× Treinta y uno ×

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—No lo sé, sabes que ese chaval es demasiado posesivo— Le recordó Pedro, Juan se molestaría si se enterase que Miguel hizo algo sin su consentimiento, o sin ser avisado—. Ya verás tú cómo reacciona, planteaselo.

—Vale, lo intentaré...— Miguel soltó un suspiro, en sus interiores insistía con que todo vaya bien, y así no tener inconveniente alguno con el «amor de su vida».

[...]

El silencio inundó la sala, y Pedro comenzó a debatir en su mente el qué hacer.

Llegó a la conclusión se acercarse lentamente a su primito favorito, quien imitó su acción.

—¿Q-qué estamos haciendo?— Miguel estaba algo confundido, no encontraba razón para hacer aquello.

—No lo sé...— Y quedaron frente a frente.

— Esto— El albino dejó unos segundos de silencio—... Esto es raro.

Pedro no podía evitar bajar su mirada a los labios del contrario. Sabía que no estaría bien si lo hacia, pero estaba... ¿Tentado?.

A Miguel no se le cruzaba por la mente el qué estaba pasando, ¿Qué le ocurría a su primo en este momento?.

El menor de los primos tomó coraje. Lentamente, acercó y torció levemente su cabeza, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, unió sus labios con los del más alto, con lentitud, suavidad y calma.

Por alguna razón que hasta el propio Miguel desconocía, correspondió el beso, arrimándose unos centímetros hacia el cuerpo del otro.

El menor de los primos colocó su mano en el cuello del mayor, en busca de intensificar aquel extraño suceso.

Al finalizar, ambos dejaron su rostro cerca del del otro. Sus miradas se cruzaron, y luego de unos segundos de desentendimiento, Pedro reaccionó.

—No debí haber hecho eso, lo siento— Llevó ambos de sus labios dentro de su boca y los mordió, con algo de nervios.

—Tranquilo, no... No pasa nada— Miguel llevó con disimulo su dedo índice hacia sus hormigueantes labios, posiblemente algo rojos.

—Estás con Juan, no debí— Allí fue donde la frustración del de menor altura se dejó ver.

—Sé que no debiste, pero tranquilo...— El albino optó por dejar su mano en la espalda de su primo, pero éste se levantó de su sitio.

—Me disculpo nuevamente— Soltó Pedro y se dirigió al baño, lavaría su rostro y así se despejaría.

El de cabello moreno volvió y se sentó al lado del otro—. Partida a diez kills en Call Of Duty, quien pierda debe realizar un reto, ¿va?.

Miguel asintió con su cabeza y tomó entre sus manos uno de los mandos.

—Perderás y lo sabes Miguel— Y Pedro tuvo razón desde un principio, aunque Miguel lo hubo negado—. Vale, vale, vale...— El primo menor pensó—. Di por Twitter algo «activo» para Juan.

—Eso será complicado.

Los minutos pasaban y junto a eso Miguel se carcomía lentamente el cerebro, hasta que en un momento de lucidez, su mente ideó algo.

Tomó su móvil, ingresó a su cuenta de la red social y escribió.

«(@ZarcortGame) @kronnomc cómo es que eres tan jodidamente lindo? ya te habría follado mil y un veces😏»

Luego de aquello silenció su celular ya que petaría de tantas notificaciones, sus mejillas estaban totalmente teñidas de rojo y sus labios parecían no querer soltar palabra alguna.

«En respuesta a @ZarcortGame
(@Kronnomc) Pero madre mía, de qué me he perdido? XDD»

—Estás algo... Rojo. — Pedro aguantó una risita traviesa que amenazaba con abandonar su anatomía—. Venga, muy bien, reto cumplido.

Miguel aún se mantenía avergonzado y con su rostro totalmente ruborizado, había cumplido el reto.

—Oye, ¿Por qué te gusta tanto que Juan sea así? Me refiero a su estúpido ego— La duda surgió dentro de la cabeza del menor, y nada le impedía preguntar.

—No— Aún estaba terminando de relajarse—... No lo sé, me parece lindo cuando es así.

—¿Alguna vez lo has visto despertar?

—¿Mmh?

—Que si lo has visto recién despierto. Y deja de pensar en él y préstame algo de atención— Luego de esto ultimo, el menor del par, soltó una pequeña risa.

—C-claro que le he visto así— Respondió Miguel.

—Te debes haber muerto por cómo se veía, ¿No es cierto?.

—Sinceramente sí, se veía tierno— El albino esbozó una pequeña y dulce sonrisa.

—Ese es uno de los pocos recuerdos que aún guardo de él— Pedro desvió su vista hacia otro lado, recorriendo el familiar salón donde se encontraban.

—Tranquilo— Respondió poniendo una mano en su hombro—. Ya encontrarás a alguien.

—Estoy bien así, aunque no lo parezca— El menor de los primos esbozó un leve sonrisa.

—Vale, creeré en tí, pero debo volver a casa— Respondió el albino en un tono que demostraba tranquilidad.

—¿Antes de que Juan se vuelva paranoico buscándote?

—Le pegué una nota en su cara, tomo mis medidas para evitarlo— Pedro lo observó extrañado—. ¿Qué? Es eso o que me sienta culpable oyéndolo con un tono quebrado y viéndole mal.

—Vale, vale, tranquilo— El más bajo se paró de su sitio, acompañando a Miguel—. Adios, primito.

Miguel traspasó el umbral de la puerta, se colocó su capucha y Pedro susurró para sí mismo:

—Cómo me hubiera gustado probar esos labios de nuevo...

[...]

El albino llegó a su casa, abrió la puerta y se dirigió a la cocina a por agua.

—Jugo— Se escuchó la grave voz de un somnoliento Juan detrás de él.

—Vale— Miguel, con pesadez, tomó el tetrabrik de jugo y virtió un poco en un vaso de cristal.

—Oye Migue, ¿qué fue ese tweet que pusiste hace un rato?— Juan apoyó sus manos alrededor de las caderas de Miguel, y su barbilla entre el hombro y el cuello de éste.

Una calurosa corriente recorrió la anatomía del más bajo—. Pues... Estaba con Pedro, jugamos al Call Of Duty, me ganó y como reto me pidió que escriba algo que el activo de una relación pondría— Y para el asombro de Miguel, no se había entrecortado entre frases.

—Te dijo él que escribas eso, ¿verdad?

—P-puede que me haya ayudado...

—Sigues siendo tan inocente— Juan se recostó en el sofá y dejó al mayor sobre sí mismo. Luego, juntó sus labios con los de Miguel, dando un calmado y dulce beso.

—E-eso... Lo sé— Terminó por decir el más bajito al separarse.

Cruzados - Rompiendo el Zarcronno || Zarcronno & más ShippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora