- Maldición. - Murmuré con desespero y exasperación.
Hace unos segundos atrás que había llegado a la máquina expendedora que me quedaba más cerca, con tranquilidad había elegido la gaseosa que deseaba tomar y con la misma serenidad había ingresado el dinero exacto a la máquina, luego presioné el número correspondiente de la bebida; pero para mi mala suerte, el refresco por el que había pagado nunca cayó y prefirió quedarse atascado.
- Sólo estas cosas me pasan a mí. - Rezongué a la par que pateaba con unos de mis pies la máquina expendedora, en vez de conseguir que mi bebida al fin cayera solamente me llevé un dolor agudo en la punta de mis dedos gracias a la tremenda patada que había dado.
Juro por mi madre que escuché a la condenada máquina reírse.
- ¿Damisela en apuros? - Una segunda voz hizo acto de presencia a mis espaldas, provocándome un susto de muerte. Llevé una de mis manos a mi pecho apretando la zona del corazón que latía desenfrenado, al mismo tiempo que daba la vuelta con un salto para poder encontrarme con el culpable de mi casi muerte.
Detrás mía se encontraba el mismísimo Jeon Jungkook -alias mi nuevo compañero de sitio-.
Me miraba como si le pareciera demasiado gracioso casi haberme matado de un susto hace unos segundos atrás, el chico se encontraba recargado sobre una de sus piernas, con las manos guardadas dentro de sus bolsillos delanteros, en su rostro se podía notar una clara sonrisa burlona y hasta vanidosa.
Esa forma de pararse, sí era auténtica de un casanova y tipo problema en las películas.
En cambio yo lo miraba con total desaprobación y pánico, Jungkook al ver que mantenía mi rostro igual y no reaccionaba a sus palabras, ensanchó su sonrisa picaresca aún más.
Alto, ¿acaso antes me había llamado "damisela"?
- ¿Te robaron? - Me preguntó aún manteniendo esa sonrisita, sus ojos miraron unos momentos detrás mía, cosa que hizo que yo hiciera lo mismo.
Dejando de lado el susto que hace unos minutos había sufrido, la irritación volvió a hacerse presente, ocasionando que una mueca de desagrado apareciera en mi cara.
- Podría decirse... - Contesté girando sobre mis talones para poder volver a tener de frente a la causante de mi enojo, mi refresco estaba tomado por los pelos y no quería caer.
- No quiere darme mi maldito refresco. - Veía al susodicho a través del cristal, tratando de activar mis "poderes sobrenaturales" y poder moverlo telepáticamente.- Con sólo mirar la máquina con odio no hará que tu refresco caiga. - Avisó lo obvio el chico a mis espalda con un tono de voz granuja, pareció percatarse de mis planes. Bufé rendida.
Estaba dispuesta decirle a Jungkook que no valía la pena y que era mejor que nos adelantáramos al salón, ya que no faltaba mucho para que el timbre que avisaba que el receso había terminado comenzara a sonar. Pero al parecer eso no estaba en sus planes, ya que repentinamente sentí el cuerpo del castaño acercarse por mi espalda, se acercó tanto y en un sólo movimiento que nuestros hombros se rozaban; mentiría si dijera que su proximidad no logró intimidarme, me sentía tan pequeña a su lado.
Sin pensarlo, mi cuerpo se movió por sí solo haciendo que me alejara bruscamente del exuberante cuerpo de mi compañero, mi rostro giró unos milímetros para poder ver el de él, Jungkook no había quedado indiferente por mi alejamiento y se fijó unos segundos en mis ojos analizándome; su rostro estaba próximo al mío, podía sentir su aliento chocar con mi frente.
Después de lo que a mi parecer fue una eternidad, Jungkook también se alejó unos pasos, aún quedando al lado mía pero esta vez dejando nuestro espacio. No pasé desapercibida su sonrisa, que parecía disfrutar el momento y que me había sentido intimidada por tenerlo tan cerca, al ver su forma de actuar me hizo sentir un poco molesta ya que pareciera que se burlaba de mí.
Iba a reprocharle algo, pero no me dio tiempo de hacerlo.
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𝐹𝑜𝓇 𝒴𝑜𝓊 - 𝙹𝚎𝚘𝚗 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 - 𝐑𝐄𝐒𝐔𝐁𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎.
Fanfiction⁽ᴶᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ ˣ ᴸᵉᶜᵗᵒʳᵃ⁾ "- No soy un chico malo... Sólo problemático. -" "- Las personas no se vuelen problemáticas por si solas, siempre hay motivos. -" Visitar el despacho del director cada semana era al parecer motivo suficiente para expulsión, y...