× Dos ×

225 23 2
                                    

—¿No me crees? Míralo por ti mismo.— Agregó cortante y le mostró una foto de su «novia» junto a una persona muy cariñosamente.

[...]

— Pues estoy feliz por ella, no he sido muy buen novio, se merece a alguien mejor.— Dijo Miguel de forma sincera.

—Te puso los cuernos.— Respondió Juan perverso.

— Igual, apuesto a que será más feliz con él de lo que pudo ser conmigo.— Respondió el otro aún tranquilo.

—Joder, se nota que nada te importa.— Dijo algo molesto.

— No es eso, solo quiero tener un carácter más maduro y superar esto de forma decente.

—Aprovecha la vida... Así no te vas a divertir, Miguel.

— Bueno, ya sé... Pero luego del rap que haré con Christian le daré un tiempo fuera a mi canal...— Dijo Miguel calmado.

—Cada vez peor.— Respondió el más alto algo cortante.

—¿Por qué lo dices? Solo será un pequeño descanso del rap.

—Tío no, no puedes dejarlo... Mirame a mí, hago raps y sin embargo me divierto.— Comentó mientras tomaba de su cerveza.

— Bueno, si, tienes razón... Pero sólo necesitaré un tiempo para pensar y descansar un poco.— Dijo viendo a otra parte, sintiéndose un tonto.

—¿Tiempo? Te sobra el tiempo Miguel.— Agregó.

Miguel suspiró.

— No es para que te cabrees ni nada pero... ¿Pasa algo con que deje el rap por un tiempo?— Preguntó viéndole con espera de una respuesta.

—Lo digo por tus fans.— Respondió Juan cortante.

— Se los diría, por Twitter o un vídeo.— Dijo en un tono dudoso, ya se estaba cuestionando qué hacer, y aquel que conociera a Miguel lo sabía.

—No. Yo no dejaría. Haz lo que quieras, al fin y al cabo es tu canal, no el mío. — Respondió de nuevo cortante.

— Vale... Eh... Oye... ¿Ocurre algo como para estar cortante?— Preguntó.

—Sili qiiro tinir in cirictir mis midiri.— Le hizo burla.

— Nunca dije que fuera a durar siendo maduro.—  El mayor alzó los brazos.

—Hm, seguro..— Respondió Juan algo desinteresado.

— Te noto raro... ¿No es por esto?— Le mostró una foto de Katia y otro chico.

—No te hagas el chulito, ya terminé con ella.— Le respondió de mal humor.

— Ajá... ¿No será que comenzó a afectarte?— Preguntó y agregó.— No lo pregunto de burla ni mucho menos, pero aunque no parece me preocupas.

—Muy bien dicho, no parece.— Rodó sus ojos.

— Tío enserio, puedes confiar en mi..— Le dijo intentando calmarle.

Juan no quiso responder a la pregunta de Miguel, quien le dedicaba una mirada la cual demostraba sinceridad y preocupación.

—¿Qué me ves?— Le preguntó el menor de mala manera.

— Mira... Enserio, me gustaría saber que te pasa, normalmente no eres así y lo sé...

—¿Y ahora te preocupas?

— Siempre lo he hecho a pesar de no demostrarlo...

—Seguro.— Respondió sarcástico.

— Joder, yo te estoy siendo sincero, Juan, en serio, ¿Qué pasa?

De nuevo Juan se quedó callado sin querer responder y, Miguel, suspiró sin saber que hacer.

—Hoy al mediodía no parecías preocuparte mucho.— Comentó Juan.

— Bueno... Resulta que anoche no pude dormir bien, como ves, tengo ojeras... La causa no importa, pero sabes que cuando no duermo mi actitud es distinta.— Respondió Miguel.

—Sé que fue por mí.— Dijo y agregó, —Aunque no lo quieras admitir.

— No fue por ti...

—Claro, y yo me llamo Carla..— Respondió Juan sarcástico.

— Te aseguro que no fue por ti, y si fuese por ti ya lo habría dicho hace rato.— Dijo recordándole como era.

—Si claro...— Rodó los ojos.

— Tío, ¿Por qué no me crees?

—Porque sé la verdad y punto.

Miguel suspira sin saber qué decir.— Creo... Creo que estaré hablando con mi primo.— Dijo en un tono que demostraba tristeza y solo caminó.

—Joder, siempre arruinandolo, Juan.— Se dijo enojado a sí mismo. —Miguel, perdona...— Le comentó arrepentido mientras iba detrás de él.

Miguel lo escuchó, este no había llegado a su cuarto, por lo que volteó.

— N-no... No pasa nada, Juan...— Respondió no sin antes largar un suspiro.

—Yo... Yo, no sé que me pasa.— Bajó la vista.

— Tranquilo...— Dijo levantando su mirada del celular.

Suspiró. —Y-ya me voy..— Dijo antes de volver al living.

—Oye... D-debo decirte algo... Antes...— Miguel se rascó el cuello.

—Dime..— Se volteó a verlo.

— M-me... Gustas...— Susurró lo último.

Juan no supo qué decir. Miguel volteó para ir a su habitación mientras un suspiro salió de sus labios y, el otro, fue para el lado contrario, dirigiéndose al sofá, de nuevo.

Miguel se sintió un idiota, no debió decirlo, así que continuó escribiéndose con Pedro cuando se escuchó un sollozo por parte de Juan. Otro golpe en el alma de Miguel, no supo qué hacer, pero odiaba que el menor llore.

—¿P-por q-qué?— Sollozaba en voz baja.

Miguel tomó coraje, fue y abrazó con fuerza a Juan, demostrándole que se preocupaba por él.

—T-tú...— Dijo dirigiéndose a Miguel.

—¿S-sí?

—G-gracias.

— N-no hay de que...

—¿Tú estás bien?— Le consultaba por las palabras que había dicho antes; M-me... Gustas..

— C-claro que sí.

—¿No era una broma?— Se atrevió a preguntar.

Miguel suspiró de nuevo, — No... Con ese tipo de cosas no bromeo.

—Ah, vale...— Dijo bajando la mirada.

Miguel desvió la mirada, vaya incomodidad la del momento.

—No sé como recompensar toda tu preocupación. — Agregó Juan.

— No, no hace falta, en serio.

—O quizás sí sé... — Susurró muy bajo.

— No debes buscar forma de recompensarme por la preocupación, Juan, somos amigos desde hace muchos años, ¿Cómo no preocuparme?

Juan lo besó callando sus palabras a lo que el más bajo correspondió.

—Y-yo, n-no quiero i-ilusionarte, lo siento.

—¿Por qué lo dices? Si no te gusto lo entiendo perfectamente, nadie gustaría de mi.— Respondió Miguel.

—No es eso.— Aseguraba tímido.

—¿Entonces? Estás en zona de confianza, puedes decirme lo que sea...

—Creo que entre Cyclo y yo hay algo...— Dijo Juan bajando un poco la mirada.

Cruzados - Rompiendo el Zarcronno || Zarcronno & más ShippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora