🐺1- Manada Hale

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Liam no podía mirar a Derek, tenía vergüenza, miedo y sobre todo pena

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Liam no podía mirar a Derek, tenía vergüenza, miedo y sobre todo pena. Le dolía el pecho y por momentos le costaba respirar, Peter intentaba mantenerle tranquilo pero cuando más se ponía a pensar en ello terminaba llorando y debía ir al baño o a algún otro lugar lejos de todos para calmarse de nuevo y de alguna manera sacar todo lo que llevaba dentro.

Los recuerdos se arremolinaban en su mente, no dejaba de pensar en la sonrisa de Stiles, en sus respuestas cargadas de sarcasmo e ironía, en sus berrinches...las lágrimas se volvían incontrolables llegadas a un punto.

La mano de Peter tomó la suya y miró al Alfa quien tenía la mirada cargada de tristeza.

-Hiciste lo que pudiste- le dijo y éste asintió tragándose el nudo gigante que llevaba en la garganta.

Pero era mentira, podría haber hecho más, podría haber...quien sabe, ayudado a su amigo de alguna manera.

-¿Derek?- todos levantaron la mirada menos el nombrado. Éste estaba sumido en sus pensamientos, su mirada perdida con sus ojos rojos por el llanto. Cora se acercó a su hermano y le tocó el brazo. Éste levantó la mirada y miró sorprendido a quienes le observaban. Respiró fuerte y siguió a Deaton a una sala. El olor a dolor en Derek era demasiado fuerte como para soportarlo así que apenas entró, Talía se fue por el pasillo llorando seguida de Claudia Stilinski.

Todos estaban en silencio, claro ¿Qué más podían hacer, o siquiera decir? Lo único que Liam había acertado a hacer fue escribirle un mensaje a Scott, después de eso hasta caminar correctamente le costaba. A todos en realidad, ninguno podía hilar dos palabras en una misma oración, o ver algo más que no fuera un punto fijo en algún lugar del hospital.

Los minutos pasaban y cuando Derek salió Liam quiso preguntarle qué le dijo Deaton pero se mantuvo sentado al lado de Peter quien no soltaba su mano. Para Peter sería difícil estar más de un metro alejado de Liam.

Derek fue guiado a una sala aparte, solo, Liam se puso de pie y Peter igual, el menor caminó por el pasillo muy despacio, sin ganas, Peter sabía perfectamente a dónde estaba yendo y aunque quiso decirle que no era buena idea no lo hizo, Liam necesitaba ver a sus sobrinos.

El vidrio les permitió ver a los tres bebés, uno en cada incubadora, dormían tranquilos ajenos a todo lo que sucedía a su alrededor. Liam soltó a Peter y colocó ambas manos y la frente contra el vidrio cerrando los ojos y dejando que sus lágrimas caigan sin detenerlas. Peter apretó los labios y colocó sus manos en el hombro del Omega y luego lo abrazó por la espalda intentando darle algo de fuerzas.

-Liam, por favor...-le pidió. El niño lo único que hacía era martirizarse con lo sucedido y no podía seguir permitiéndolo.

-Su corazón se detuvo, Peter- dijo Liam con la voz totalmente rota. Volteó y abrazó al Alfa quien luchaba por mantener sus emociones en línea.

-Piensa en nuestro cachorro, no le hace bien que estés así- le dijo al oído y Liam asintió terminando con sus lágrimas, se limpió el rostro con las manos y volteó a ver a los bebés de nuevo –No te imaginas cómo voy a consentirlos- dijo Peter –Y al nuestro ni qué decir-

LAZOS 「OMEGAVERSE」M-PREG ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora