[AU]
Una vez que un Omega cumple la mayoría de edad, su Alfa "destinado" le traspasa inmediatamente su marca de nacimiento, marca con la que nacen todos los alfas. Dicha marca une a ambos lobos con un lazo inquebrantable.
Derek Hale a sus veintidós...
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Se cumplió un mes y Stiles decidió que era hora de salir del cuarto, hacía un mes que no veía a nadie, era solo Cora quien le traía la comida, era la única a quien dejaba entrar al cuarto y a Derek...le hubiera dejado entrar a él si hubiera aparecido, si al menos hubiera ido a preguntarle cómo estaba. Pero eso no sucedió y Stiles se aisló completamente, lloraba, renegaba de él mismo y hasta comenzó a enfermarse.
-Hola- saludó y todos le miraron sorprendidos, como si era un fantasma lo que estaba viendo, algún tipo de aparición. Stiles estaba más delgado, estaba más pálido de lo normal, tenía ojeras, los ojos de un verde extraño y el cabello más largo de lo normal.
Claudia, su madre, corrió a abrazarle y le apretó contra su pecho, Stiles cerró los ojos y suspiró cansado. No se sentía exactamente bien pero supuso era normal. Ella se alejó y le sonrió con los ojos aguados.
-Mi pequeño- susurró apartándole algunos mechones del rostro, Stiles intentó mostrarle su mejor sonrisa que en realidad fue bastante mala.
Todos estaban en la sala esperando la hora de cenar y le hicieron un lugar a Stiles en el sofá, llevaba una remera del Alfa que decía "Hoy no" en letras negras, que si mal no recordaba, era el día número cinco que la llevaba puesta.
Observó a todos hablar tranquilamente, Cora hablaba con Laura, Peter, su padre y Parrish estaban alejados en una esquina con vasos de alguna cosa en la mano, su madre quien estaba sentada a su lado hablaba animadamente con Talía sobre cocina, sonrió levemente, y miró al rubio que estaba acurrucado a su lado. Lo había extrañado tanto, entrelazó sus dedos con los de Liam y apoyó la cabeza con la de éste que estaba en su hombro. Ambos estaban en silencio, mirando algún punto en la pared, recuperando el tiempo que estuvieron separados.
Stiles miró a un lado y su madre miró también y luego a él. La puerta se había cerrado y Liam le apretó la mano.
-Es Theo- le dijo y efectivamente, el Alfa apareció en la sala segundos después y le miró sorprendido.
-Stiles...-le nombró sin poder creer aún lo que veía. El Omega se puso de pie y se acercó despacio
-Señor Raeken- dijo con la voz un tanto baja –Gracias...sé que es algo tarde, pero gracias- le dijo y éste le sonrió desordenándole el cabello. Todos escucharon un gruñido y observaron el techo. Stiles se estremeció y bajó la mirada. A Derek no le había gustado aquella muestra de afecto hacia el Omega.
-Amor...-Stiles miró a su mamá, todos se habían quedado en silencio.
-Señores, la cena está servida- anunció una mujer algo mayor, era nueva. Stiles no la había visto nunca. Todos decidieron olvidar lo sucedido y se dirigieron al comedor, Stiles se sentó al lado de una silla vacía y la miró con tristeza.
¿Acaso el Alfa no volvería nunca? Suspiró y la misma mujer de antes le bajó un plato con ensalada de fideos. La observó y apretó los labios, tragó saliva y no pudo contenerse, se levantó apurado y corrió al baño más cercano, se arrodilló en el inodoro y comenzó a devolver como si hubiera comido algo en todo el día. Tosió con arcadas y respiró profundo. Cerró la puerta con un pie en cuanto vio a su madre y a Talía aparecer y sintió las lágrimas salirse por sus ojos. Se limpió la boca con la ropa y ni siquiera se molestó en hacer correr el agua, se sentó contra la pared y comenzó a llorar.