

- Por mí genial, espero que a Marco también le guste la idea. - acepto la invitación.

- Seguro que sí. Además, no le vamos a decir nada. Así le sorprendemos. - dice Igor riendo.

- Perfecto. - me despido de ambos - Mañana nos vemos, a la hora de comer estaré allí. Muchas gracias.

Antes de dormir recibo un mensaje de Marco:

Buenas noches pequeña. Descansa, te echo de menos. ¿Nos vemos mañana para cenar? Para comer no puedo, no sé qué se traman mi padre y mi hermano.

Mañana para cenar nos vemos, feo. Y enhorabuena por el partidazo de hoy. Has estado genial. Eres increíble. Voy a dormir, ¿vale? Un beso, guapo.

Al día siguiente, después de clase me dirijo a casa de Marco. Al llegar, toco al timbre y me recibe Marco sin camiseta. Se sorprende al verme allí.

- ¿Qué hacés tú aquí? - se acerca a mí y me susurra - Habíamos quedado esta noche.

- ¡Sorpresa! - exclamo a la vez que aparecen Igor y Gilberto. - Les vi ayer en el campo y me invitaron a comer.

- ¡Vaya! No me lo esperaba. Pues, pasa Carolina. - Marco intenta disimular entre nosotros.

- La comida está lista, así que sentaros. - ordena Igor.

Me siento al lado de Marco y le sonrío. Menuda situación. Estamos juntos y tenemos que disimular.

Mientras comemos y charlamos los cuatro, Marco me pone una mano por la pierna. Yo sonrío y él lo ve. Pero a causa de mis múltiples cosquillas, acabo riéndome nerviosa.

- ¿Qué pasa Carolina? - pregunta Gilberto extrañado.

- Nada, perdona. - Marco se ríe y yo le veo. Igor nos mira extrañado. - Y, ¿cuándo volvéis a Mallorca? - les pregunto para poder desviar la atención.

- Pues en dos días nos vamos a pasar allí unos días. - anuncia Igor. - ¡Tengo muchas ganas! A ver Marquito cuando te apuntas.

- Espero que pronto, echo mucho de menos a todos.

- Allí también te echan mucho de menos. - confirma Gilberto - Mallorca te quiere mucho.

- Pronto iré, os lo prometo. - bebe un poco de agua - Y bueno, gracias por la sorpresa al traer a casa a Carolina. Aunque la sorpresa creo que, os la voy a dar yo. - se levanta y nos mira. ¿Qué hace? Creía que les iba a contar lo nuestro.

Mi pequeña casualidad - Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora