VII

156 5 0
                                    



Han pasado 2 semanas desde que la tuve en mi cama, lo último que supe de ella fue que volvió a Inglaterra.


--¿Porqué andas tan perdido?—preguntó Travis.

 -- Porque he tenido mucho trabajo que hacer—fue mi excusa.

 -- Pero podrías avisarme que estas bien o algo— estaba enojado, eso me hizo reir. 

-- ¿Que mierda, ahora eres mi novia?—me burlé y ambos reímos.

 -- Hablando de novias—. 


 -- ¿Novias que?—  pregunté bebiendo mi café. 


 -- Vi a Sam con otro hombre — creo que Travis esperaba que me doliera o que preguntara mas sobre el tema pero no. 

-- Ah— no sabía que mas decir. 

--Travis nos vamos de viaje— 


 -- ¡Dónde?—preguntó, dejé de mirar mi móvil. 

 -- París o quizás Barcelona — esos dos destinos siempre han sido frecuentes para mi. 


 -- Podríamos ir a Ibiza— se emocionó, sé cuanto le gustan las fiestas y las mujeres a mi compañero Travis McGregor. 


 --Entonces nos vamos a París— le sonreí, él no lo hizo pero no me importa, Me encanta molestar a Travis, porque siempre tiene la culpa de todo. 


--¡Jasper!— lo ignoré por completo, perdí la vista en las nubes.
 

-- ¿El motivo de este viaje no es por lo que te dije de Sam?—preguntó incomodo, las preguntas estupidas son su talento, pero esto era demasiado. 

 -- Travis sólo necesito alejarme de Las Vegas, me siento cansado y estoy confundido con todo— susurré, primera vez que soy tan sincero, pero tengo tantos problemas en mi cabeza, mi Padre cree que no me doy cuenta pero tengo a sus hombres rodeándome constantemente y estoy al borde del colapso. 


 -- No te preocupes, nos olvidaremos de todo en estos días Frosty—dice Travis tocando mi hombro. sentir que puedo confiar en él me hace sentir bien, es el único amigo que tengo.


 -- No vuelvas a decirme Frosty jodido bastardo—lo amenacé. 

 

Faltaban 3 horas para llegar a París y Travis me tenía vuelto loco. 


.

Las noches Parisinas son totalmente diferentes a las de Nevada, la gente es mas calmada y se emborracha tranquila, acá no me siento observado por nadie.

-- Vamos por la nuestra—dice Travis indicando el Cercle Haussman.

 -- Solo diversión, nada de negocios-- esa fue nuestra promesa.

El casino era hermoso, nada que enviarle a Las Vegas, su arquitectura era maravillosa, una antigüedad admirable.


 -- ¿Sabes hablar Francés?—preguntó Travis.


 -- Oi, un poco –- me burlé, y aplaudió.


Nos paseamos por todo el casino mirando que maravilla podría sorprendernos.


 -- ¿Te das cuenta hasta donde hemos llegado bastardo?—Travis estaba ebrio.  sólo podía reír, porque la noche recién empezaba y nos había sucedido de todo, nuestra compañía era bien positiva. 

 como siempre Travis  se había perdido, cosas que siempre hace, mientras yo seguía pensando que podía hacer con esta chica, si la llevaba a mi Hotel o me iba sólo, igual era la primera noche que estaba aquí, no podía suceder todo tan rápido  o quizás podía dejarme llevar por la perspectiva europea y ser mas liberal, ya no se que mierda pensar.

-- ¿Que te parece si nos vamos a mi Hotel?—me digné a preguntar,  ella me dio un gran si de respuesta, salimos del bar tomados de la mano cuando lo que jamás esperé en la vida sucedió.

La Princesa Eleanor estaba bailando y besándose con una chica rodeadas de hombres que disfrutaban del espectáculo.

No podía apartar los ojos de ella, yo era un hombre mas mirando su show de mierda, lo único que quería era sacarla de ahí y llevarla conmigo.

En un instante sus ojos se encontraron con los míos, eso me hizo sentir nervios, luego miró a la chica que estaba a mi lado  e hizo un desprecio, se bajó de la mesa, se sentó arriba de un chico para darme celos,  apreté la mano de Sasha y nos fuimos. 

Estábamos en la entrada del Hotel cuando me arrepentí, le dije tenía que ir por Travis,  se enojó pero no me importó.

Volví al lugar para verla, la busque por todos lados y  ya no estaba, me sentí frustrado, ¿Que mierda me estaba pasando?, quizás aluciné con ella o quizás no, como puede ser que nos encontremos en el mismo lugar, a la misma hora en un país que no es el de ella y tampoco el mio.

Jasper FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora